AMOR-PERDÓN-RECONCILIACIÓN
ETERNA
Cuenta
una historia, que, en un hogar feliz, uno de los hijos decidió irse lejos y
vivir su propia vida, abandonando injustamente su hogar e hiriendo el corazón
de su padre quien le amaba profundamente. Allá vivió por algunos años hasta que
el inesperado fracaso le llegó. La enfermedad no deseada, las malas decisiones
tomadas sin consejo sabio, el orgullo, la vergüenza, la soledad. Escribió luego
una carta, nada extensa pero clara y se la envío a su anciano padre. La carta
decía así: “Papá, estoy muy arrepentido de todos mis errores y quiero volver a
casa. El domingo tomaré el tren de la tarde que pasa por detrás de la casa.
Desde la estación puedo ver el gran árbol de manzano que plantaste en el
jardín. Si me aceptas solo cuelga un pañuelo blanco en el árbol. Al verlo desde
el tren, sabré que me has perdonado y que puedo volver a casa. De lo contrario
simplemente seguiré de largo sin bajar del tren: Tu hijo”.
El
domingo llegó. Aquel muchacho dudo en tomar el tren. Tanta vergüenza, miedo,
tantas dudas; pero al final se decidió y subió al tren. El corazón le latía
cada vez más fuerte mientras se acercaba al pueblo; aún no había llegado al
parque cuando a lo lejos divisó su casa y busco aquel árbol grande. Su sorpresa
fue mayor cuando advirtió que no había un pañuelo colgado, sino miles de
pañuelos. Todo el gran árbol estaba cubierto de pañuelos blancos, como para que
no le quedara duda alguna de que ya había sido perdonado. Con el rostro bañado
en lágrimas no pudo esperar a que el tren se detuviera y bajo apresuradamente
las escaleras; recorrió el andén hasta encontrarse con su padre y fundirse en
un abrazo de reconciliación.
Esta
es, precisamente, la gran noticia del evangelio de Jesús: Dios ya nos ha
perdonado y reconciliado en la persona de Cristo y su obra en la cruz. Lo que
nos corresponde ahora es aceptar esa reconciliación. Dios te está esperando,
bájate del tren en el que viajas por la vida y corre a su encuentro, no te
arrepentirás.
Esto
no se puede vivir en ausencia del amor; porque el perdón y la reconciliación
son generados por el amor. Si no puedes amar, no podrás perdonar, y tampoco
podrás vivir en reconciliación. Para el creyente amar-perdonar y servir debe
ser la única y verdadera religión, una forma o estilo de vida concreto que
transforma y deja bendición de generación en generación. La verdadera vida que
nos lleva a la eternidad es la que se inicia con el proceso amor-perdón y
reconciliación
“SIEMPRE PUEDES REGRESAR
A DIOS, ÉL TE ESTÁ ESPERANDO”
PROMESA BÍBLICA DEL MES
“Este
hijo mío estaba muerto y ha vuelo a la vida; estaba perdido y lo hemos
encontrado”
Lucas
15, 24
“PROMESA DEL PADRE”
Dentro de la
renovación de la confirmación al seguimiento de Jesús, reflexionaremos este mes
acerca de “la Promesa del Padre”
Desde los comienzos de
la creación del pueblo de Dios, los profetas se levantaron para anunciar y
denunciar todo lo que concierne al propósito de Dios para su pueblo y todo lo
que se oponía a l realización de su proyecto de liberación. Estas personas
proclamaban la plenitud del Espíritu no solo para unos cuantos privilegiados,
sino para quienes creían en Jesús como Mesías, Hijo de Dios, Salvador y Señor
de mujeres y hombres en cualquiera de sus etapas de vida. (Num. 11 y 16, 2-30 y Joel 3, 1-2)
Palabra
Ungida, Testimonio Vivo:
Jesús había enseñado a
sus discípulos, les había dado la misión de proclamar la Buena Nueva a toda
criatura y de hacer seguidores(as) y discípulos(as) suyos a todas las naciones.
Sin embargo, antes de salir a cumplir su misión les ordenó permanecer en la
ciudad hasta que fuesen revestidos del poder de lo alto. Al recibir el poder
del Espíritu Santo, ellos serían bautizados y recibirían autoridad y gracia
para proclamar las enseñanzas de Jesús. La muerte de Jesús, su resurrección y
exaltación a la derecha del Padre fueron las condiciones para que se derramara
el Espíritu.
La palabra sin el
Espíritu Santo es como una semilla sembrada a la que no se le suministra agua.
De igual manera, el testimonio o la ministración sin la unción y el poder del
Espíritu, son débiles e ineficaces. Por eso la consigna será siempre: “Palabra
ungida y testimonio vivo en el poder del Espíritu Santo.
LA
MISIÓN DE JESÚS:
“He ahí el Cordero de
Dios que quita el pecado del mundo. He aquí el que bautiza en el Espíritu
Santo”
El primer aspecto lo
cumplió Jesús desde su encarnación, su entrega y sacrificio en la cruz. Él se
presentó como un Cordero sin mancha que nos limpió y purificó con el
derramamiento de su Sangre preciosa. En la cruz del Calvario quedaron nuestros
pecados y allí mismo fuimos perdonados.
El segundo aspecto no
era posible sino después de la glorificación de Cristo, cuando fuese
constituido Mesías, Señor e Hijo de Dios. En ese momento la promesa del
Espíritu Santo sería cumplida.
Debe ser algo
ineludible de la nueva alianza de cada persona y de los(as) discípulos(as) de
Jesús que desde la iniciación cristianas sean equipados del poder del Espíritu
Santo para defender y cumplir la misión personal y comunitaria en la iglesia.
INTERROGANTES PARA
ESTE MES
1.
¿Conoces
el caso de alguien que haya prometido algo y que no lo haya cumplido?
2.
¿Qué
promesas no te han cumplido a ti?
3.
¿Cuál
es la promesa de Dios Padre por medio de Jesucristo y por qué es tan
importante?
4.
¿Qué
entiendes por espiritismo?
5.
¿Qué
diferencia hay entre espiritualidad y espiritualismo?
DECÁLOGO DEL AMIGO VERDADERO
1. Tratar al amigo igual que te tratas a ti mismo.
2. Recordarás que la síntesis de la amistad consiste en darse,
entregarse y gastarse.
3. Serás amigo de todos, sin distinción de raza, color,
talento, salud, hermosura o gustos, sobre todo de los que más te necesitan.
4. Desde la amistad y
con la amistad trabajarás para instalar en el mundo la civilización del amor.
5. Con tu amistad abrirás un gratificante diálogo con cuantas
personas encuentres en tu camino, sembrando ilusión, humor, coraje, fe, sonrisa
y optimismo.
6. Nunca cederás en tu empeño de hacer florecer la amistad en
tu alrededor, sabiendo que esta tarea exige constancia, esfuerzo, generosidad y
fatigas.
7. Aceptarás y comprenderás al amigo tal cual es, y no como te
gustaría que fuese.
8. Serás fiel y discreto con los secretos del amigo y te
abrirás a él en personalizante confianza.
9. Con tu amistad te harás compañero de camino para los que
están en tristeza y soledad y para aquellos que todavía no han descubierto que
Jesús es el mejor amigo.
10. El verdadero amigo es comprensivo, servicial, no tiene
envidia, no se engríe, no se irrita, ni lleva cuentas del mal, porque disculpa sin
límites, cree sin límites, espera sin límites y ama sin límites.
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