jueves, 1 de abril de 2021

Martes 13 de Abril de 2021

 

“CUANDO CRISTO SEA NUESTRO TESORO, SEREMOS CAPACES DE COMPARTIR”

 

PRIMERA LECTURA

HECHOS DE LOS APÓSTOLES  4,32-37

 

Todos pensaban y sentían lo mismo

 

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Este texto es una muestra ideal de vida de una comunidad cristiana. Es una invitación, un reto, no para que digamos: qué lindos que eran los discípulos, sino para que nos sintamos movidos a vivir como Jesús quería, con una renuncia total y verdadera a cualquier pretensión de riqueza y no porque sea malo tener cosas, sino porque el tener es una tentación grande y sólo venciéndola podemos ser verdaderamente libres. Tal vez esta comunidad en la que vivimos  no piense que es posible vivir a la manera de Jesús, hace dos mil años tampoco creían que eso fuera posible. Sin embargo, cuando nos arriesgamos a vivir  de verdad, y nos aventuramos a ser felices, descubrimos como Jesús, que no se necesita mucho y que es más lo que sobra que lo que conviene. Ser capaces de renunciar, es ser capaces de poner nuestra felicidad más allá de las cosas, de lo que tengo y de lo que puedo.  Este pasaje nos vuelve a cuestionar sobre nuestras esclavitudes, sobre nuestros tesoros, sobre nuestra incredulidad frente al: déjalo todo y sígueme.

 

SALM O RESPONSORIAL: 92

R. / El Señor reina, vestido de majestad.

 

El Señor reina, vestido de majestad,

el Señor, vestido y ceñido de poder. R.

 

Así está firme el orbe y no vacila.

Tu trono está firme desde siempre,

y tú eres eterno. R.

 

Tus mandatos son fieles y seguros;

la santidad es el adorno de tu casa,

Señor, por días sin término. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este es un himno a la majestad de Dios, Rey y Señor de la creación. Esta se describe con el lenguaje de poemas orientales antiguos que hablaban de la lucha entre el caos primitivo y el Dios Creador. La majestad de Dios resplandece más mientras más conocemos la inmensidad del cosmos; pero más admirable es su amor manifestado en el nuevo templo que es Cristo.  .

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 3,7b-15

 

Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el hijo del hombre

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu." Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede suceder eso?" Le contestó Jesús: "Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Nacer del Espíritu es entrar en la dinámica de la libertad y total disponibilidad en las manos de Dios. El tiempo del Espíritu abre al creyente a un nuevo dinamismo que le permite superar barreras de todo género. La promesa salvífico liberadora de Dios revelada plenamente en la persona de Jesús desborda los límites étnicos, culturales, nacionales. Pero no es fácil comprender este dinamismo del Espíritu. Así como a Nicodemo le resultó complicado entender lo que Jesús le decía, así también muchos cristianos creemos que somos los dueños absolutos de la promesa salvadora de Dios, que los demás que no son miembros de la Iglesia o seguidores de Jesús no participan de esta gracia que desborda todo límite. El concilio Vaticano II, los pontífices posconciliares y, especialmente, el Papa Francisco han insistido en la urgente necesidad de buscar la unidad entre los cristianos de todas las Iglesias, los creyentes de todas las religiones y entre todos los seres humanos.

 

ORACIÓN

Señor así como el agua que creaste para mantener la vida, nos quita la sed,  limpia y alimenta, ayúdanos para que  tu Espíritu nos lleve a entender  el sentido de tu paso por la vida, donde lo importante no es la pretensión de riqueza y poder, sino abrir el corazón para permitir que acontezca en nosotros el milagro de la libertad y el amor. Señor también  te pedimos danos una mente abierta,  pluralista, de manera que no discriminemos ni excluyamos a nadie. Amén.

 

“Aunque parezca una utopía, debemos persistir en ser comunidades cristianas con prácticas concretas en favor de la vida, la justicia, la paz y la solidaridad”

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