domingo, 1 de marzo de 2015

Lunes 30 de Marzo de 2015


Lunes Santo

“ENTRE EL SILENCIO Y LA UNCIÓN SE PREPARA NUESTRA LIBERACIÓN”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 42, 1-7

Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamara, no voceará por las calle. La caña cascada no la quebrará., el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Así dice el Señor Dios, que creo y desplegó los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, dio el respiro al pueblo que lo habita y el aliento a los que se mueven en ella.

Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Lunes, Martes y Miércoles de esta semana van acompañados, en la primera lectura, por textos del profeta Isaías. Se trata de pasajes bellos y hondos, de singular hermosura y un gran contenido. Una larga y venerable tradición les ha dado un nombre común: los Cánticos del Siervo. El contexto histórico en el que se ubican estos textos es el exilio de Babilonia, el pueblo de Israel, vive la crisis de estar en tierras extrañas, enfrentar prácticas, costumbres y creencias distintas a las suyas que ponen en crisis su propia fe. En medio de ellos está el segundo Isaías predicando: consolándolos y animándolos. Este texto se conoce como el primer cántico del Siervo, cuya temática central es enfatizar que el oficio del siervo es de elección divina y que se realiza por el don del espíritu, que acompañará al siervo en su tarea: implantar el derecho y la ley de Dios. Esta tarea no la hará ni a la fuerza, ni con las armas sino con el poder del Espíritu. Será un trabajo hecho desde la suavidad y mansedumbre, pero con la tenacidad propia de quien hace algo en nombre de Dios.

Estos textos que antecedieron en siete siglos al nacimiento de Cristo fueron leídos por la comunidad creyente como un retrato del Mesías en su Pasión. Impacta sobremanera ver a Jesús con los ojos de Isaías. Es ver al Mesías en contacto inmediato con el dolor de la humanidad y a la vez en perfecta fidelidad a Dios. ¿Y dónde se encuentra este cuadro mejor o más patente que en la Cruz de nuestro Salvador? Pero en este cántico de hoy, hay un tono de victoria. El Siervo de Dios es el "elegido", es Aquel destinado a realizar el designio salvador de Dios con firmeza y constancia, hasta los confines mismos de la tierra. El será la alianza nueva del pueblo con el Dios Creador y salvador y luz para todos los pueblos que viven en oscuridad y esperan poder ver. Aquí se llama a Jesucristo "Luz de las Naciones".

Dejémonos guiar, pues, por la palabra de hoy, en ella tenemos como un mapa del Corazón de Cristo, y también un ideal claro hacia el cual hemos de tender si somos discípulos del Señor, una luz para nosotros también, miremos a Cristo y en él gocémonos. Su misión, que no ha de fallar, es "proclamar la justicia con firmeza, no titubear ni doblegarse, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que en todos los rincones de la tierra se escuche su enseñanza".

SALMO RESPONSORIAL: 26
R. /El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿Quién me hará temblar?. R.

Si un ejército acampa contra mí,
 mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
 me siento tranquilo. R.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré: habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.

Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca. R

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Este Salmo consta de dos partes íntimamente relacionadas. En la primera (vs. 1-6), el salmista manifiesta con imágenes muy expresivas su inalterable confianza en el Señor (v. 3) y su anhelo de vivir en constante comunión con él (v. 4). La segunda (vs. 7-14) es una súplica en medio de la persecución, donde vuelve a ponerse de manifiesto ese mismo sentimiento de ilimitada confianza (v. 10).La presencia de Dios en el templo es fuente de atracción constante y de alegría confiada. La presencia de Dios entre las personas se hace definitiva a través de su Hijo Jesucristo, quien es la luz que ilumina a toda persona. Él puso su morada entre nosotros para hacernos participar de su vida.  
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 12, 1-11

“¡Déjala!, ella tenía guardado este perfume para el día de mi sepultura”

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él en la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres? (Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando). Entonces Jesús dijo: Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.

Una muchedumbre de judíos se entero de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Betania es un lugar de encuentro, que quiere decir “casa de la amistad” pero también fue un lugar de reposo para Jesús. Se trata de la comunidad de Jesús reunida después de la resurrección de Lázaro. La comunidad celebra en el servicio (Marta), mostrando el amor a Jesús (María) y compartiendo la mesa (Lázaro), la vida que Jesús le ha comunicado. Los miembros de la comunidad demuestran su identificación con él, que les lleva a entregarse también ellos, para dar vida a los demás. Judas no comprende ni el servicio, ni el amor, ni el compartir. Hay dos proyectos opuestos: uno, el de Judas que, con su afán de acaparar, crea pobreza y, bajo pretexto de beneficencia, utiliza a los pobres en provecho propio. Otro, el de Jesús, para quien la solución a la pobreza está en el don total de sí a los demás. No es la fría beneficencia la que libera, sino la calurosa relación personal, que da a los oprimidos dignidad e igualdad integrándolos a la comunidad fraterna.

ORACIÓN
Señor Jesús ayúdanos a desarrollar características tan bellas de tu persona, como son el ser manso y humilde, que se manifiesta en el no buscar el propio interés sino el de los demás, proteger la justicia y el derecho de los desprotegidos. Tu camino hacia el calvario nos refleja muchos dones que debemos pedir a través de tu Espíritu Santo y del trabajo interior que debemos hacer  desde nuestro ser para ser más como Tú. Amén.

“La fe no es simple creencia vacía, sino un compromiso que hace de la vida un servicio  que cuestiona los poderes de este mundo, los enfrenta y transforma con las armas del amor”

      

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