“AMAR INTENSAMENTE”
PRIMERA LECTURA
ÉXODO 22,21-27
ÉXODO 22,21-27
“NO SERÁS USURERO CARGANDO INTERESES”
"No maltrates ni oprimas al extranjero, porque ustedes también fueron extranjeros en Egipto. "No maltrates a las viudas ni a los huérfanos, porque si los maltratas y ellos me piden ayuda, yo iré en su ayuda, y con gran furia, a golpe de espada, les quitaré a ustedes la vida. Entonces quienes se quedarán viudas y huérfanos serán las mujeres y los hijos de ustedes.
"Si le prestas dinero a alguna persona pobre de mi pueblo que viva contigo, no te portes con ella como un prestamista, ni le cobres intereses. Si esa persona te da su ropa como garantía del préstamo, devuélvesela al ponerse el sol, porque esa ropa es lo único que tiene para protegerse del frío. Si no, ¿sobre qué va a acostarse? Y si él me pide ayuda, en su ayuda iré, porque yo sé tener compasión.
REFLEXIÓN
La legislación de Israel estaba orientada a mitigar los efectos del empobrecimiento de las grandes masas de campesinos. El exilio, el desplazamiento forzado por causa de la guerra, la usura... se convertían en una amenaza para la convivencia y, sobretodo, contradecían los fundamentos éticos del pueblo de Dios.
El «código de la alianza» hacía énfasis, no sólo en las rúbricas litúrgicas o en las orientaciones religiosas, sino en la protección de los sectores más vulnerables de la sociedad: forasteros, viudas, huérfanos, jornaleros y pobres en general. Los forasteros porque, en la mayoría de los casos, eran exiliados de la guerra que habían sufrido el desplazamiento forzado y llegaban a las tierras de Israel sin otro recurso que sus propias manos. La legislación recuerda los beneficios del éxodo y el cambio de situación del pueblo hebreo que pasó de la servidumbre a la libertad. Las viudas y los huérfanos estaban a merced de los parientes varones que detentaban el monopolio jurídico de la tierra. Los jornaleros estaban a merced de los terratenientes que les pagaban cuando se les venía en gana y no al terminar el día, como lo determinaba la Ley. El clamor de estas personas se convertía en una preocupación del Dios liberador que no podía dejar impune a los opresores, explotadores y usureros.
Un hombre del antiguo Israel, como Jesús, se sorprendería al ver que nuestra sociedad se basa en la usura. Para ellos, los exagerados intereses de una deuda eran una auténtica vergüenza. Y más se asustaría al saber que los grandes usureros gobiernan las políticas de los países y determinan quién vivirá satisfecho y cuantos millones de pobres morirán de hambre. La usura es, en la Biblia, un delito comparable sólo con el asesinato. La usura es la mayor amenaza para la gente pobre que se ve obligada a empeñar hasta la propia ropa para poder comer. La usura se origina en la injusta percepción de los valores sociales, pues la ambición y la acumulación se convierten en el objetivo de las relaciones sociales, quitándoles su carácter de gratuidad y solidaridad.
SALMO RESPONSORIAL: 17
R./ Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
SEGUNDA LECTURA
PRIMERA DE TESALONISENCES 1,5-10
“ABANDONARON LOS ÍDOLOS Y SE VOLVIERON AL DIOS VIVO”
Hermanos : Bien saben cómo nos portamos entre ustedes, buscando su propio bien.
Ustedes, por su parte, siguieron nuestro ejemplo y el ejemplo del Señor, y recibieron el mensaje con la alegría que el Espíritu Santo les daba en medio de grandes sufrimientos. De esta manera llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes en las regiones de Macedonia y Acaya. Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha extendido, no solo por Macedonia y Acaya, sino por todas partes, y se sabe de la fe que ustedes tienen en Dios, de manera que ya no es necesario que nosotros digamos nada. Al contrario, ellos mismos hablan de nuestra llegada a ustedes y de cómo ustedes abandonaron los ídolos y se volvieron al Dios vivo y verdadero para servirle y esperar que vuelva del cielo Jesús, el Hijo de Dios, al cual Dios resucitó. Jesús es quien nos salva del terrible castigo que viene.
REFLEXIÓN
Pablo interpreta el paso de una mentalidad legalista y opresora, hacia una mentalidad creativa y liberadora, como un cambio de la idolatría al culto al Dios verdadero, al Dios de la Vida. Mientras los hebreos eran prisioneros de los interminables preceptos de la Ley escrita y oral, los así llamados paganos eran esclavos de la incesante marea de modas de pensamiento y de religiones que les impedían descubrirse a sí mismos como esclavos de la idolatría del imperio. Pablo propone a los gentiles no una religión más, sino un nuevo estilo de vida donde el discernimiento, la gratuidad y la conciencia de ser libres constituía el fundamento de la relación con Dios y con el prójimo.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 22, 34-40
MATEO 22, 34-40
“AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO”
Los fariseos se reunieron al saber que Jesús había hecho callar a los saduceos, y uno, que era maestro de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó:
--Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?
Jesús le dijo:
--'Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.' Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a este; dice: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo.' En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas.
REFLEXIÓN
El evangelio apunta, precisamente, en la misma dirección de las primeras lecturas, al mostrarnos que para Jesús, el fundamento de la relación con Dios y el prójimo es el amor solidario. Jesús sintetiza el decálogo y casi toda la legislación en su principio de amor fraternal y recíproco.
Los juristas gustaban de probar los conocimientos que Jesús tenía sobre la Ley. Para ellos el mandamiento más importante era la observancia del sábado. Ese día debían dedicarse por completo al reposo y a escuchar la lectura de la Escritura. Con el tiempo convirtieron esta ley en una carga que a duras penas soportaban los pobres. El sábado había dejado de ser fiesta del Señor y se había convertido en un día lúgubre, lleno de prescripciones ridículas que impedían a las personas movilizarse, cocinar e, incluso, auxiliar al necesitado. Cuando los juristas preguntan a Jesús por la ley más importante esperan que el cometa un error y se pronuncie contra la Ley misma. Jesús se les adelanta y les hace ver que en la Ley lo más importante es el amor a Dios y el amor al prójimo. El amor es el espíritu mismo de la legislación divina.
Al colocar estos dos mandamientos como el eje de toda la Escritura, Jesús pone en primer lugar la actitud filial con respecto a Dios y la solidaridad con el hermano como los fundamentos de toda la vida de fe.
La acción de Dios por nosotros esta movida por su libre voluntad, porque su identidad consiste en donarse sin exigir nada a cambio. La novedad también, del presente texto se encuentra en la petición del discípulo, porque debe amar de esa misma manera, con idéntico “amor efectivo” a todos sin excepción. Debemos donarnos porque Dios nuestro padre es así y nos quiere como hijos e hijas capaces de reflejarlo con nitidez en esta historia, es ese el mandato del Nuevo Testamento.
Vivimos hoy en sociedades que tienen muchas más normas que el pueblo judío, incluso nuestras iglesias tienen extensas legislaciones y se han olvidado de su esencia: el amor. Vivimos también en un mundo que tiene muchísimos más millones de pobres oprimidos bajo la usura internacional, que los pobres oprimidos por los que clamaron los profetas. La Palabra de Jesús que hoy recordamos y actualizamos en nuestra celebración es una invitación también a sacudir nuestra pasividad, a recuperar la indignación ética ante la situación intolerable de este mundo llamado moderno y civilizado, y a volver a lo esencial del Evangelio, al mandamiento principal, el mandamiento del amor, a los dos amores.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo entiendo la expresión “Dios es amor”?
¿Qué significa para mí amarme a mí, amar a Dios, y al prójimo al mismo tiempo?
¿Cómo estamos ejerciendo el amor en los tres niveles que nos habla el texto del evangelio de hoy, el amor a nosotros mismos, el amor al hermano y el amor a Dios?
Trabajemos esta semana por expresar este amor como Dios quiere.
ORACIÓN
Señor y Padre Bueno, te damos gracias por el amor inmenso, pleno y total que Tú nos tienes. Te pedimos que nos enseñes a amar como Tú nos amas. Que seamos capaces de amarnos y de amarte a Ti con todo el corazón, con toda el alma y todas nuestras fuerzas, de amar a otros con este mismo amor y que este amor transforme nuestras vidas y dé vida al mundo en el que nos encontramos. Amén.
Señor y Padre Bueno, te damos gracias por el amor inmenso, pleno y total que Tú nos tienes. Te pedimos que nos enseñes a amar como Tú nos amas. Que seamos capaces de amarnos y de amarte a Ti con todo el corazón, con toda el alma y todas nuestras fuerzas, de amar a otros con este mismo amor y que este amor transforme nuestras vidas y dé vida al mundo en el que nos encontramos. Amén.
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