“DIFICULTADES PARA CREER Y ACOGER”
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
4,13-21
REFLEXIÓN
En la primera lectura de ayer veíamos el enfrentamiento de Pedro con los
líderes religiosos judíos, esa escena continúa hoy y el texto nos dice que los
apóstoles están delante de las autoridades, después de haber pasado la noche en
la cárcel. Los miembros del Sanedrín no saben qué hacer. No acaban de
entender la valentía y aplomo de unas personas incultas que dan testimonio de
Jesús a pesar de todas las prohibiciones. Los que se creen sabios no han
captado la voluntad de Dios, y los sencillos, sí. Pero de por medio está el
milagro que acaban de hacer los apóstoles con el paralítico, que les ha dado
credibilidad ante todo el pueblo. La nueva prohibición se encuentra de
nuevo, con la respuesta de Pedro, lúcido y decidido a continuar su testimonio
sobre Jesús. Los apóstoles muestran una magnífica libertad interior: los
acusados responden acusando al tribunal por no querer entender los planes de
Dios y el mesianismo de Jesús. Nadie les podrá hacer callar a partir de
ahora. Éste es el fin del primer enfrentamiento con las autoridades de
Israel. Luego vendrán otros, hasta que se consume la dispersión de los cristianos
fuera de Jerusalén.
SALMO RESPONSORIAL: 117
R. / Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
El Señor es mi fuerza y mi energía,
Él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos. R.
La diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte. R.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entraran por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación. R.
OREMOS CON EL SALMO
El tema del comienzo de este salmo es una alabanza porque Dios es bueno. Aparece un héroe que describe increíbles hazañas, llevadas a cabo por la poderosa diestra de Dios. Emerge también el pueblo que, como un coro, celebra aquellas hazañas. Aparece la dupla poder-amor del Señor protegiendo a sus hijos contra los peligros más fuertes.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 16,9-15
“¡Id al mundo entero y proclamad el evangelio!”
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció
primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a
anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle
decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después se apareció
en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos
fueron a anunciarlo a los demás, pero no les creyeron. Por último, se apareció
Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad
y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto
resucitado. Y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a
toda la creación." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Marcos
subraya el asunto del escepticismo y la incredulidad de los discípulos ante la
noticia de la Resurrección de Jesús.
Pero Jesús no deja de amar a sus apóstoles a pesar de su incredulidad y
obstinación. ¡Cuánto les costó creer que Dios es un Dios de vida, más fuerte
que la muerte!
Se
reafirma que este acontecimiento no fue de fácil asimilación para la comunidad
discipular. Pero la presencia luminosa y amorosa de Jesús resucitado en medio
de los discípulos va despertando y provocando en la conciencia profunda de
ellos la experiencia del Resucitado. Es claro que la resurrección implica una
nueva vida. Solo cuando están reunidos en comunidad pueden percibir el gozo
pascual. La misión, el envío, es la ratificación de la vida resucitada del
Señor Jesús. Tampoco para nosotros es fácil comprender con el corazón que Jesús
es el vencedor de la muerte, de la injusticia, de la violencia y el pecado. Es
en la comunidad, mediante la asidua meditación de la Palabra y compartiendo la
comunión como podemos decir que él vive y sentirnos enviados a anunciar la
buena noticia por todas partes.
Esa es la fe y la esperanza que tenemos y que en el anuncio de la Buena
Noticia de Jesús, Él siembra en nuestros corazones. No hay lugar para el
pesimismo. El amor es más fuerte que la muerte. Estamos llamados a la vida
eterna y en Jesús tenemos el adelanto de que la alcanzaremos, no por méritos
propios sino por pura gratuidad de Dios. Que esta sea nuestra esperanza
inquebrantable y la fuente de nuestra alegría. Que sepamos transmitirla a los
demás y que nos sostenga en los momentos de dolor. Si Dios ha decidido darnos
vida, ¿quién podrá impedírselo?
Señor necesitamos salir al encuentro de las personas, familias, comunidades
y pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro contigo, que nos
ha llenado de sentido, de verdad, amor y esperanza. Por eso te pedimos
urgentemente nos ayudes a recuperar el valor y la decisión de los(as)
primeros(as) evangelizadores(as), con convicción y herramientas apropiadas para
nuestra realidad. Amén.
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