sábado, 1 de septiembre de 2018

Viernes 14 de Septiembre de 2018


“MIREMOS PRIMERO LO QUE TENEMOS DENTRO”

PRIMERA LECTURA
1CORINTIOS 9, 16-19. 22B-27

“Me he hecho todo a todos, para ganar a algunos”
Hermanos: El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga?. Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. Ya sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita. Por eso corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio, no sea que, después de predicar a los otros, me descalifiquen a mí. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La primera lectura nos ayuda a descubrir la tarea de un verdadero evangelizador, en este caso, a través de la experiencia única del apóstol Pablo. Este hombre de Dios se vio como "obligado" a hablar de su propio ministerio porque la comunidad de los corintios estuvo siempre bombardeada de muy diversas influencias. En semejante ambiente no faltaban los que querían acreditarse y alcanzar popularidad con toda clase de recursos, sobre todo ponderando su propia sabiduría o asimilándose a los filósofos de la época, que eran de corte humanista. Pablo en el texto nos dice que siente  que evangelizar es una tarea ineludible, un encargo en el cual no hay escapatoria, "No tengo más remedio", y nos dice "Si yo lo hiciera por mi propio gusto, esa sería mi paga"  y antes ha dicho: "El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo". El Evangelio no es motivo, ni de soberbia ni de gusto. Así es la tarea del  evangelizador,  si nosotros miramos a una persona que trabaja, y además con esfuerzo, porque es un oficio que le han encargado, no es por gusto, ni por soberbia, ni por sueldo, esa es  grandeza de la misión del evangelizador, empezando por Jesucristo, es que lo hace  por puro amor;  el amor nos irá haciendo libres; a medida que vayamos sintiendo más y más amor, descubriremos que, aunque no nos guste, aunque no  salgan las cosas bien, aunque no  podamos enorgullecernos de los resultados, aunque no nos paguen, aunque tengamos que esforzarnos, aunque tengamos a veces que luchar incluso contra nosotros  mismos, descubriremos que ya no podemos  dejar el Evangelio, porque el Evangelio no nos deja a nosotros.
Pidámosle hoy a Dios que nos  infunda  ese Espíritu de amor que nos haga libres de cualquier otra motivación, de manera que cualquier persona que nos conozca tenga que decir: "Lo que están haciendo, lo están haciendo por amor, verdadero amor al Señor.”
 SALMO RESPONSORIAL: 83
R./¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
La golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación. R.

Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un canto puesto en boca de los peregrinos que se dirigen al templo de Jerusalén y expresan la alegría del encuentro con el Señor. El templo definitivo donde Dios se hace presente entre los hombres es Cristo y la nueva Jerusalén es la iglesia. Dios invita a todos los pueblos a dirigirse a ella.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6, 39-42

“¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?”
En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Jesús sigue siendo fuerte con sus enseñanzas. El ambiente de prepotencia, chisme, división, que seguramente se vivía en las comunidades y especialmente entre sus mismos discípulos y discípulas, llevan a Jesús a hacer un llamado de atención para que no se sientan autosuficientes ni se crean los dueños únicos y absolutos de la verdad, como sucedía en la tradición judía y como a veces sucede en nuestras comunidades cristianas, cualquiera que sea la denominación.
En el seguimiento de Jesús, más importante que las leyes y las normas es el amor capaz de vencer la tentación de juzgar al hermano, una tentación que como un tóxico termina envenenando la buena convivencia en nuestras familias y en nuestras comunidades. Un amor que debería llevarnos a mejorar nuestra vida y dar el paso de ayudar a que otros la mejoren, sin orgullos, chismes ni juicios. Para guiar e iluminar el camino de otros, es necesario ser capaces de reconocer nuestras propias limitaciones, dejarnos ayudar por otros que han hecho camino y reconocer la luz en quienes ya la han recibido. ¿Estamos siendo hipócritas en el juicio cotidiano que hacemos a nuestros hermanos o en el intentar ser guías o referentes de ellos?

ORACIÓN
Señor, el encuentro personal contigo no nos puede dejar indiferentes, callados ni aislados, sino que nos debe llevar al encuentro con nosotros mismos para reconocer nuestras fallas, carencias y necesidades de cambio, pero también al encuentro cara a cara con el otro, para anunciarle el Evangelio y así conducirlo hacia Ti Maestro, haciéndolo participe de las maravillas de tu amor. Haz que logremos esto para que sean muchos los que tengan la oportunidad de volver a Tí. Amén 


“Solo la persona íntegra es capaz de reconocer sus errores”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: