jueves, 1 de diciembre de 2011

Viernes, 2 de diciembre de 2011

“LAS MARAVILLAS QUE DIOS REALIZA”


PRIMERA LECTURA

Isaias 29,17-24

“LOS QUE PROTESTABAN APRENDERÁN LA ENSEÑANZA”


Dentro de poco tiempo
el bosque se convertirá en campos de cultivo
y los campos de cultivo parecerán un bosque.
En ese día los sordos podrán oir
cuando alguien les lea,
y los ciegos podrán ver,
libres de oscuridad y de tinieblas.
Los humildes volverán a alegrarse en el Señor,
los más pobres se gozarán
en el Dios Santo de Israel.
Se acabarán los insolentes,
dejarán de existir los arrogantes
y desaparecerán los que solo piensan en hacer el mal,
esos que acusan de crímenes a otros,
y ponen trampas al juez,
y con engaños niegan justicia al inocente.
Por eso, el Señor, el Dios de Israel,
el que rescató a Abraham, dice:
"De ahora en adelante Jacob no sentirá vergüenza,
ni su rostro se enrojecerá,
porque cuando sus descendientes
vean lo que he hecho en su pueblo,
reconocerán mi santidad y me temerán a mí,
el Dios Santo de Israel.
Los que estaban confundidos aprenderán a ser sabios,
y los murmuradores aceptarán las enseñanzas."

REFLEXIÓN
El profeta Isaías en medio de la injusticia promovida por quienes no obedecen los mandatos del Señor presenta un mensaje esperanzador para quienes aún tienen puesta su confianza en el Dios de Israel. Aunque parezca que todo tiende al fracaso, Israel debe confiar en el Señor, pues él es quien conduce los hilos de la historia y tiene un plan de salvación trazado para quienes le aman. Todo aquello es descrito por el profeta a través de imágenes que invitan a tomar una actitud de fe y esperanza, el vergel se tornará en bosque, los sordos oirán, los ciegos verán, los oprimidos y los pobres recobrarán la alegría, los buenos ya no se avergonzarán de seguir al Señor y los injustos acabarán mal. No es utopía. Así hablan os profetas. Así se expresan aquellos que, dóciles al Espíritu de Dios, ven la luz en medio de las tinieblas. Ellos, aunque no niegan la realidad de los acontecimientos que dañan y oprimen al ser humano, saben que el Dios de la vida es fiel a su alianza y jamás abandona a su suerte a quienes eligió para seguirle. No sólo a los de aquellos tiempos, sino también a quienes hoy combatimos el combate de la fe y sabemos lo que es sequedad, oscuridad y opresión.

SALMO RESPONSORIAL: 26
R./ EL Señor es mi luz y salvación.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 9,27-31


¿CREEN QUE PUEDO HACERLO?


Jesús sana a dos ciegos
Al salir Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritando:
--¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!

Cuando Jesús entró en la casa, los ciegos se le acercaron, y él les preguntó:

--¿Creen ustedes que puedo hacer esto?

--Sí, Señor --le contestaron.

Entonces Jesús les tocó los ojos, y les dijo:

--Que se haga conforme a la fe que ustedes tienen.

Y recobraron la vista. Jesús les advirtió mucho:

--Procuren que no lo sepa nadie.

Pero, apenas salieron, contaron por toda aquella región lo que Jesús había hecho.


REFLEXIÓN
La Palabra de Dios hoy nos pone en contacto con el comienzo del ministerio de Jesús en Galilea. Estos primeros signos están puestos en la lógica de la solidaridad local, y, en ese sentido, en la lógica de la confrontación con los poderes locales.

Los ciegos entran en un diálogo con Jesús, clamando misericordia. Él los sana en un acto de verdadero amor profético, una vez que ha confrontado la experiencia de fe de los solicitantes: ¿Creen ustedes que puedo hacer esto?

Recuperada la vista, Jesús les pide que no se lo digan a nadie; sin embargo, ellos salieron a contarlo acrecentando el reconocimiento de Jesús en toda la región.

Dos son los aprendizajes que el Evangelio nos comunica el día de hoy: En primer lugar, nuestra experiencia de fe se fortalece al estar en permanente comunicación con Dios, es decir saber, querer y creer en Dios.

Un segundo aprendizaje está en la búsqueda comunitaria de la salvación – liberación. El que los ciegos anden juntos y propaguen buenas noticias con su testimonio es una pista sobre la tarea evangelizadora que hemos de emprender quienes nos sentimos amados por Jesús.

ORACIÓN
Cómo no alabarte, Jesús. Cómo no bendecir tu Nombre Santo. Cómo no glorificarte cada día de mi vida. Tu misericordia para conmigo es eterna y tu suave mano guía mi camino. Me conduces a verdes pastos y sacias mi alma. En Ti todo es posible y nada es perdido. Te alabo, Señor. Amén.

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