domingo, 1 de marzo de 2015

Martes 24 de marzo de 2015


“LA CRUZ SEÑAL DE VIDA Y SALVACIÓN”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 21,4-9

“Los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de bronce”

En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edom. El pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo." El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes." Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La primera lectura que nos trae la liturgia en este día, muestra como, en el desierto, el pueblo de Israel pasa por  la experiencia de la dificultad de vivir la fe, de confiar en la promesa de Dios. Su rebelión le muestra cómo fuera de Dios no hay salvación. Porque en medio de caminos humanos de búsqueda, el Señor se muestra totalmente, cuando el hombre tiene sed, cuando incluso busca en caminos equivocados, el Dios de Israel, vuelve a mostrar su  rostro para que los hombres se vuelvan a Él. 

SALMO RESPONSORIAL: 101
R./ Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Señor, escucha mi oración,
 que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco, escúchame en seguida. R.

Los gentiles temerán tu nombre,
 los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
 y no desprecie sus peticiones. R.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Esta es una invocación a Dios en una gran enfermedad y lamentación por la situación de la ciudad en ruinas. En medio de tal situación se expresa confianza en la intervención liberadora de Dios.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 8,21-30

“Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros." Y los judíos comentaban: "¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?" Y él continuaba: "Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados."
Ellos le decían: "¿Quién eres tú?" Jesús les contestó: "Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él." Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: "Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada." Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN

Números 21,4-9
Los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de bronce
En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edom. El pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo." El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes." Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.
Salmo responsorial: 101
Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.
Señor, escucha mi oración, / que mi grito llegue hasta ti; / no me escondas tu rostro / el día de la desgracia. / Inclina tu oído hacia mí; / cuando te invoco, escúchame en seguida. R.
Los gentiles temerán tu nombre, / los reyes del mundo, tu gloria. / Cuando el Señor reconstruya Sión / y aparezca en su gloria, / y se vuelva a las súplicas de los indefensos, / y no desprecie sus peticiones. R.
Quede esto escrito para la generación futura, / y el pueblo que será creado alabará al Señor. / Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario, / desde el cielo se ha fijado en la tierra, / para escuchar los gemidos de los cautivos / y librar a los condenados a muerte. R.
Juan 8,21-30
Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros." Y los judíos comentaban: "¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?" Y él continuaba: "Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados."
Ellos le decían: "¿Quién eres tú?" Jesús les contestó: "Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él." Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: "Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada." Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Hoy la Palabra de Dios nos ubica en el contexto del tiempo pre-pascual. La posibilidad de la muerte es ya un hecho, y Jesús ha venido anunciando este momento en repetidas oportunidades. Ahora bien, su ministerio ha estado marcado por una permanente incomprensión de sus propios discípulos y todos los que le siguen. Aún no se entiende que la muerte será la consecuencia de la radicalidad de sus palabras y sus obras. Jesús sabe que su lucha por la justicia, sus palabras de perdón y sus actos de amor forman parte esencial de la voluntad del Padre; ahí la muerte no es en vano; es el punto de llegada del amor. El proyecto de Jesús también hay que comprenderlo en esa perspectiva: el triunfo de la vida no se entiende sin la entrega de la vida misma. Hoy, cuando la injusticia y la mentira van y vienen sobre nuestros pueblos y sociedades, cuán necesario es volver al valor salvífico de la muerte del Señor Jesús, quien hasta el último momento se mantuvo fiel. Hoy necesitamos de esa radicalidad y obediencia al proyecto de Dios para ver el feliz amanecer de un mundo nuevo. 

ORACIÓN
Señor gracias porque en el madero de la cruz nos diste la victoria, razón y sentido para vivir. Que podamos entender que hoy como siempre tu cruz también es signo de conflicto y contradicción, ayúdanos a ser radicales, obedientes y  permanecer  fieles a tu proyecto . La cruz hoy nos recuerda la plenitud de tu amor y nos reta a asumir el dolor humano, así como tú lo hiciste con nosotros, haznos comprometidos en el  seguimiento y solidarios con los sufrimientos de nuestros hermanos. Amén.  


“Cuando tú y yo miramos la cruz descubrimos a qué precio fuimos liberados, aceptamos la vida de Dios y dejamos que sane nuestra vida”

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