“DESCUBRIENDO UN
NUEVO ROSTRO DE DIOS”
La gracia y la
misericordia de Dios se contrapone a la mentalidad religiosa judía de los
tiempos de Jesús. Frente a la teología del mérito del sistema religioso se
opone la teología de la gracia predicada por Jesús. Desde esta perspectiva, la
salvación no se alcanza solamente por méritos propios sino por la misericordia
de Dios que nos la concede a pesar de que no la merezcamos.
PRIMERA
LECTURA
ISAÍAS 55,6-9
Mis planes no son
vuestros planes
Buscad al Señor mientras se le encuentra,
invocadlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal
sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es
rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis
caminos -oráculo del Señor-. Como el cielo es más alto que la tierra, mis
caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El texto del segundo Isaías centra su actividad
profética en el tema de la consolación del pueblo desterrado. Pero el destierro
fue por la desobediencia del pueblo y de sus dirigentes que se apartaron de
Dios y quebrantaron la alianza. Sin embargo, Dios no abandona a su pueblo. Si
el pueblo es infiel a la alianza, Dios permanece siempre fiel. Los caminos del
Señor son muy distintos de los caminos humanos. El profeta insiste en la
invitación a buscar al Señor. Hace un llamado a la conversión y al
arrepentimiento porque Dios es clemente y misericordioso y siempre está
dispuesto al perdón. Los planes de Dios no son tan limitados y mezquinos como
los de nosotros.
SALMO RESPONSORIAL: 144
R./Cerca está el Señor
de los que lo invocan.
Día tras día, te
bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor,
merece toda alabanza,
es incalculable su
grandeza. R.
El Señor es clemente y
misericordioso,
lento a la cólera y rico
en piedad;
el Señor es bueno con
todos,
es cariñoso con todas
sus criaturas. R.
El Señor es justo en
todos sus caminos,
es bondadoso en todas
sus acciones;
cerca está el Señor de
los que lo invocan,
de los que lo invocan
sinceramente. R.
OREMOS CON EL
SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Este es un salmo
alfabético de alabanza al amor de Dios que se extiende a todas las criaturas.
El reinado del Mesías, reinado de amor y de paz será eterno.
SEGUNDA LECTURA
FILIPENSES 1,20C-24.27ª
Para mí la vida es
Cristo
Hermanos: Cristo será glorificado abiertamente
en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una
ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo
fructífero, no sé qué escoger. Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo
partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro,
quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Lo importante es
que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Pablo, en la carta a los Filipenses, plantea una
seria disyuntiva: o morir para estar con Cristo o quedarse en medio de ellos
para ayudarles en sus dificultades. Pablo, prisionero por Cristo, presiente que
sus días ya están llegando a su fin. Perseguido, calumniado, encarcelado,
azotado y despreciado de muchos ha vivido en su propia persona la pasión de su
Señor. Consecuente con su predicación, si se ha esforzado por vivir el
evangelio de Jesús, entonces es normal que corra la misma suerte que su
maestro. Pero también tiene la plena convicción de participar de la gloria de
la resurrección. Tanto su vida como su muerte está en función de Cristo. Si
está vivo es para seguir anunciando el evangelio, si muere es para entrar en la
plena comunión de los justificados por El. Así las cosas, Pablo siente que su
misión ha llegado a su fin. Como Jesús, puede decir todo está cumplido. Pero a
Pablo le queda la gran preocupación de la fragilidad de las comunidades, cuya
fe está fuertemente amenazada por el ambiente cultural y religioso de las
colonias del Imperio.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 20,1-16
¿Vas a tener tú envidia
porque soy bueno?
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos
esta parábola: "El reino de los cielos se parece a un propietario que al
amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con
ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media
mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id
también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de
nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y
encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día
entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha
contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los
jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los
primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también
recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
"Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a
nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a
uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en
un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es
que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener
tú envidia por que yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y
los primeros los últimos." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En
la parábola de los trabajadores
descontentos con la paga se refleja el modo de actuar de Dios contrario
a nuestra mentalidad utilitarista. El contexto de la parábola debió ser la
controversia de Jesús con las autoridades judías por su continua relación con
personas de dudosa reputación como publicados, pecadores, enfermos, niños,
paganos y mujeres. Precisamente aquellos que estaba considerados impuros y, por
tanto, excluidos del círculo de santidad. Pero en el contexto de la comunidad
mateana se percibe el conflicto producido entre los judeocristianos y paganos
cristianos que confluyen en la misma comunidad. Era inaceptable que los recién
conversos tuvieran el mismo trato de los que han pertenecido desde tiempos
antiguos al pueblo elegido. Es claro que el encuentro entre judaísmo y
cristianismo en el seno de una misma comunidad resultó bastante complicado. Así
lo manifiestan otros escritos del nuevo testamento como la carta a los Gálatas.
La
parábola, narrada por Jesús, parte de un hecho real. El propietario representa
a los terratenientes que a base de aranceles habían quitado las tierras a los
campesinos. Así mismo, los desocupados eran los que lo habían perdido todo y se
alquilaban por cualquier cosa para poder vivir. Por supuesto que había quienes
siempre eran clientes fijos del propietario, es decir, aquellos a quienes
siempre se les contrataba, y estaban los que iban apareciendo a última hora. La
clave de la parábola no está en la actitud equitativa del patrón, pues él
podría pagar como quisiera. Lo que llamó la atención a los oyentes es que haya
preferido a los que no eran sus trabajadores (los de la última hora) sobre los
que si lo eran (los de la primera hora). Situación incomprensible desde todo
punto de vista.
El
sistema religioso del tiempo de Jesús y de las primeras comunidades centraba la
práctica religiosa en el mérito y la paga. La salvación se había convertido en
un mercado de compra y venta. Jesús cuestiona a fondo esta mentalidad que tanto
mal le ha hecho al pueblo. La salvación es don gratuito de Dios. Y la gracia
tiene que ver con el amor misericordioso. Dios no maneja nuestros esquemas
contables interesados y lucrativos. Para Dios, tanto los primeros como los
últimos son objeto de su inmenso amor y misericordia.
Hoy
tenemos que superar todo espíritu de competencia y codicia. Tenemos que superar
sobre todo el «exclusivismo» que todavía late en el subconsciente cristiano: ya
no lo decimos ni lo sostenemos, pero muchos lo siguen pensando: nosotros,
nuestra religión, sería la única verdadera, y por tanto la superior, la
definitiva, la insuperable, aquella a la que las demás religiones (¡y
culturas!) deberán confluir... Si ya muchos han abandonado aquella visión de
que «las naciones y los pueblos vendrán a adorar a Dios en Sión» -porque
sociológicamente ya no parece previsible ni viable que el mundo vaya un día a
ser todo él cristiano-, no dejamos de tener esa conciencia de «exclusivismo»
cuando nuestras autoridades y jerarquías condenan autoritariamente y sin
diálogo alguno opiniones sociales, criterios éticos, que se dan en distintas
sociedades, apoyados en el convencimiento de que nuestra verdad es
incuestionablemente superior a la de los demás, por principio, y que tendríamos
derecho a imponerla en la sociedad sin
necesidad siquiera de dialogar y convencer a la población... Es una actitud de
complejo de superioridad que no tiene ninguna justificación.
La
apertura a todos, el reconocimiento sincero de que no tenemos un «gratuito e
inmerecido derecho de primogenitura», que no somos «los (únicos) elegidos», que
los que hemos considerado tradicionalmente «últimos» (o en todo caso,
posteriores a nosotros) no lo son, que Dios es «gratuito» y sin favoritismos...
son asignaturas pendientes todavía para las Iglesias cristianas...
No
cabe duda de que aceptar en profundidad el mensaje evangélico de hoy de que
«los primeros serán los últimos», nos exige un cambio de mentalidad a fondo.
También el pluralismo religioso y el diálogo intercultural, se encuentran entre
esos grandes desafíos generados por el descubrimiento más profundo de la
«gratuidad de Dios» que la parábola del evangelio de hoy vuelve a poner ante
nuestros ojos.
ORACIÓN
Dios incluyente,
hoy a través de la Palabra nos recuerdas la prioritaria necesidad de volvernos
a Ti mientras estés cerca de nosotros y a abrirnos a la universalidad de la
liberación, donde se incluye a todos dentro de la comunidad y con los mismos
derechos. Queremos comprometernos en abolir las diferencias que benefician a
unos y discriminan a muchos, para que sea tu justicia no la nuestra la que rija
el mundo. Envía tu Espíritu para ser capacitados(as) en estos propósitos.
Amén
“Las
diferencias entre personas han de ser abolidas por la decisión de ejercitar la
bondad de Dios”
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