jueves, 1 de septiembre de 2022

Sábado 10 de Septiembre de 2022

 


“HACER LO ESCUCHADO”

 

PRIMERA LECTURA

1CORINTIOS 10, 14-22

 

“Aunque somos muchos, formemos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan”

 

Amigos míos, no tengáis que ver con la idolatría. Os hablo como a gente sensata, formaos vuestro juicio sobre lo que digo. El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. Considerad a Israel según la carne: los que comen de las víctimas se unen al altar. ¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que os unáis a los demonios. No podéis beber de los dos cálices, del  Señor y del de los demonios. No podéis participar de las dos mesas, de la del Señor y de la de los demonios. ¿Vamos a provocar al Señor? ¿Es que somos más fuertes que él?.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

La primera lectura de hoy nos ilumina de  lo que somos como cuerpo de Cristo, del cuerpo físico, muerto y luego glorificado, Su Cuerpo nos hace cuerpo.

Ya hemos mencionado, cómo los fieles de Corinto eran propensos a las divisiones y partidismos. Su ciudad, un populoso puerto repleto de comerciantes tanto como de maestros de toda clase de teorías y doctrinas, era terreno abonado para una especie de continua competencia y búsqueda de adeptos y discípulos. Es natural que esto engendrara una mentalidad propensa a los grupos, a las polémicas y a las divisiones. Pablo era consciente de las causas profundas de este modo de pensar y de obrar y quiere sanarlas llevando la atención de aquellos cristianos hacia la raíz misma de su ser; por eso escribe: "El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan."

 Sólo quien busca a Cristo por encima de toda versión existente o posible de cristianismo podrá trabajar eficazmente en la unidad entre los hermanos por una misma Sangre y congregados por un mismo Cuerpo.

 

SALMO RESPONSORIAL: 115

R./Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

 

¿Cómo pagaré al Señor

todo el bien que me ha hecho?

Alzaré la copa de la salvación,

invocando su nombre. R.

 

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,

invocando tu nombre, Señor.

Cumpliré al Señor mis votos

en presencia de todo el pueblo. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

 

En este Salmo, alguien que ha experimentado la protección divina en una grave aflicción da gracias al Señor por su bondad y proclama ante la comunidad los beneficios recibidos de Dios. Nuestra Eucaristía es la acción de gracias de la Iglesia por los beneficios recibidos mediante Cristo y así repite con el salmista “Alzaré la copa de la salvación invocando su nombre.”

 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 6, 43-49

 

“¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo?”

 

En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: "No hay árbol sano que dé fruto dañoso, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto: porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal, porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca. ¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida. El que escucha y no pone por obra, se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó desplomándose". Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Jesús nos ofrece comparaciones de la vida cotidiana con grandes enseñanzas. La del árbol y sus frutos nos previene de no engañarnos con las apariencias y fijarnos bien en las obras (los frutos), no sólo en las palabras que prometen y no cumplen. El futuro de una casa depende en gran parte de los cimientos. Nosotros, si construimos nuestras vidas y las de nuestras familias sobre valores sólidos y no sobre la moda, el interés, el dinero, podremos resistir ante las situaciones difíciles que la vida nos presenta y no nos dejaremos engañar por “espejismos” de felicidad pasajera y palabras de publicidad engañosa. Las frases de este texto muestran gran sabiduría y son un retrato claro de nuestras vidas. Cuando nuestras palabras son amargas o duras, terminan siendo expresión de lo que llevamos en el corazón; cuando son amables, muestran la nobleza y bondad de nuestro ser. Aprendemos a realizar diariamente un examen de conciencia y preguntarnos: ¿Nuestras palabras y acciones son fruto de nuestra comunión con Jesús?

 

ORACIÓN

Dios que nos educas y transformas, ayúdanos por favor a poner en práctica lo que nos enseñas, para hacer lo que tú nos dices; que cuando vengan las dificultades, tentaciones y opresiones seamos capaces de decir no y de hacer lo que es correcto; pues ¿de qué sirve alabarte, recibir y transmitir tu mensaje si no obramos según lo que nos enseñas? Ayúdanos a formar nuestra vida sobre tus cimientos. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Maribel González en su cumpleaños. Amén.

 

“Cristo quiere reinar en nuestros corazones, hacer verdaderas nuestras palabras y coherentes nuestras obras”

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