domingo, 1 de marzo de 2015

Viernes 13 de Marzo de 2015


“EL AMOR, NUESTRA CARTA DE IDENTIDAD”
                                       
PRIMERA LECTURA
OSEAS 14,2-10

“No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos”

Así dice el Señor: "Israel, conviértete al Señor Dios tuyo, porque tropezaste por tu pecado. Preparad vuestro discurso, volved al Señor y decidle: "Perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios. No nos salvará Asiria, no montaremos a caballo, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos. En ti encuentra piedad el huérfano."

Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos. Seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, arraigará como el Líbano. Brotarán sus vástagos, será su esplendor como un olivo, su aroma como el Líbano. Vuelven a descansar a su sombra; harán brotar el trigo, florecerán como la viña; será su fama como la del vino del Líbano. Efraín, ¿qué te importan los ídolos? Yo le respondo y le miro: yo soy como un ciprés frondoso: de mí proceden tus frutos. ¿Quién es el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda? Rectos son los caminos del Señor: los justos andan por ellos, los pecadores tropiezan en ellos." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Todo pecado es una falsa confianza. Es apoyarse en algo que no es firme, que nos va a engañar, que se va a quebrar, que no va a permanecer. Por lo mismo, convertirse es descubrir o redescubrir lo que significa apoyarse en el que es firme, que no se va a quebrar, que no nos va a traicionar. Convertirse es aprender a confiar.

 Debería entonces ser muy sencillo convertirse; pero, como se ve, todo depende del momento en que uno empiece a darse cuenta de que está en el lugar equivocado. En cierto sentido a uno tiene que fallarle "Asiria" para poder decir como el profeta: "ya no nos salvará Asiria". Y por eso es difícil arrepentirse: no porque sea difícil acercarse al Dios de amor y salud, sino porque para acercarse a Él uno tiene que haber descubierto las grietas y caídas de los falsos cimientos.

El tema del arrepentimiento nos conduce al tema de la gracia. Bendito Dios. Siempre sucede así.
El arrepentimiento nos lleva a una verdad: somos más capaces de herir que de sanar. Tenemos más poder para destruir que para construir. Por eso los restos de nuestra vida rota son a veces la única ofrenda que podemos presentar ante Dios. Y esa verdad nuestra le arranca de las entrañas su propia y maravillosa verdad: "Yo perdonaré sus infidelidades, dice el Señor; los amaré aunque no lo merezcan". He aquí el rostro vivo de la gracia.  Lo más grande que puede pasarnos es descubrir la palabra "gracia". Y para eso existe este tiempo de Cuaresma.

SALMO RESPONSORIAL: 80
R. /Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.

Oigo un lenguaje desconocido:
"Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R.

Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R.

No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre." R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La primera parte de este Salmo (vs. 2-6) es un preludio hímnico, que invita a celebrar jubilosamente una de las grandes fiestas anuales. La segunda (vs. 7-17) contiene un oráculo que el Señor dirige a Israel, en un tono de reproche y de promesa. En él, le recuerda sus beneficios y sus exigencias (vs. 9-11), lo amonesta por su obstinación (vs. 12-13) y le promete toda clase de bendiciones si escucha su Palabra (vs. 14-17).  La fiesta cristiana también es un recuerdo de la historia de liberación y una constante invitación a ser fieles a Dios.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 12,28B-34

“El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás”

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús: "El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos."

El escriba replicó: "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del reino de Dios." Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Contemplemos la anchura del amor que Jesús proclama. Ser cristiano es vivir en profundidad el amor. Sin amor es imposible seguir a Jesús y proseguir su obra. Hoy por hoy, entre los cristianos, el gran peligro no está tanto en el posible olvido de esa centralidad del amor, como en reducirlo a una de sus dimensiones. Porque el amor en nuestra vida cristiana es tridimensional: Hay un amor que viene de Dios al ser humano (Jesús descubre que Dios nos ama); hay un amor que sube del ser humano a Dios (Jesús recuerda que ese Dios quiere ser amado); y hay un tercer amor de los hermanos entre sí (Jesús recuerda que el amor al hermano y a Dios son inseparables). Y hoy en la Iglesia parece como si nos hubiéramos repartido ese triple amor, en lugar de sumar los tres amores. Ciertos grupos de corte carismático parecen poner todo su entusiasmo en exaltar el amor de Dios al ser humano. Están luego los piadosos, que sólo se preocupan por su amor a Dios. Y están las personas de talante netamente social, que centran y reducen todo su amor al amor a los hermanos. Tres maneras de mutilar y por tanto de falsificar el auténtico amor evangélico.

ORACIÓN
Señor, ayúdanos a no poner nuestra confianza en nadie más sino en Ti, de tener la certeza de que es tu diestra la que nos sostiene; los seres humanos nos podemos fallar unos a otros y sabemos que solo siguiendo tus pasos y amándote podemos vivir en la paz que produce el reconocerte como el único y verdadero Dios Padre y Madre de la vida y el amor. Amén.

“En cada una de las personas existe un ilimitado almacén de amor, en el cual nos podemos abastecer sin la preocupación de que se pueda agotar”


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