sábado, 1 de septiembre de 2018

Sábado 15 de Septiembre de 2018

Nuestra Señora de los Dolores

“SOLIDARIDAD EN EL DOLOR”

PRIMERA LECTURA
HEBREOS 5, 7-9

“Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna”

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Palabra del Señor.

REFLEXIÒN
La carta a los Hebreos describe a Cristo como el que padeciendo aprendió a obedecer. Jesús es uno de nuestra raza, a pesar de su condición divina. El aprendió a dirigirse a su Padre mediante la oración y la suplica y de esa manera se convirtió en causa de salvación para quienes aprenden como él a obedecer y siguen a su palabra. La obediencia de Cristo, como dice el autor a los Hebreos, le llego hasta la muerte y la muerte de cruz, así la obediencia también de María como madre en la celebración de este día: la virgen Madre de los Dolores y sufrimientos. Al igual que su Hijo ella también sabe lo que es el dolor y el sufrimiento, sabe de un Hijo que en sus brazos   es solo el resto de uno que estaba vivo y ahora ha muerto, pero fiel al pie de la cruz, su dolor se vuelve fecundo y salvífico. Ella participó de los gozos y delicias de su amor en el Hijo, pero también sufrió los amargos dolores de su pasión y muerte. Por eso, sólo a los pies de la cruz de Jesús se nos revela el misterio de la virgen Madre.    

SALMO RESPONSORIAL: 30
R. / Sálvame, Señor, por tu misericordia.

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí. R.

 Ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R.

Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. R.

Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: "Tú eres mi Dios."
En tus manos están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen. R.

Qué bondad tan grande, Señor,
reservas para tus fieles,
y concedes a los que a ti se acogen
a la vista de todos. R.

OREMOS CON EL SALMO
En este Salmo hay elementos de petición de ayuda, que hace alguien injustamente perseguido, combinados con la acción de gracias por la liberación concedida. Se expresa también un profundo sentimiento de confianza en el poder y amor de Dios. Se encuentra allí las últimas palabras de Cristo en la cruz. En Él se cumple perfectamente la confianza absoluta en el amor de Dios, y en su resurrección se realiza con plenitud la liberación de la muerte y del mal, prenda y garantía de nuestra liberación definitiva.  

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 19,25-27

“Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena”

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo." Luego, dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
María es compañera inseparable de Jesús desde sus entrañas maternales pasando por sus dudas y angustias al ver a su Hijo perseguido y en la cruz. María es compañera de la raza humana en su dolorosa peregrinación. Así la siente el pueblo de Dios. Ella conoce nuestras penas porque las vivió. María entró de lleno por la escucha de la palabra en esa nueva familia grande que es el pueblo engendrado por Jesús en la cruz. María está ahí. Permanece junto al pueblo sufriente. Se merece ese título de Virgen de los Dolores.
El camino de María fue particularmente difícil, ya que todo lo que hacía su hijo contradecía la mentalidad y expectativas de los poderosos de su tiempo: la inclusión de mujeres del grupo de seguidores, el contacto permanente con leprosos y enfermos, la comida compartida con publicanos y pecadores fueron algunas de las prácticas que originaron constantes conflictos con Maestros de la Ley, fariseos y herodianos. Y tal vez, lo más significativo fue el hecho de que Jesús constituyera una nueva manera de ser familia a partir de la escucha y la práctica de la palabra de Dios, lo que pudo causar mayor inquietud entre sus parientes. En todo esto María supo mantener la proximidad y seguir a su hijo hasta la cruz. Acompañó a Jesús y permaneció con Él junto a la cruz, a pesar del dolor mortal que la embargaba, fue claramente una forma de resistencia ante la violencia que el imperio le imponía al hijo amado.
Y hoy nos acompaña a nosotros, a nuestra realidad, ha acompañado a los pueblos latinoamericanos en sus historias. Se ha identificado con las razas excluidas, la Virgen de los Dolores se ha hecho india, negra y mestiza con los pueblos del Continente. Hoy el Señor nos llama a amar a Jesús como María lo amó, ha asumir esa capacidad de tenacidad y resistencia ante la violencia desmedida que las sociedades ejercen sobre quienes la desafían.

ORACIÓN
Señor queremos seguir el  ejemplo de amor,  obediencia y entrega de tu Madre María, para servir, asumir el dolor del otro, de vivir con valentía tu Palabra, de acompañar  al que más lo necesita; ayúdanos a responder a tu encargo, a no fallarte, a ser fieles a tu Evangelio con nuestras actitudes, sentimientos y pensamientos , aún en medio de lo que nos arrugue el corazón y no entendamos. Amén 


“Solidaricémonos con el sufrimiento del prójimo y ayudemos de manera desinteresada”

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