jueves, 1 de diciembre de 2011

ES NAVIDAD: CRISTO JESÚS ESTÁ NACIENDO EN EL BELÉN DE NUESTRA VIDA

El Dios de los cielos, queriendo ponerse en nuestras manos, se hace pequeño, indefenso, niño, en el portal de Belén, donde podremos adorarle.

"¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" Lucas 2,14

Cristo Jesús está con nosotros esta noche, hoy que celebramos la Navidad, este día y todos los días de nuestra vida, y por todos los siglos se quiere quedar con nosotros, y aunque personajes extraños, y el mundo consumista tratan de acaparar las miradas y atraerlas hacia sí, Cristo Jesús tiene que ser el único centro de atención, de amor, de paz y de solidaridad en nuestra vida.

Miremos en la calle, en los mismos aeropuertos, personas de aspecto importante, vestidas con trajes de negocio y con portafolios a su costado, que van y vienen apurados, a tomar el bus, el avión, su autómovil, o mirémonos a nosotros mismos. ¿Hay alguno que piense en Dios?, y nosotros durante el día ¿Cuántas veces tenemos presente o pensamos en Dios?.

De alguna forma existen como universos paralelos. Un universo consiste en vidrio, hierro, portafolios de cuero, el signo pesos ($), transacciones bancarias y el olor a café recién molido. El otro está formado por fuerzas espirituales y lugares de ubicación desconocida al que algunos han llamado cielo. De manera palpable, nosotros habitamos el mundo material; pero es necesaria la fe para que nos consideremos ciudadanos del otro mundo invisible.

La Navidad cambia el rumbo de las cosas y alude a la lucha que se desencadena cuando el Señor de ambos mundos desciende a vivir según las reglas de uno de ellos. En Belén, ambos mundos se unieron, se alinearon. Lo que Jesús posteriormente llevó a cabo en el planeta Tierra hace posible que Dios, en un día futuro, resuelva todas las discordancias entre ambos universos. Por eso surgión un coro de ángeles que estalló en un cántico espontáneo; cántico que no sólo perturbó a algunos pastores, sino también a todo el universo. Lucas 2,13-14.

Pero volvamos al camino de Belén, a la gruta que siguieron los pastores, a aquel pesebre sencillo, donde nace Jesús, es allí donde todas nuestras soledades y tristezas quedan vencidas, donde nuestra vida ya no estara abandonada, donde nuestra casa puede ser construida en la roca, es allí en Belén, donde nuestra existencia adquiere sentido, donde podemos proyectar nuestra historia, es allí en Jesús, no en la utopía sino en la certeza de que el Dios de Cristo Jesús está presente y nos acompaña, en la certeza de que es “Dios con nosotros”.

Dios, se hace pequeño, indefenso, niño, en el portal de Belén, y nos invita a adorarlo y es allí donde podemos encontrar la respuesta a todas nuestras inquietudes. En el Divino Niño podemos adorar la grandeza de Dios, sin olvidarnos que cuando el Hijo de Dios se hace hombre, ya lleva presente con él la salvación para todos los hombres con su muerte y resurrección.


Es el momento de la adoración, es el momento de parar y reflexionar, es el momento de pensar en Dios, es el momento de vivir el amor. A Jesús mismo no lo entenderemos sin amor, y sin amor tampoco comprenderíamos el designio de Dios de hacerse cercano a nosotros. Mientras prendemos luces y más luces en el árbol de Navidad, mientras damos y recibimos regalos, esforcémonos más por encender en el corazón, la luz del corazón de Cristo, seamos el regalo mismo para el Señor y recibámoslo en el corazón como el mejor regalo para nuestra vida, para que todo el mundo se convierta en una hoguera de amor, de paz, de consuelo, de solidaridad, para que sigamos siendo constructores de un mundo mejor.


LA PALABRA CLAVE DE ESTA NAVIDAD «EMANUEL»: ¡DIOS CON NOSOTROS!.


Dios los bendiga.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: