sábado, 1 de octubre de 2011

Sábado 29 de Octubre de 2011

“EL QUE SE ENSALZA SERÁ HUMILLADO”



PRIMERA LECTURA
ROMANOS 11,1-2ª.11-12.25-29



"HAN CAÍDO PARA NO LEVANTARSE?


Ahora pregunto: ¿Será que Dios ha rechazado a su pueblo? ¡Claro que no! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham y de la tribu de Benjamín. Desde el principio, Dios había reconocido a los israelitas como su pueblo; y ahora no los ha rechazado.
Ahora pregunto: ¿Será que los judíos, al tropezar, cayeron por completo? ¡De ninguna manera! Al contrario, al desobedecer los judíos, los otros han podido alcanzar la salvación, para que los israelitas se pongan celosos. Así que, si el tropiezo y el fracaso de los judíos han servido para enriquecer al mundo, a los que no son judíos, ¡ya podemos imaginarnos lo que será su plena restauración!
Hermanos, quiero que sepan este designio secreto de Dios, para que no presuman de sabios: los israelitas se han endurecido en parte, pero solo hasta que hayan entrado todos los que no son de Israel. Cuando esto suceda, todo Israel alcanzará la salvación, pues la Escritura dice:
"El libertador vendrá de Sión
y apartará de Jacob la maldad.
Y esta será mi alianza con ellos
cuando yo quite sus pecados."
En cuanto al evangelio, los judíos son tenidos por enemigos de Dios a fin de darles oportunidad a ustedes; pero Dios todavía los ama a ellos, porque escogió a sus antepasados. Pues lo que Dios da, no lo quita, ni retira tampoco su llamamiento.

REFLEXIÓN
San Pablo está como haciendo unas reflexiones en voz alta sobre lo que ha sucedido con sus hermanos de raza, es decir, con el pueblo judío. Los datos son sencillos: son el pueblo elegido. Sin embargo, la mayor parte de ellos no acepta a Jesús como el Mesías esperado. Jesús es ante todo el cumplimiento de las promesas de Dios a su pueblo, pero su pueblo lo rechaza. ¿Qué decir? En esto tiene que haber pecado, pero ¿ese pecado detiene el plan de Dios, o lo arruina?
l apóstol sigue meditando sin desprenderse de los datos reales y concretos: la negación de los judíos a creer es en sí misma un hecho lamentable y triste; eso es innegable. Pero esa negación sirvió para que la predicación se abriera a los pueblos no judíos, a los paganos. Y lo mismo que verificamos la triste noticia de la pertinacia de la mayor parte de los judíos también tenemos que verificar que ello fue ocasión de que se manifestara la compasión sobreabundante de Dios para con los pueblos paganos.



SALMO RESPONSORIAL: 93
R. / El Señor no rechaza a su pueblo.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 14,1.7-11


"AMIGO, ACÉRCATE MÁS, SUBE MÁS ARRIBA"

Sucedió que un sábado Jesús fue a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos lo estaban espiando.
Al ver Jesús cómo los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, les dio este consejo:
--Cuando alguien te invite a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, pues puede llegar otro invitado más importante que tú; y el que los invitó a los dos puede venir a decirte: 'Dale tu lugar a este otro.' Entonces tendrás que ir con verguenza a ocupar el último asiento. Al contrario, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: 'Amigo, pásate a un lugar de más honor.' Así recibirás honores delante de los que están sentados contigo a la mesa. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.´

REFLEXIÓN
Generalmente, dentro de un banquete hay una jerarquía, como en toda sociedad. Jesús denuncia la práctica de unos convidados que siempre escogían los primeros puestos, llevados por un deseo de honor y gloria. Jesús rechaza a aquellos a quienes les gusta que les saluden en las plazas y que les hagan reverencias como los mejores; él está en contra y rechaza categóricamente esta jerarquía. Jesús sabía que el Reinado de Dios estaba llamado a realizar esta revolución: destronar la hipocresía del mérito propio, como el dueño de la boda destronaba a los invitados autosuficientes. De este tipo de invitados se había llenado su sociedad que había terminado siendo manejada por criterios de poder.

La humildad es uno de los valores fundamentales del Reino, al igual que el desinterés y la generosidad para con los más pequeños. Esta virtud debe tener como trasfondo la actitud de que, a sabiendas, muchas veces no será correspondido.

En el banquete del Reino se da un cambio de puestos y de valores: no hay primeros lugares, ni por derecho ni por cortesía. La excesiva valoración de sí mismo debe ceder puesto a la humildad.

PARA REFLEXIONAR
1. En la relación de amistad con los demás ¿prevalece el cálculo interesado, la búsqueda de una recompensa o un pago?
2. ¿Estás dispuesto(a) a dar cuanto tú eres para el beneficio de los otros?

ORACIÓN
Señor Jesús quiero ser humilde como Tú, quiero saber que lo más importante es el amor y no el puesto y los títulos, no permitas que mi vida se vuelva un coleccionar triunfos del mundo y un estar lejos de Ti. Quiero estar contigo y vivir para Ti, sé que esa es la única manera de ser feliz. Amén.

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