jueves, 1 de septiembre de 2022

Miércoles 21 de Septiembre de 2022

 San Mateo


“RECAUDADOR DE HOMBRES”

 

PRIMERA LECTURA

EFESIOS 4,1-7.11-13

 

“Él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, evangelizadores”

 

Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

En esta  primera lectura Pablo trata de explicar a los cristianos de la comunidad de Éfeso, qué son y qué se espera de ellos y, al mismo tiempo,  hacerlos conscientes de que en la comunidad todo está a su servicio. Al indicarles lo que son, resalta su unidad: “Un solo cuerpo, un solo espíritu, una sola esperanza, una sola fe, un solo Dios, Padre de todos”; unidad que le viene de su llamado o vocación recibida del Padre, por su Hijo, en el poder del Espíritu. Ahora bien, esa unidad no es “uniformidad”, sino “diversidad”. El llamado o vocación es una sola, pero respeta la originalidad personal. Cada uno crece y se desarrolla a su modo, según el Espíritu de amor.

La unidad de los creyentes en la comunidad encuentra su sentido, su comprensión y crecimiento precisamente en la diversidad. Esa unidad es un don del Espíritu que activa y dinamiza la vida de la comunidad, pero también es una tarea de todo discípulo(a) que debe esforzarse por mantenerla y fortalecerla con la práctica del servicio, la humildad, la paciencia y la caridad.

 

SALMO RESPONSORIAL: 18

R./ A toda la tierra alcanza su pregón.

 

El cielo proclama la gloria de Dios,

el firmamento pregona la obra de sus manos:

el día al día le pasa el mensaje,

la noche a la noche se lo susurra. R.

 

Sin que hablen, sin que pronuncien,

sin que resuene su voz,

a toda la tierra alcanza su pregón

y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo hace  alabanza, a la revelación de Dios, primero en las obras de la creación y luego en la Ley, para terminar con una humilde oración. La revelación de Dios tiene su punto culminante en Jesús, Palabra definitiva de Dios, camino, verdad y vida.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 9,9-13

 

“Sígueme. Él se levantó y lo siguió”

 

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: "¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?" Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Toda vocación es un don gratuito que Dios concede a las personas; quien atiende al llamado recibe la ayuda necesaria para cumplir la misión encomendada. Mateo, un recaudador de impuestos y por lo tanto considerado un publicano y pecador, recibe un voto de confianza por parte de Jesús. Inmediatamente «se levantó y lo siguió» nos dice el texto. El Señor no nos llama por nuestras cualidades y méritos, ni porque seamos mejores a las demás personas, sino por su misericordia y su gracia. El llamado primero es a la vida y después, en continuidad, a la humanización, para ser personas en plenitud. Lo que necesita es un “sí” convencido e incondicional para hacernos testigos de su amor misericordioso. Hemos de acoger el don de la llamada con agradecimiento; cuidar y vivir nuestra vocación con la alegría. Participamos con Jesús de las causas que cuidan y defienden la vida. En ti Dios ha puesto su confianza. ¡Ánimo! ¿Qué herencia de vida dejarás a las futuras generaciones?

ORACIÓN

Señor, llámanos también a nosotros, queremos que vengas a nuestra casa, que nos descubras como somos, queremos experimentar tu misericordia. Señor, queremos que de nuestro interior corran ríos de agua viva, que se conviertan en bendición para los demás. Amén.

 

 “Un verdadero discípulo se dispone a dejar su comodidades e intereses para seguir a Jesús ”

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