domingo, 1 de marzo de 2015

Jueves 26 de Marzo de 2015


“EN JESÚS SE CUMPLE LA PROMESA HECHA A ABRAHAM”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 17,3-9

“Serás padre de muchedumbre de pueblos”

En aquellos días, Abrán cayó de bruces, y Dios le dijo: "Mira, éste es mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abrán, sino que te llamarás Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré crecer sin medida, sacando pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. Mantendré mi pacto contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como pacto perpetuo. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios."

Dios añadió a Abrahán: "Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
De la esterilidad vencida viene una fecundidad maravillosa, una muchedumbre de pueblos. Y conmueve pensar que a esa muchedumbre pertenecemos también nosotros, pues ciertamente es la fe de Abraham la que ha hecho posible que un día cada uno de nosotros lleguemos a la fe. La alianza con Abraham tiene tres puntos: una descendencia, una tierra y sobre todo, una relación: "yo seré el Dios de tus descendientes". Aunque ciertamente lo más inmediato y visible es la tierra y la descendencia, es sobre todo ese modo de relación lo que va a resultar más durable y decisivo en la alianza cuyo comienzo presenciamos en esta primera lectura. Nosotros mismos, en una inmensa mayoría, no somos descendencia de Abraham según la carne y la sangre; no venimos de Isaac, en ese sentido. Tampoco vivimos en Palestina. Pero el género nuevo y único de relación de amor y bendición que Dios inauguró con Abraham, y que tiene su plenitud en Cristo, es también nuestra  herencia.

SALMO RESPONSORIAL: 104
R. /El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Este es un Himno de alabanza  a Dios por las maravillas hechas a favor de su  pueblo, recordando la historia desde los patriarcas hasta la entrada a la tierra prometida. La historia de salvación de Israel hace parte de nuestra  propia historia de liberación, pero ella se completa con la nueva alianza mediada por Jesucristo y con el ofrecimiento de salvación a todos los pueblos.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 8,51-59

“Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día”

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre." Los judíos le dijeron: "Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?"

Jesús contestó: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría." Los judíos le dijeron: "No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?" Jesús les dijo: "Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo." Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
Este capítulo octavo del Evangelio de Juan es clave para que el creyente cristiano comprenda el sentido de la Buena Noticia y a Jesús como la encarnación de esa Buena Noticia de parte de Dios. El Evangelio presenta un conflicto entre Jesús y las autoridades judías. De parte y parte hay argumentos sumamente interesantes que hay que leer con cuidado para entender la conclusión a la que llegó la comunidad del cuarto evangelio. La conclusión a la que llega el Evangelio de Juan es fundamental para saber quién es Jesús. La controversia entre Jesús y las autoridades judías pone básicamente dos cuestiones a Jesús. La primera: ¿Eres tú más grande que nuestro Padre Abrahán? La segunda cuestión, desde la lógica de la tradición judía, es más lógica y contundente que la primera: Tú no tienes aún cincuenta años, ¿y has conocido a Abrahán? En este debate el evangelista deja claro dos realidades no negociables para la vida de un cristiano: Jesús es más grande que Abrahán y que cualquier otra tradición religiosa del mundo judío. Y Jesús es anterior a Abrahán, es decir, Jesús es el mismo Dios hecho hombre. – ¿Es Jesús y su proyecto de Reino, lo primero en nuestra vida?

ORACIÓN
Señor ya se aproxima la celebración de tu paso por nuestra vida. La promesa hecha realidad, que estuvo y está en medio de nosotros y vuelve al Padre, dejándonos un proyecto de vida y la presencia de tu Espíritu de amor y misericordia. Que este tiempo nos sirva para abrir nuestra mente, corazón, voluntad y todo nuestro ser a tu acción liberadora. Amén.

“Mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría son las actitudes necesarias para construir un mundo más justo y fraterno”


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