“ADIOS LA VIEJA LEVADURA”
PRIMERA LECTURA
1CORINTIOS 5, 1-8
“Quitad la levadura vieja, porque ha sido inmolada nuestra víctima
pascual: Cristo”
Hermanos: Se sabe públicamente que hay un caso de unión ilegítima en
vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran; me refiero a ése
que vive con la mujer de su padre. ¿Y todavía os engreís? Estaría mejor ponerse
de luto, para que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo. Lo que es
yo, ausente en el cuerpo, pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión
como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús,
y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús entregar al que
ha hecho eso en manos del diablo; en la carne quedará destrozado, pero así su
espíritu se salvará en el día del Señor. Ese orgullo vuestro no tiene razón de
ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Quitad la
levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha
sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos la Pascua,
no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes
ázimos de la sinceridad y la verdad. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo nos presenta un texto duro en esta primera lectura. La comunidad
de Corinto tiene problemas de todo tipo: incoherencia de sus líderes,
fanatismos personales y ahora, un problema moral muy delicado de incesto.
Incluso dentro de una ciudad famosa por una amoralidad, debía llamar la
atención un hecho que la comunidad cristiana toleraba: uno que vivía con la
mujer de su padre, o sea, con su madrastra. Esto estaba perseguido
legalmente tanto entre los judíos como por la ley romana. Pablo reprocha a esta
comunidad que tolera un escándalo semejante. Les urge a que saquen de la
comunidad a esa persona. La expresión “entregar en manos del diablo” es
difícil de interpretar: una vez fuera de la comunidad, estará expuesto a las
fuerzas del mal. Pablo toma esta medida, por drástica que parezca, con una
intención medicinal: “humanamente quedará destrozado, pero así la persona se
salvará en el día del Señor”.
El texto nos habla del pan sin levadura, también llamado
"ázimo" es, la expresión de un pan que es sólo pan, un pan más puro.
En el caso de los corintios, la levadura que iba afectando e infectando a la
masa entera era la inmoralidad. El pan ázimo, en cambio, se refiere a aquel que
no ha sido tocado o afectado por esa levadura, es decir, es la imagen de una
comunidad que ha resistido eficazmente a la propagación del pecado. Una Iglesia
modelada sobre la figura del pan ázimo es una comunidad que conoce el precio de
su propia libertad y la grandeza del don de la gracia.
SALMO RESPONSORIAL: 5
R./ Señor, guíame con tu justicia.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este es un Salmo que fue escrito por David, es una oración de fe, que
surge de un corazón en el cual el discernimiento de Dios como un escudo es un
regalo de aquellos que le buscan. El disgusto del alma a causa de la
abundancia de la iniquidad, es una característica importante en su expresión
general, “La paciencia se ha forjado en la tribulación, y la alegría abunda en
la esperanza segura de libertad, que es solamente diferida por los consejos de
un amor infalible". Se le ha llamado "Salmo de la mañana",
porque el salmista eleva su voz a Dios al despertar. La mañana es un
momento muy apropiado para que el corazón se dirija a Dios en oración.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6, 6-11
“Estaban al acecho para ver si curaba en sábado”
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre
que tenía parálisis en el brazo derecho. Los letrados y los fariseos estaban al
acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él,
sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: "Levántate
y ponte ahí en medio". El se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: "Os
voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado: hacer el bien o
el mal, salvar a uno o dejarlo morir?" Y, echando en torno una mirada a
todos, le dijo al hombre: "Extiende el brazo". Él lo hizo, y el brazo
quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer
con Jesús. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Asistimos a una
curación que pone de manifiesto la fragilidad humana de la que Jesús ha venido
a hacerse cargo. Movido por la compasión entrañable libera de parálisis
humanas, devolviendo el vigor y la salud a quien necesita de él. Jesús hace el
bien sin miedo al qué dirán y recuerda que la bondad y la misericordia de Dios
no saben de excusas o límites. El amor de Dios es incondicional y por lo tanto
no puede ser aprisionado por leyes humanas. Aunque los escribas y fariseos
cuestionan secretamente la autoridad de Jesús, no impedirán que el bien llegue
a realizarse a favor de la salud y liberación del paralítico. El Señor no está
contra la “institución” del sábado, pero critica la comprensión raquítica que
de ella hacen los líderes religiosos, preocupados por cumplir normas. Hay un
espíritu que siempre debe impregnar la puesta en práctica de leyes, que es el
de hacer el bien. No te dejes vencer por
el legalismo, más bien sé justo y misericordioso.
ORACIÓN
Señor haznos cada vez más capaces de valorar lo que tu Hijo Jesús ha
hecho por nosotros al entregar su vida por la nuestra. Enséñanos a aceptar al
hermano que necesita de ti, también a tener compasión y tenderle la mano cada
vez que lo necesite, sin miedo ni escrúpulos. Amén.
“Cristo no quiere que seamos
esclavos de la ley sino que descubramos su sentido: encontrar el amor de Dios y
el camino a la plena comunión con Él”
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