lunes, 1 de junio de 2015

Lunes 15 de junio de 2015


“LA VENGANZA DESTRUYE, LA MISERICORDIA CREA Y DA VIDA ”

PRIMERA LECTURA
2CORINTIOS 6,1-10

“Damos prueba de que somos ministros de Dios”

Hermanos: Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: "En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.  Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos ministros de Dios con lo mucho que pasamos: luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, saber, paciencia y amabilidad, con dones del Espíritu y amor sincero, llevando la palabra de la verdad y la fuerza de Dios. Con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la justicia, a través de honra y afrenta, de mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los penados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobretones que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo, como colaborador de Dios, vuelve a exhortar a la comunidad cristiana de Corinto a que se convierta, a no seguir rechazado el Evangelio. Pablo nos da en estos versículos el retrato de lo que deber ser un servidor del Evangelio. El “mensajero” se debe identificar con el “mensaje” a ejemplo de Cristo. Para reforzar su mensaje de conversión cita al profeta Isaías (49,8), diciéndoles que el tiempo favorable y de salvación ha llegado ya.

Pablo y la comunidad de Corinto tuvieron relaciones en diversas fases, en ocasiones muy tensas, a su llegada, según cuenta él mismo, fue sobre todo la acción sensible del Espíritu Santo la que le abrió puerta en la atención y luego en el corazón de los corintios. Acostumbrados a oír toda clase de discursos religiosos y filosóficos, y a presenciar todo tipo de prácticas que hoy llamaríamos mentales o mágicas, su mente curiosa y voluble quedó fascinada por el tema de los carismas del Espíritu Santo, de modo que Pablo tuvo que instruirlos ampliamente sobre el sentido de estos dones, para que pudieran dar a cada uno su valor propio y sobre todo para que entendieran que lo primero es la edificación de la comunidad y el ejercicio sincero y continuo de la caridad. Los corintios veían en los carismas especies de "poderes" en los que primaba los extraordinario, lo vistoso o lo que diera realce en medio de los demás hermanos. No fue poca tarea para el apóstol enfatizar en su enseñanza que el gran "poder" que buscamos no es el que halaga la vanidad o el que sirve para conseguir seguidores. El gran poder es el de la Cruz, es el del amor hasta el extremo, pues sólo en la sorprendente y casi escandalosa humillación de la Cruz hemos recibido la posibilidad de creer a fondo y sin reservas en el amor de Dios. El Señor Jesús nos ha manifestado qué significa un amor incondicional, puro y eficaz, y esto no es fruto de una obra que hayamos hecho ni es algo que pueda aprenderse como se aprenden las artes de la magia o los capítulos de las iniciaciones filosóficas que los corintios conocían.

Todas las crisis, persecuciones, las incomprensiones y cárceles, los naufragios y azotes, las humillaciones y burlas, todo ello es a los ojos de Pablo una "prueba" de su propia misión, en dos sentidos: primero, porque muestra la sinceridad y pureza de su intención; segundo, porque le une y abraza al contenido de su propia predicación. Esto nos ayuda a entender el lenguaje usado por Pablo donde relata sus infortunios. En ellos siente que le "persigue" el misterio del amor más grande, el misterio del amor del crucificado.
SALMO RESPONSORIAL: 97
R./El Señor da a conocer su victoria.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
El salmo 97 tiene un claro significado mesiánico y escatológico; nos hace contemplar la victoria final de Dios sobre el poder del mal y la salvación que conseguirá Israel para todos los pueblos: El Señor da a conocer su victoria.


LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,38-42

“Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En este pasaje el evangelista presenta la famosa: “Ojo por ojo, diente por diente”, que lo que hace es generar más violencia de la que ya hay. Mahatma Gandhi decía con gran ironía: “Si aplicamos el ojo por ojo, pronto el mundo se quedará ciego”. La venganza es violencia y engendra violencia. Por tal motivo, Jesús presenta una nueva forma de actuar frente al mal que nos inflijan. Pareciera absurda la propuesta de Jesús, “colocar la otra mejilla”, “darle también el manto”; pero es que el Reino no se construye con la violencia, sino con la paz, la justicia, la verdad, el amor. Jesús mismo nos dio ejemplo de vida al comportarse como el “Siervo Sufriente” que no apartó su cara frente a los insultos, a las bofetadas y flagelos. Nos enseña a no responder al mal con el mal, sino, como dice San Pablo en Rom 12,17.21: “A nadie devuelvas mal por mal. Vence al mal haciendo el bien”. La propuesta evangélica de la no-violencia tiene que ser un ejercicio eficaz para ir asumiendo un nuevo estilo de vida.

ORACIÓN
Las actitudes propias del cristiano deben ser la sencillez, la humildad, la docilidad, la paz, la paciencia y muchas más que nos indica tu Palabra. Los textos de hoy son un fuerte llamado a mantenernos firmes en esas actitudes desde tu Espíritu, Señor aunque a los ojos del mundo  nos tachen de “locos y sin sentido” por seguir esa propuesta, ayúdanos a hacerlo, a vencer el mal haciendo el bien. Amén    

“Desarmemos el corazón y llenémoslo de  paz  y de misericordia”


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