Natividad de la
Santísima Virgen María
“A TRAVÉS DE
ELLA NOS HA VENIDO EL LIBERADOR”
PRIMERA LECTURA
MIQUEAS 5,1-4A
“El tiempo en
que la madre dé a luz”
Así dice el
Señor: "Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti
saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial.
Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus
hermanos retornará a los hijos de Israel. En pie, pastoreará con la fuerza del
Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque
se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra
paz." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En esta primera
lectura escuchamos al profeta campesino Miqueas, que vive y actúa en los años
750 y 700 AC. Miqueas ha tenido que huir de su pueblo a causa de la invasión a
Siria, y se ha refugiado en Jerusalén. Allí, al ver la situación de injusticia
social, la proliferación de cultos paganos, lanza sus denuncias de destrucción
mezclados con anuncios de esperanza de una nueva situación en la que se
cumplirán las promesas de Dios, mediante una monarquía digna de sus orígenes
davídicos.
El nuevo rey se
caracterizará por varias cosas: Sus
orígenes humildes, pues nacerá en la pequeña aldea de Belén; con él terminará
el tiempo de abandono y dispersión; en
él se manifestará la mano de Dios a favor de su pueblo pobre; y como el
objetivo es que el pueblo pueda vivir en paz, este rey tiene como nombre la
misma paz.
Grandes hombres
y mujeres proceden, a veces, de los lugares más pequeños y de ambientes no muy
destacados. De la misma manera, el futuro Mesías de Israel tendría un origen
humilde y llegaría a ser el más grande
sobre la tierra. Fue engendrado en el vientre de una humilde mujer campesina,
se crío en la anónima Nazareth, ejerció un oficio sencillo junto a José, y por
muchos años paso desapercibido para los “grandes e importantes de su tiempo”.
Ojalá hoy nos dejemos motivar por este mensaje y permitamos que el Señor siga
sacando de cada uno de nosotros lo mejor de sus dones, para ponerlos al
servicio de nuestros hermanos y de la paz que tanto anhelamos.
SALMO
RESPONSORIAL: 12
R. / Desbordo de
gozo con el Señor.
Porque yo confío
en tu misericordia:
alegra mi
corazón con tu auxilio. R.
Y cantaré al
Señor por el bien que me ha hecho. R.
OREMOS CON EL
SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
La confianza en
el amor de Dios es el centro de la espiritualidad de los salmos. El cristiano
debe repetir con San Pablo: “Tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida,
ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo futuro; ningún poder
creado, ni lo más alto ni lo más profundo, ni ninguna otra criatura podrá
separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.”
LECTURA DEL
EVANGELIO
MATEO
1,1-16.18-23
“La criatura que
hay en ella viene del Espíritu Santo”
Genealogía de
Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a
Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a
Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a
Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed
a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la
mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a
Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a
Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amos a
Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de
Babilonia.
Después del
destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel,
Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a
Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob
engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de
Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y,
antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu
Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió
repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le
apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David,
no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en
ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre
Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió
para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad:
la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa
"Dios con nosotros"." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El Evangelio nos presenta los orígenes de Jesús
acudiendo a dos recursos muy frecuentes en el Antiguo Testamento. El primero es
una genealogía que vincula a Jesús con la promesa universal realizada por medio
de la bendición de Abraham y, al mismo tiempo, con la promesa nacional por
medio del profeta Natán. Las genealogías son listas de antepasados celebres que
tienen como función destacar la misión y el significado de Jesús para la
historia de la Salvación. El segundo recurso es el nacimiento milagroso, como
ocurrió con Moisés, con Sansón y con Samuel. Al igual que otros destacados
personajes bíblicos, el nacimiento excepcional de Jesús destaca un valor
especial en la vida de la comunidad. Con él renace la esperanza de una
intervención extraordinaria de parte de Dios para redimir la situación del
pueblo de Dios. Detrás de estos dos recursos está la maravillosa figura de una
mujer que supo como nadie conjugar la urgencia histórica de su pueblo con su
decidida entrega personal. En la persona de María de Nazaret converge toda la
historia de salvación con su potencial salvador. La comunidad cristiana
recuerda hoy la fecha de su nacimiento y le da valor de buena noticia y de
fiesta.
ORACIÓN
Gracias Señor,
porque a través de una hermosa e integra mujer, Tú hiciste llegar a esta tierra
al que nos enseña la esencia del amor verdadero, al que es camino, verdad y
vida, al que siempre está con nosotros. Ayúdanos, como ella, a disponernos para
ti, a ser conscientes de nuestra realidad de opresión en que aún vivimos a
causa de no meternos contigo para aprender y desarrollar los valores del Reino.
Amén
“Preparémonos,
como María, para ser la mejor respuesta al Dios de la cercanía y hacer vida la
palabra”
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