“ESCUCHAR Y PONERSE EN MOVIMIENTO”
PRIMERA LECTURA
EZEQUIEL 18,25-28
Cuando el malvado se convierte de su maldad,
salva su vida
Así dice el Señor: "Comentáis: "No es
justo el proceder del Señor." Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi
proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se
aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y
la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los
delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá."
REFLEXIÓN
La conversión de aquellos que el sistema
religioso considera pecadores debería ser una señal profética con el poder de
arrastrar a todos hacia el camino del bien. Sin embargo, esto no es lo que
ocurre. Cada sistema religioso organiza sus valores en escalas jerárquicas en
las que cuenta más la posición que la propia conciencia. El profeta Ezequiel y
el evangelio se refieren a esta terrible realidad: los que se consideran a sí
mismos salvados son incapaces de cambiar su manera de pensar para abrirse a la
acción de Dios. Los más ilustres representantes de la religión (sacerdotes
judíos, fariseos, escribas, etc.) incurren en el pecado de la falsa conciencia
religiosa, es decir en la pretensión injustificada de considerarse salvados por
sus propios méritos y no por la gracia de Dios.
El profeta Ezequiel llama la atención a su
pueblo, envuelto en intrigas, enajenado por las permanentes conspiraciones
contra el imperio babilonio. La situación era extremadamente precaria luego de
la primera deportación en el año 597 a.c. Los líderes del pueblo habían sido
obligados a marchar a tierras extranjeras y vivían en condiciones
extremadamente precarias. La situación en Jerusalén era extremadamente volátil.
La falta de discernimiento, la manipulación de los sentimientos patrióticos y
el oportunismo de los nuevos líderes los dejaban a la merced de una nueva y
devastadora intervención de Babilonia como efectivamente ocurrió en el año 587
a.c. En medio de tanta tensión, caos y confusión el profeta hace un llamado a
la cordura y al buen juicio. La falsa consciencia religiosa estaba inflando los
planes de las autoridades del Templo y de los altos funcionarios de la corte.
Se consideraban a sí mismos propietarios de la salvación y personas más allá
del ‘bien y del mal’. Ezequiel los llama a la humildad y la honestidad, al
servicio al pueblo y a la justicia, pues, en nombre del bien de la patria no
cesaban de cometer crímenes e injusticias que contradecían el fundamento
jurídico y ético de la alianza de Yahvé con su pueblo. Considerarse a si mismo
justo, mientras se comenten las peores atrocidades no es sino un engaño inútil.
El bien consiste en el respeto del derecho y en la práctica de la justicia.
SALMO RESPONSORIAL: 24
R. /Recuerda, Señor, que tu misericordia es
eterna.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu
misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud
acuérdate de mí con misericordia
por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.
OREMOS CON EL
SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Este es un canto
a la bondad y el amor de Dios y petición humilde de orientación y enseñanza. El
cristiano(a) sabe que el amor de Dios se hizo presente de manera nueva e
insuperable en la persona de Jesús. Él es el que debe guiarlo(a) y enseñarle la
verdad que conduce a la vida.
SEGUNDA LECTURA
FILIPENSES 2,1-11
“Tened entre vosotros los sentimientos propios
de Cristo Jesús”
Hermanos: Si queréis darme el consuelo de Cristo
y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas
compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un
mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación,
dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os
encerréis en vuestros intereses, sino buscad todo el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina, no hizo
alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la
condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre
cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de
cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el
"Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla
se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
REFLEXIÓN
Pablo nos llama la atención sobre aquellos
elementos de discernimiento que nos permiten evaluar nuestras prácticas
cotidianas a la diáfana luz del amor misericordioso y del servicio solidario.
Pablo nos muestra la misma realidad, desde el
interior de la comunidad cristiana. Los creyentes, por sus mismas buenas
intenciones, están más expuestos a crearse una falsa conciencia religiosa que
los lleve a considerarse superiores a los demás o definitivamente salvados. El
único criterio para determinar la autenticidad de las prácticas cristianas es
lo que él llama ‘entrañas de misericordia’, o sea, el amor incondicional por
aquellas personas excluidas y víctimas de la opresión y la miseria. Para Pablo,
los cristianos no se pueden examinar únicamente a la luz de criterios piadosos,
sino a la luz de la práctica de Jesús que actuó siempre en el mundo con
entrañas de misericordia.
Más allá de una interpretación limitada al
contexto judío del momento de Jesús, esta palabra suya puede y debe elevarse a
categoría universal y a principio teórico: el de la primacía del hacer sobre el
decir, de la práctica sobre la teoría, como lo veremos en el evangelio de hoy, Un hermano dijo que sí, muy dispuesto, pero
sus hechos desmintieron sus palabras: su palabra verdadera, su palabra
práctica, fue un no. El otro hermano pareció estar desde el principio fuera del
camino de la salvación, por sus palabras negativas e inaceptables; pero a pesar
de sus palabras, él de hecho fue a la viña, «hizo» la voluntad del Padre.
Decir/hacer, teoría/praxis: el Evangelio está claramente decantado a un lado,
sin vacilaciones, en estas disyuntivas.
LECTURA DELL EVANGELIO
MATEO 21,28-32
Recapacitó y fue
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos
sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué os parece? Un hombre tenía
dos hijos. Se acerco al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la
viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y
fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy,
señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?"
Contestaron: "El primero." Jesús les dijo: "Os aseguro que los
publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de
Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le
creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después
de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis."
REFLEXIÓN
La parábola que hoy nos propone Jesús, denuncia igualmente
la falsa conciencia religiosa. La viña es la realidad del mundo, en la que el
trabajo siempre es arduo y urgente. A esa viña el Padre envía a sus dos hijos.
La respuesta de los dos es ambigua. Sin embargo, sólo el compromiso del que
inicialmente se había negado al trabajo nos permite descubrir quién actúo
coherentemente. De este modo Jesús denuncia a aquellos dirigentes y a todo el
pueblo que públicamente se compromete a servir al Señor, pero que es incapaz de
obrar de acuerdo con sus palabras. Actitud que contrasta con aquellos que
aunque parecen negarse al servicio, terminan dando lo mejor de sí en la
transformación de la viña.
Desde el tema de la justicia que también es el tema central
de la liturgia de hoy, la palabra nos invita a reflexionar sobre un Dios que juzga
al individuo respecto a sus acciones personales. En cualquier caso, el Señor no quiere la
muerte ni el castigo de sus hijos, sino la vida de todos los seres humanos, por
eso desde la vida de su hijo Jesucristo nos invita a hacer una nueva alianza o
pacto. Jesús en el evangelio invita a la comunidad a juzgar lo que va a
proponerle “¿Qué os parece?”. Los dos
hijos de la parábola tipifican los dos grandes en que se dividía el pueblo de
Israel: los justos y los pecadores, pero ambos son considerados como hijos y
son objeto del amor del Padre, al tiempo que tienen también necesidad de
perdón. La parábola describe dos actitudes contrarias. En primer lugar la que
es considerado pecador: su respuesta cortante (“no quiero ir”), que muestra la
desobediencia al deber más importante para con
los padres. La segunda actitud el segundo hijo caracteriza a aquellos
que se creen justos, sería a aquellos que dicen y no hacen; los que en el momento decisivo no obedecen.
Toda la fuerza de esta parábola esta en el hacer o en el dejar de hacer, que es
lo que en definitiva cuenta ante Dios. Son muchos los cristianos que terminan
por instalarse cómodamente en su fe sin que su vida sea afectada en lo más
mínimo por su relación de compromiso verdadero con Dios. Cuantas veces la vida
de los cristianos queda cortada en dos, se organizan y viven como todos los
demás a lo largo de los días y el domingo dedican un cierto tiempo a dirigirse
a un Dios que está ausente de sus vidas el resto de la semana. Cristianos que
se desdoblan y cambian de personalidad según se arrodillen para adorar a Dios o
se entreguen a sus ocupaciones diarias, pero Dios no penetra en su vida
familiar, en su trabajo, en sus relaciones sociales, en sus proyectos e
intereses; en esto muchas veces nos podemos parecer al fariseo de la parábola
de hoy. En cambio los publicanos, pecadores y prostitutas, considerados como
personas, cuya conversión era dudosa y casi imposible a causa de su clase de
vida, en muchos casos, como en el de la parábola, vienen a ser personas más
honestas, sinceras y comprometidas en solidaridad con el dolor humano. Hoy
debiéramos preguntarnos con sinceridad, ¿Qué significa Dios en nuestro diario vivir?
Lo que se opone a la verdadera fe, no es, muchas veces, la incredulidad de
muchos, sino la falta de vida y un verdadero testimonio de los llamados creyentes.
ORACIÓN
Señor,
el camino del arrepentimiento cuesta, es más fácil decir sí y no cumplir evadir
la tarea, ayúdanos a ser dóciles a tu
Palabra, a tu Espíritu, a tu amor de Padre misericordioso. Queremos ser capaces
de salir de nosotros mismos, de las propias seguridades de los encierros en la
comodidad, para atender a tu Palabra, para servir a los demás, para hacer vida
la comunión, por favor haz que esto sea posible en la vida de cada persona que
pase por este planeta. Amén
“Que lo que el oído
escuchó, las manos lo pongan en práctica
para hacer de corazón lo que el Padre solicita”
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