“A CADA DECISIÓN
SU TIEMPO”
PRIMERA LECTURA
ECLESIASTÉS 3,
1-11
“Todas
las tareas bajo el sol tienen su sazón”
Todo
tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de nacer, tiempo
de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de
sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de
reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras,
tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de
buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de
rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar,
tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz. ¿Qué saca el obrero de sus
fatigas? Observé todas las tareas que Dios encomendó a los hombres para
afligirlos: todo lo hizo hermoso en su sazón y dio al hombre el mundo para que
pensara; pero el hombre no abarca las obras que hizo Dios desde el principio
hasta el fin. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El texto del Eclesiastés,
en la primera lectura de hoy, es quizás el más conocido de este libro de la
Biblia: hay tiempo para cada cosa. Sin embargo, no es tan sencillo saber qué
enseñanza se esconde detrás de la enumeración de los distintos tiempos: llorar,
reír, danzar, gemir... ¿qué significa que la vida sea eso, esa composición de
momentos diversos, que además parecen repetirse?
Si nos ceñimos
al texto de hoy, parecen claras dos cosas: una cierta sensación de desconsuelo
que está reflejada en la pregunta del autor: "¿Qué provecho saca de su
trabajo el que se esfuerza?" Si los tiempos se repiten, y todo llego y
todo pasa, ¿qué sentido tiene esforzarse?
De un modo más
positivo, este crítico de la existencia humana llega a otra conclusión: la
variedad de tiempos y circunstancias abre un universo de posibilidades que no
podemos abarcar. Nuestra vida particular o personal no es toda la vida posible.
Esto puede causar desasosiego o abrirnos a una tremenda admiración sobre la
existencia y sobre lo que significa vivir.
Además, este
predicador fue más allá: los tiempos, todos esos tiempos de los que hablamos,
no dependen finalmente de una rueda anónima o de un destino fatal, como
pretendería el hinduismo con su "sámsara" o el antiguo paganismo
griego con su "moira." El tiempo, o mejor, los tiempos, vienen de
Dios. Él es el Señor de la Historia.
SALMO
RESPONSORIAL: 143
R. / Bendito el
Señor, mi Roca.
Bendito el
Señor, mi Roca,
mi bienhechor,
mi alcázar,
baluarte donde
me pongo a salvo,
mi escudo y mi
refugio. R.
Señor, ¿qué es
el hombre para que te fijes en él?;
¿qué los hijos
de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es
igual que un soplo;
sus días, una
sombra que pasa. R.
OREMOS CON EL
SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Este Salmo es
una súplica, al parecer puesta en boca del rey, para pedir ayuda en la batalla
y oración por todo el pueblo. El acento guerrero puede ser traspuesto a
realidades morales (la lucha contra el mal presente aun dentro de nosotros).
Todo el pueblo debe reconocerse en manos de Dios.
LECTURA DEL
EVANGELIO
LUCAS 9, 18-22
“Tú eres el
Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho”
Una vez que
Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
"¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos que
Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de
los antiguos profetas". El les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís
que soy yo?" Pedro tomó la palabra y dijo: "El Mesías de Dios".
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: "El Hijo del
hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos
sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar el tercer día". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En
público, Jesús recibe un reconocimiento de ‘profeta’; en privado, es proclamado
como ‘Mesías’. La condición de profeta no necesita ninguna aclaración
adicional, ya que el pueblo lo coloca en la misma línea de los grandes profetas
de Israel: Elías, el profeta clásico que, junto con Moisés, configuran los grandes
modelos; Juan Bautista, el gran profeta contemporáneo que muere a causa de su
testimonio en contra de la corrupción generalizada de los líderes de Israel. El
título de ‘Mesías’, en cambio, sí merece una aclaración. No es el Mesías
triunfante, bien sea un guerrero invencible o un poderoso gobernante, sino el
ungido misericordioso, capaz de acoger a los pecadores, sanar a los enfermos y
orientar a la multitud. El mesianismo de Jesús no pasa por los palacios regios
ni por el gran Templo; sí pasa por los campos, caminos y aldeas donde la
esperanza de una justicia posible aún no se ha perdido. El pueblo pobre no
sueña con paraísos imposibles, sino con una vida digna en la que las
necesidades vitales estén al alcance del trabajo diario, y los recursos no estén
sujetos a los caprichos de los gobernantes. – ¿Qué significado podría tener el
mesianismo de Jesús para nuestros días?
ORACIÓN
Dios,
gracias porque hoy tu Palabra nos enseña que todo lo haces en su debido
momento, porque estás más allá del tiempo. Ayúdanos a comprender y vivir en
paciencia y tolerancia ante las respuestas de cambio que esperamos en nuestra
vida personal, familiar, comunitaria, del país y del mudo. También que no nos
apresuremos en tomar las decisiones sino que a la luz del Espíritu logremos
discernir el momento oportuno. Amén
“Cuando debas tomar decisiones, mira siempre que
estén de acuerdo con el plan de Dios”
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