“FELICES
POR LA FE RECIBIDA”
PRIMERA LECTURA
JOEL 4,12-21
“Mano a la hoz, madura está la mies”
Así
dice el Señor: "Alerta, vengan las naciones al valle de Josafat: allí me
sentaré a juzgar a las naciones vecinas. Mano a la hoz, madura está la mies;
venid y pisad, lleno está el lagar. Rebosan las cubas, porque abunda su maldad.
Turbas y turbas en el valle de la Decisión, se acerca el día del Señor en el
valle de la Decisión. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su
resplandor. El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén alza la voz, tiemblan
cielo y tierra. El Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel.
Sabréis que yo soy el Señor, vuestro Dios, que habita en Sión, mi monte santo.
Jerusalén será santa, y no pasarán por ella extranjeros. Aquel día, los montes
manarán vino, los collados se desharán en leche, las acequias de Judá irán
llenas de agua, brotará un manantial del templo del Señor, y engrosará el
torrente de las Acacias. Egipto será un desierto, Edón se volverá árida estepa,
porque oprimieron a los judíos, derramaron sangre inocente en su país. Pero
Judá estará habitada por siempre, Jerusalén, de generación en generación.
Vengaré su sangre, no quedará impune, y el Señor habitará en Sión." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Continuamos
leyendo el libro del profeta Joel, hoy en su segunda parte. Allí, el profeta
hace una descripción poética y “apocalíptica” (con imágenes y símbolos) del día
del Señor, el día de su juicio sobre la historia y sobre todas las naciones,
quienes bajarán al valle de Josafat o al valle “del juicio” y allí habrán de
responder a las implacables acusaciones de Yavhé por el mal que hicieron a
Israel. Pero para el pueblo de Dios es un mensaje de esperanza. Dios se apiada
de su pueblo y su castigo no es definitivo; cambiará de pensamiento y los
perdonará. Es como una respuesta a la llamada angustiosa del pueblo. Dios
promete, generoso, el perdón y la venganza. Esa perspectiva final para los
elegidos es descrita por Joel con imágenes paradisíacas: “Aquel día, los montes
manarán vino, los collados se desharán en leche, las acequias de Judá irán
llenas de agua, brotará un manantial del templo del Señor, y engrosará el
torrente de las Acacias”.
Ésta
es también una invitación para nosotros hoy. Es saludable mirar con frecuencia
hacia nuestro futuro en Dios, donde no sólo contemplaremos con claridad su
rostro de Padre, sino que también seremos juzgados por Él que es la plenitud de
toda justicia, recibiendo cada uno lo que él sabe que merecemos. Por eso, nos
debemos ir preparando desde ya, en el acontecer de cada día, con la esperanza
de que en Jesús somos vencedores, para ese examen del que ninguno será eximido.
Ojalá “aquel día” escuchemos de Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 96
R. / Alegraos, justos, con el Señor.
El
Señor reina, la tierra goza,
se
alegran las islas innumerables.
Tiniebla
y nube lo rodean,
justicia
y derecho sostienen su trono. R.
Los
montes se derriten como cera
ante
el dueño de toda la tierra;
los
cielos pregonan su justicia,
y
todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Amanece
la luz para el justo,
y
la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos,
justos, con el Señor,
celebrad
su santo nombre. R.
OREMOS
CON EL SALMO
Este
salmo es un himno de alabanza a la realeza de Dios, quien manifiesta su
grandeza en los fenómenos naturales y en los juicios de la historia. Se anuncia
la venida de la luz para los justos. Es la luz anunciada es Cristo, que al
venir a este mundo ilumina a toda la humanidad.
LECTURA
DEL EVANGELIO
LUCAS 11,27-28
En
aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío
levantó la voz, diciendo: "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos
que te criaron." Pero él repuso: "Mejor, dichosos los que escuchan la
palabra de Dios y la cumplen." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El texto de hoy nos muestra cómo desde su estado de
silencio, y reconociendo la presencia de Jesús, una mujer anónima se anima a
alabarle. Jesús, en cambio, le muestra cuál es la verdadera grandeza ante los
ojos de Dios. Aquí vemos de manera concreta cuál es el proyecto de Jesús. La
mujer alaba y llama dichosa a la madre del mismo Jesús, desea felicidad y honor
para la mujer que le ha dado la vida y que lo ha visto crecer. Pero Jesús
contesta que es más bien dichoso quien escucha la Palabra de Dios y la pone en
práctica. Éste es el auténtico motivo de dicha y felicidad: Escuchar, y seguir
a la Palabra que es Jesús y guardar la enseñanza por él proclamada.
Hoy el evangelio nos invita a ser Palabra viva,
Palabra practicada, Palabra creadora. Escuchar la Palabra de Dios es dejarse
guiar por ella, es eliminar nuestros egoísmos, nuestra tendencia de dominio,
para que viva en nuestra vida la fraternidad y la misericordia. Veamos a María
como modelo, porque ella guardó, creyó y escuchó la Palabra de Dios.
ORACIÓN
Gracias Señor,
porque hoy hemos entendido, que de tu Palabra divina y poderosa, brota
el amor misericordioso. Desde esa Palabra misericordiosa hoy queremos despojarnos
de ese ser viejo y estancado y
revestirnos de la criatura nueva, purificada por el precio de tu sangre. Hoy
proclamamos tu Bendito nombre y tus promesas de amor y bendición, confesamos
que tú nos has salvado y liberado de las ataduras del mal. Hoy clamamos a ti,
pidiéndote una nueva vida. Que como el evangelio nos dice hoy, busquemos hacer
siempre tu voluntad, nos abandonamos confiadamente en ti, Señor. Amén.
“Escuchemos
la Palabra de Dios para convertirnos en testigos y, más aún, en portadores de
la Buena Noticia de su Reino”
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