domingo, 1 de marzo de 2015

ABRIL 2015

PASCUA:  UNA HISTORIA DE AMOR Y DE AMISTAD

Después de haber sido preparados, motivados y retados en estas cinco semanas de Cuaresma, entramos a celebrar y especialmente a vivir este tiempo maravilloso y centro de la vida de fe del cristiano llamado la “Pascua”. Cincuenta días a partir del Jueves Santo y en el llamado Triduo Pascual  de la experiencia de la Resurrección; tiempo de vida y bendición que va a tener su culmen o plenitud en Pentecostés.

La Pascua ( Paso de Dios) es un ritual que desde el Antiguo Testamento se originaba en una fiesta campesina (agrícola y pastoril) celebración de la vida y de la esperanza, que se realizaba en el paso del invierno a la primavera. Era una fiesta y sigue siendo para el creyente la despedida del invierno (adversidades y problemas) e inicio de la primavera (recolección de una nueva siembra o bendición). Total, la Pascua antigua hebrea era toda una señal o inicio de una vida nueva, que más adelante se hace más conocida cuando el pueblo ya estaba en el último tiempo en Egipto y soñaba con la liberación definitiva por parte de Dios a través de Moisés de manos del gran faraón que los oprimía  y esclavizaba.
 Ya más adelante en el nuevo tiempo, es decir, en Jesús, sus nuevos discípulos y discípulas que han experimentado signos del amor de Dios, que se ha ofrendado en la cruz a través de su Hijo, experimentan la Resurrección, que es el nuevo y definitivo signo del amor de este Dios que en Jesús se descubre como Padre.

“LA VIDA HA VENCIDO DEFINITIVAMENTE LA MUERTE”. Por ello la nueva comunidad que nace en torno al Resucitado hará eco del canto de gozo de la comunidad orante que en Jesús se hace vencedora: “Este es el día en que actúo el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.” Salmo 117,24.  Este canto de victoria y alegría resonará en toda la Iglesia dentro de todos estos cincuenta días del tiempo pascual. A través de esta experiencia de resurrección seguimos cantando a la vida como un hecho que no pasa de moda, que por grande que sea la adversidad nos abre un camino nuevo de esperanza y liberación para todos los desfigurados y crucificados de este tiempo en el mundo, nos lo abre  a la  gran y mejor noticia de este tiempo de pascua: “Si Cristo se transfiguro y resucito entonces también todos nosotros seremos transfigurados y resucitaremos con Él. Esa es la noticia más importante de estos días; noticia de alegría y esperanza. No es cualquier alegría barata y pasajera, por eso dejémonos contagiar de ese espíritu de victoria, esperanza y gozo.

Vivamos este tiempo de Pascua; PASCUA es un tiempo nuevo,  como dice el profeta Isaías: “Dejar el ayer y descubrir un nuevo camino que se abre dentro de nuestros desiertos” Isaías 43,16-18. PASCUA es un tiempo para construir la verdadera amistad y vivenciar para luego compartir  el verdadero amor que se nos ha dado en la cruz. PASCUA es el tiempo para volver a soñar y trabajar por la vida compartida, es decir por la comunidad solidaria y fraterna que nace en torno al amor misericordioso del resucitado. PASCUA es el momento y el tiempo para la fe; como lo reflexionaremos al final de la cartilla en nuestra cuarta llave de bendición;  resucitados tenemos que volver a creer.  PASCUA es el tiempo para volver a hacer de la Palaba y la oración el centro y eje de la vida de la comunidad. PASCUA es el tiempo y la oportunidad de bajar del monte Tabor donde hemos sido transfigurados y lanzarnos con ardor en el corazón y valentía a la gran tarea del discípulo (a) que es la misión. Trabajo no fácil y arduo que nos espera; la misión de hacer de esta sociedad cada vez más egoísta y excluyente, un espacio de justicia, equidad amor, reconciliación y paz.
Si de verdad vivimos profundamente el espíritu de la Cuaresma, y ahora nos sentimos en PASCUA resucitados en Jesús, por el amor del Padre, tendremos que decir y hacer algo  en nuestra sociedad, en el sistema de salud, empleo, educación,  vivienda, política y aún sistema eclesial, que siguen oprimiendo, excluyendo y apoderándose para unos pocos de lo que nos pertenece a todo el pueblo de Dios. Total, al igual que la Navidad y todo el caminar de fe del creyente “LA PASCUA ES VERBO Y NO SUSTANTIVO”, es decir es una invitación al compromiso, a vivir en  amor  y siempre en comunidad, la existencia del evangelio del Reino de Dios.  PASCUA en la propuesta o lema de este año es, con fe y astucia aplicar las llaves de la bendición a estos días que nos llevaran como lo propondremos más adelante a vivir de Pentecostés en Pentecostés.

Oro por ti y  los tuyos, tu comunidad tus proyectos en este tiempo de Pascua. Te entrego de nuevo las llaves de la bendición en este nuevo mes, declarando que la bendición de Jesucristo Resucitado te transfigurará y abrirá nuevas puertas y oportunidades en su amor.  Bendiciones y  felicidades en este nuevo tiempo.                  

Roberto Zamudio

PROMESA BÍBLICA DEL MES: 
“Jesús el crucificado ha resucitado” Marcos  16.6

´ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Mi corazón se llena de gozo junto a ti y cada día con alegría te digo, “Buenos días mi Señor. Te busco en la mañana, trato de hacerlo, antes de que salga el sol, en medio del silencio, porque eres Tú  mi prioridad, eres el motor de mi vida.  Señor Gracias, porque  haces maravillas en mi y en los que me rodean y estás allí siempre guiando nuestros pasos,  Dios de la humildad y la sencillez. Tantas bellezas mereces que te diga, que te alabe sin medida, porque fuiste capaz de entregarte por mí, de  amarme plenamente y de haber puesto tu creación a entera disposición para mí y mis hermanos.  Que ingrato(a) he sido, cuando solo creo  en lo que veo y desconozco el misterio más grande de tu Ser y de mi existencia: “Dar la vida por lo demás”. Gracias, porque aún sin merecerlo me revelas  ese  misterio, profundo  y descomplicado; ayúdame Señor a entenderlo y ponerlo en práctica en mi día a día.
No necesito tocar ni ver cuando el corazón lo he dejado llenar de Ti, por eso te pido  por favor que cada día aumentes mi fe, que pueda vivir y  creer más allá de lo que ven mis ojos, aún a pesar de las circunstancias. Quiero ir a caminar este día contigo, tomado de tu mano, con la certeza que  no estoy solo,  de que me sostienes, fortaleces y me guías en la gran tarea de construir tu Reino. Amen


ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Gracias Señor, porque aquí en la quietud de la noche, me permites tener este momento para estar a solas contigo, tengo la certeza que hoy me regalaste lo que me enriqueció el espíritu, lo que me fortaleció el alma, lo que traspaso barreras y trascendió en el tiempo: Tu Bendición mi Dios supremo, bello y hermoso.  Necesito que refuerces en mí el verdadero sentido de la fe, esa que ve lo invisible, cree lo increíble y recibe lo imposible. Sé que tú estás aquí al anochecer, siento tu presencia y tu calor, eres tu Señor llenando mi vida con luz y guía, eres capaz de hacer cosa nuevas en mi vida, capaz de rescatarme, liberarme y sanarme. Te pido Dios de la ternura, que derrames abundante gracia tuya en mi vida y en la de quienes me rodean, que llegue la fe que da la paz que tanto buscan nuestros hogares. Actúa por favor  mientras descansamos, me despido con la seguridad que como Padre, Hijo y Espíritu Santo nos sigues amando y transformando, como nos lo demostraste con tu dolorosa pasión y hermosa resurrección. Amén


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