“MARÍA MODELO DE DISCIPULADO”
PRIMERA LECTURA
JOEL 3,12-21
JOEL 3,12-21
“ALLÍ ME SENTARÉ A JUZGAR A LAS NACIONES”
Prepárense las naciones
y acudan al valle de Josafat,
pues allí juzgará el Señor
a todas las naciones vecinas.
Porque ellos son tan malvados,
córtenlos como a trigo maduro,
pues ya es el tiempo de la cosecha;
aplástenlos como a uvas,
pues ya está todo listo para hacer el vino.
Hay grandes multitudes en el valle de la Decisión,
porque ya está cerca el día del Señor.
El sol y la luna se oscurecen
y las estrellas pierden su brillo.
Cuando el Señor hace oir su voz de trueno
desde el monte Sión, en Jerusalén,
el cielo y la tierra se ponen a temblar.
Pero el Señor es un refugio protector
para los israelitas, que son su pueblo.
"Ustedes reconocerán que yo, el Señor su Dios,
vivo en Sión, mi santo monte.
Jerusalén será una ciudad santa:
jamás volverán a conquistarla los extranjeros.
En aquel día, el vino y la leche
correrán como agua por montes y colinas,
y los arroyos de Judá llevarán agua en abundancia.
De mi templo brotará un manantial
que regará el valle de Sitim.
Egipto quedará en ruinas,
y Edom será convertido en un desierto,
porque atacaron a los habitantes de Judá
y en su país derramaron sangre inocente.
Yo vengaré su muerte; no perdonaré al culpable.
Pero Judá y Jerusalén estarán siempre habitadas,
y yo, el Señor, viviré en el monte Sión."
REFLEXIÓN
Continuamos leyendo el libro del profeta Joel, hoy en su segunda parte. Allí , el profeta hace una descripción poética y “apocalíptica” (con imágenes y símbolos) del día del Señor, el día de su juicio sobre la historia y sobre todas las naciones, quienes bajarán al valle de Josafat o al valle “del juicio” y allí habrán de responder a las implacables acusaciones de Yavhé por el mal que hicieron a Israel.
Pero para el pueblo de Dios es un mensaje de esperanza. Dios se apiada de su pueblo y su castigo no es definitivo; cambiará de pensamiento y los perdonará. Es como una respuesta a la llamada angustiosa del pueblo. Dios promete, generoso, el perdón y la venganza. Esa perspectiva final para los elegidos es descrita por Joel con imágenes paradisíacas: “”Aquel día, los montes manarán vino, los collados se desharán en leche, las acequias de Judá irán llenas de agua, brotará un manantial del templo del Señor, y engrosará el torrente de las Acacias”.
Ésta es también una invitación para nosotros hoy. Es saludable mirar con frecuencia hacia nuestro futuro en Dios, donde no sólo contemplaremos con claridad su rostro de Padre, sino que también seremos juzgados por Él que es la plenitud de toda justicia, recibiendo cada uno lo que él sabe que merecemos. Por eso, nos debemos ir preparando desde ya, en el acontecer de cada día, con la esperanza de que en Jesús somos vencedores, para ese examen del que ninguno será eximido. Ojalá “aquel día” escuchemos de Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 96
R. / Alégrense, justos, con el Señor.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 11,27-28
y acudan al valle de Josafat,
pues allí juzgará el Señor
a todas las naciones vecinas.
Porque ellos son tan malvados,
córtenlos como a trigo maduro,
pues ya es el tiempo de la cosecha;
aplástenlos como a uvas,
pues ya está todo listo para hacer el vino.
Hay grandes multitudes en el valle de la Decisión,
porque ya está cerca el día del Señor.
El sol y la luna se oscurecen
y las estrellas pierden su brillo.
Cuando el Señor hace oir su voz de trueno
desde el monte Sión, en Jerusalén,
el cielo y la tierra se ponen a temblar.
Pero el Señor es un refugio protector
para los israelitas, que son su pueblo.
"Ustedes reconocerán que yo, el Señor su Dios,
vivo en Sión, mi santo monte.
Jerusalén será una ciudad santa:
jamás volverán a conquistarla los extranjeros.
En aquel día, el vino y la leche
correrán como agua por montes y colinas,
y los arroyos de Judá llevarán agua en abundancia.
De mi templo brotará un manantial
que regará el valle de Sitim.
Egipto quedará en ruinas,
y Edom será convertido en un desierto,
porque atacaron a los habitantes de Judá
y en su país derramaron sangre inocente.
Yo vengaré su muerte; no perdonaré al culpable.
Pero Judá y Jerusalén estarán siempre habitadas,
y yo, el Señor, viviré en el monte Sión."
REFLEXIÓN
Continuamos leyendo el libro del profeta Joel, hoy en su segunda parte. Allí , el profeta hace una descripción poética y “apocalíptica” (con imágenes y símbolos) del día del Señor, el día de su juicio sobre la historia y sobre todas las naciones, quienes bajarán al valle de Josafat o al valle “del juicio” y allí habrán de responder a las implacables acusaciones de Yavhé por el mal que hicieron a Israel.
Pero para el pueblo de Dios es un mensaje de esperanza. Dios se apiada de su pueblo y su castigo no es definitivo; cambiará de pensamiento y los perdonará. Es como una respuesta a la llamada angustiosa del pueblo. Dios promete, generoso, el perdón y la venganza. Esa perspectiva final para los elegidos es descrita por Joel con imágenes paradisíacas: “”Aquel día, los montes manarán vino, los collados se desharán en leche, las acequias de Judá irán llenas de agua, brotará un manantial del templo del Señor, y engrosará el torrente de las Acacias”.
Ésta es también una invitación para nosotros hoy. Es saludable mirar con frecuencia hacia nuestro futuro en Dios, donde no sólo contemplaremos con claridad su rostro de Padre, sino que también seremos juzgados por Él que es la plenitud de toda justicia, recibiendo cada uno lo que él sabe que merecemos. Por eso, nos debemos ir preparando desde ya, en el acontecer de cada día, con la esperanza de que en Jesús somos vencedores, para ese examen del que ninguno será eximido. Ojalá “aquel día” escuchemos de Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 96
R. / Alégrense, justos, con el Señor.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 11,27-28
“MEJOR DICHOSOS LOS QUE ESCUCHAN LA PALABRA DE DIOS”
Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer entre la gente gritó:
--¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió!
Él contestó:
--¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen!
--¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió!
Él contestó:
--¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen!
REFLEXIÓN
El texto de hoy nos muestra cómo desde su estado de silencio, y reconociendo la presencia de Jesús, una mujer anónima se anima a alabarle. Jesús, en cambio, le muestra cuál es la verdadera grandeza ante los ojos de Dios. Aquí vemos de manera concreta cuál es el proyecto de Jesús. La mujer alaba y llama dichosa a la madre del mismo Jesús, desea felicidad y honor para la mujer que le ha dado la vida y que lo ha visto crecer. Pero Jesús contesta que es más bien dichoso quien escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica. Éste es el auténtico motivo de dicha y felicidad: Escuchar, y seguir a la Palabra que es Jesús y guardar la enseñanza por él proclamada.
Hoy el evangelio nos invita a ser Palabra viva, Palabra practicada, Palabra creadora. Escuchar la Palabra de Dios es dejarse guiar por ella, es eliminar nuestros egoísmos, nuestra tendencia de dominio, para que viva en nuestra vida la fraternidad y la misericordia. Veamos a María como modelo, porque ella guardó, creyó y escuchó la Palabra de Dios.
PARA REFLEXIONAR
¿Descubro la Palabra viva de Dios en mi vida?
ORACIÓN
Te doy gracias, mi Dios y Padre, porque con sabiduría y amor has conducido mis pasos y me has permitido conocerte, escucharte y amarte. Te entrego mi corazón para que lo moldees con el poder de tu Espíritu y me enseñes a hacer en todo tu voluntad. Amén.
El texto de hoy nos muestra cómo desde su estado de silencio, y reconociendo la presencia de Jesús, una mujer anónima se anima a alabarle. Jesús, en cambio, le muestra cuál es la verdadera grandeza ante los ojos de Dios. Aquí vemos de manera concreta cuál es el proyecto de Jesús. La mujer alaba y llama dichosa a la madre del mismo Jesús, desea felicidad y honor para la mujer que le ha dado la vida y que lo ha visto crecer. Pero Jesús contesta que es más bien dichoso quien escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica. Éste es el auténtico motivo de dicha y felicidad: Escuchar, y seguir a la Palabra que es Jesús y guardar la enseñanza por él proclamada.
Hoy el evangelio nos invita a ser Palabra viva, Palabra practicada, Palabra creadora. Escuchar la Palabra de Dios es dejarse guiar por ella, es eliminar nuestros egoísmos, nuestra tendencia de dominio, para que viva en nuestra vida la fraternidad y la misericordia. Veamos a María como modelo, porque ella guardó, creyó y escuchó la Palabra de Dios.
PARA REFLEXIONAR
¿Descubro la Palabra viva de Dios en mi vida?
ORACIÓN
Te doy gracias, mi Dios y Padre, porque con sabiduría y amor has conducido mis pasos y me has permitido conocerte, escucharte y amarte. Te entrego mi corazón para que lo moldees con el poder de tu Espíritu y me enseñes a hacer en todo tu voluntad. Amén.
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