lunes, 1 de junio de 2015

Sábado 13 de junio 2015

Inmaculado Corazón De María

“DIOS EN EL CORAZÓN DE MARÍA”
PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 61, 9-11
“Desbordo de gozo con el Señor

La estirpe de mi pueblo será célebre entre las naciones, y sus vástagos entre los pueblos.
Los que los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor.
Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El profeta Isaías en esta primera lectura, invita al pueblo a recuperar la alegría, una vez regresaron del exilio; la reconstrucción de la patria devastada no ha sido fácil. Entonces el profeta hace un anuncio gozoso, que afirma que realmente la reconstrucción será una realidad; en la ciudad recuperada, se realizarán los anhelos de una vida nueva y feliz para todos. Entonces, Jerusalén estalla en un cántico de alabanza, reconociendo que será una ciudad modelo en justicia (se acabará el dolor de los sufren), la necesidad de los desplazados, los hambrientos, el desamparo de los desvalidos, el desprecio de los pequeños) y en el culto verdadero de Dios ya no habrán más idolatrías. Claro está que todo esto se cumplirá cuando Dios mismo en la persona de su Hijo Jesucristo, desde su corazón misericordioso, desde el corazón de la virgen María  que hoy celebramos, quien lo engendra, antes que en su vientre en su corazón; el corazón de la virgen Madre está asociado íntimamente e inseparablemente al Corazón de Jesús su Hijo Señor y Salvador. Por eso hoy, un día después de haber celebrado el Corazón de Jesús, la iglesia a través de la liturgia nos invita a detenernos y contemplar el misterio del corazón de la virgen Madre.  

SALMO RESPONSORIAL
INTERLECCIONAL: 1SAMUEL 2, 1. 4-8
R./ Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.

Mi corazón se regocija por el señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R.

Se rompen los arcos de tus valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. R.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. R.

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Este texto que leemos hoy es llamado “ El Cantico de Ana”, además de los salmos, en la Biblia encontramos varios cánticos en los cuales la gente salta en adoración por algo milagroso que Dios ha hecho en sus vidas. Entre estos están: el Cántico del Mar Rojo (Exo. 15), el Cántico de Moisés (Deu. 32), el Cántico de Débora (Jue. 5), el Cántico del Cordero (Apoc. 15:3-4) y también el Cántico de Ana. 
Estos cánticos no sólo son alabanzas de agradecimiento, sino también tienen mensajes más profundos y aun proféticos. El Cántico de Ana está registrado justamente después de haber dejado a su hijo Samuel con el Sumo Sacerdote Eli. Uno pensaría que ella estaría triste, pero su corazón estaba lleno de gratitud al Señor por haber respondido a su oración. 
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 2,41-51

Conservaba todo esto en su corazón”

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: “Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.”
Él les contestó:  “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.  Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
“El corazón es símbolo de amor e interioridad”. Lucas, ante el cuadro del quinto misterio de gozo, concluye con una nota sobre el corazón de María: “conservaba todo aquello en su corazón”. María es la mujer toda corazón. Esto significa que, aunque en su mente no entiende muchas cosas, ama, espera y cree. María aparece siempre en el Evangelio manifestando su total confianza y obediencia a los planes divinos. María es la mujer que se deja sorprender por Jesús. Esto demuestra su fina sensibilidad. María invita a recuperar esa capacidad de sorpresa y de admiración. El Dios de María es un Dios sorprendente, admirable, desconcertante. Finalmente María revela esa dimensión profética de la pregunta: ¿por qué? No permanece callada ante el misterio, ante los acontecimientos difíciles. Le preguntó al ángel y le pregunta a su Hijo. Y con su Hijo se identificó cuando en la cruz Jesús también preguntó: ¿por qué? No se trata de mantener un silencio estéril; se trata de la inteligencia que, limitada ante el misterio de la vida, solicita una respuesta. De la pregunta humilde hecha oración viene la respuesta elocuente de un Dios que habla y se revela hasta en sus silencios.

ORACIÓN
Por favor Dios amado, desata en nuestro ser una unción tan fuerte que logremos desprendernos de lo que tenemos, liberarnos de nuestros apegos, dóciles y sabios en nuestras decisiones y dar a quien realmente necesite de lo que poseemos. Señor que lo hagamos sin temor, sin medida, como nos enseñan Tú y la nuestra madre María.   Amén.


“Nunca al mal. Nunca al daño o a la revancha. Haz que el bien sea tu norma de conducta”

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