jueves, 1 de diciembre de 2011

Jueves, 1 de diciembre de 2011

“ES NECESARIO CONSTRUIR NUESTRA VIDA SOBRE LA ROCA”


PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 26, 1-6


“LAS PISADAS DE LOS POBRES, PISAN LA CIUDAD HUMILLADA ”


Aquel día, se cantará este canto en el país de Judá: "Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua: doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada; la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó al polvo, y la pisan los pies, los pies del humilde, las pisadas de los pobres."

REFLEXIÓN
Poco a poco vamos entrando en el espíritu del adviento. Creo que ya comprendemos la metodología que ha precedido la elección de las lecturas: una profecía, en algún texto del Antiguo Testamento, con preferencia, Isaías; y su cumplimiento, a menudo sobreabundante, en algún texto de los Evangelios. Hoy el tema es la firmeza: Dios anuncia firmeza, Cristo muestra el camino de una vida de sólidos cimientos.
La Biblia nos enseña consecuentemente que la firmeza está ligada a la confianza. Puesto que nadie lo puede todo por sí mismo, su firmeza depende en el fondo de quiénes son sus aliados y cuáles son sus alianzas. El mensaje es: "si haces alianza con el más fuerte, puedes confiar y mirar al futuro con paz, porque tu vida será firme". El Señor Dios recibe así un elogio singular: la "Roca perpetua".
En contraste con la ciudad que se edifica sobre esta Roca, está la ciudad encumbrada, la ciudad altiva. ¿En qué pensaba el profeta cuando hablaba así? Lo más probable es que, más que en un lugar en el mapa, el profeta estuviera describiendo simbólicamente el destino de la soberbia humana, que nada puede esperar sino su estruendosa caída.
En el libro de Isaías también hay júbilo; porque ha encontrado firmeza. La ciudad es fuerte, está guarnecida por Dios. Es una experiencia grata que tiene su plenitud en aquel que no cambia, porque es Roca Perpetua. Volver a Dios que no cambia; volver a Dios y saber que él siempre está ahí, que su amor es indeclinable, que su misericordia no conoce ocaso.


SALMO RESPONSORIAL: 117
R./ Bendito el que viene en nombre del Señor.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 7,24-27

“QUIEN CUMPLE LA VOLUNTAD DEL PADRE ENTRARÁ EN EL REINO”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente."


REFLEXIÓN
Cristo nos habla también de firmeza, en su evangelio, con la conocida imagen de las dos casas, una sobre roca y otra sobre arena. La casa sobre la roca corresponde a aquel que ha puesto en práctica la palabra: un hecho que cabe destacar, porque la solidez no proviene aquí de un sentimiento o de una valoración subjetiva sino de la experiencia que al parecer dan solamente las obras. Conoce la verdad de la palabra quien ha puesto a prueba la palabra.
¿Qué amenaza a estas casas? Vientos y crecidas. Su rostro particular o su nombre propio será diferente en la vida de cada uno de nosotros, pero lo que debe quedarnos claro es que nuestra existencia, recibirá amenazas. No existe algo así como una "pacífica posesión" de la vida de la gracia. Ser de Dios y soportar torrentes y tempestades es una misma cosa en esta tierra.
Recordemos también, que escuchar la Palabra de Dios y ponerla por obra, es el verdadero proyecto de Jesús; es lo que da solidez a la fe y a la Iglesia misma. Aquí es oportuno tener en cuenta dos dimensiones. Primera: Escuchar la palabra significa estar atentos a las voces multiformes de Dios, saber comprender los signos de los tiempos, disponer todos los sentidos para captar la revelación de Dios en la historia. Segunda: Poner la Palabra por obra no es otra cosa que ser obediente al designio de Dios, actuar coherente y responsablemente en la realidad; es responder como creyentes a los desafíos de los tiempos. Vivir la fe cristiana de manera responsable y coherente no siempre significa hacer cosas de gran trascendencia; se trata de asumir con alegría la tarea diaria de transformar-liberar en el contexto cercano en el que vivimos.

ORACIÓN
Señor queremos poner toda nuestra vida en ti y permanecer en ti, a pesar de las tempestades. Ayúdanos Señor a tener el firme propósito de seguir y vivir según tu voluntad, según tu Palabra, fundamentando nuestro corazón en ti, toda nuestra esperanza, nuestras ilusiones, todo nuestro futuro, que aprendamos a vivir confiadamente en ti, en ti que eres nuestra roca fuerte. Amén

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