“EN
TORNO A LA MESA FRATERNA”
PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 25,6-10A
“El Señor preparará un festín, y
enjugará las lágrimas de todos los rostros”
Aquel día, el Señor de los
ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de
manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos
generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el
paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor
Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo
alejará de todo el país. -Lo ha dicho el Señor-. Aquel día se dirá: "Aquí
está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos
con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte." Palabra
de Dios.
REFLEXIÓN
El
mensaje de esta primera lectura pertenece al llamado “apocalipsis de Isaías”.
El profeta ya después del destierro de Babilonia, describe en esta revelación
el juicio de Dios contra su pueblo. Los acontecimientos inmediatos de la
historia le sirven como signos que señalan lo que aún ha de venir cuando todo
se revele y desaparezca el velo oscuro que ahora cubre todas las naciones. La
lectura recoge bajo el símbolo de un gran banquete el aspecto positivo de este
juicio de Dios. Se trata del banquete que Dios ha preparado para todos los
pueblos ( Mt 8,11;22, 2-14; Ap. 19,9). Dios ha de reinar sobre todos los
pueblos poniendo fin a todo regionalismo o nacionalismo excluyente sin sentido.
SALMO RESPONSORIAL: 22
R./ Habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me
falta:
en verdes praderas me hace
recostar;
me conduce hacia fuentes
tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas
oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
R.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me
acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.
OREMOS CON EL SALMO
Dos imágenes, las del pastor y la
del banquete, sirven al salmista para expresar la relación personal de amistad
con Dios. Esas imágenes también la usa Cristo: Él es el Buen Pastor y Él nos invita a su mesa, en la
que se nos entrega en persona.
SEGUNDA LECTURA
FILIPENSES 4,12-14.19-20
“Todo lo puedo en aquel que me
conforta”
Hermanos: Sé vivir en pobreza y
abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la
abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo
caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. En pago, mi Dios proveerá a
todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza
en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos.
Amén. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Terminando ya la carta a la pequeña
comunidad de Filipo, Pablo adopta un tono personal muy cercano para agradecer a
aquella comunidad la ayuda que ha recibido de ella en ciertas ocasiones. Es muy
conforme con el resto de carta, la más íntima, quizás, de la correspondencia
más tierna del corazón de Pablo. Como es normal en su modo de hablar, aprovecha
de modo consciente la oportunidad para decir algo más profundo que solo el
agradecimiento por la ayuda material recibida. Ello nos permite ver una
visión de la conducta de Pablo que puede servir de modelo para
otros cristianos. En este texto habla de una total disponibilidad y adaptación
a las distintas circunstancias de la vida. No por orgullo o afán de puro
autodominio o control, sino para predicar
el evangelio. Es un buen ejemplo de cómo el cristiano no debe encasillarse en una forma determinada
de vida.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 22,1-14
“A todos los que encontréis,
convidadlos a la boda”
En aquel tiempo, de nuevo tomó
Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos
del pueblo: "El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la
boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda,
pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran:
"Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo
está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se
marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los
criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus
tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no
se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que
encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y
reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se
llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en
uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado
aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey
dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las
tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos
son los llamados y pocos los escogidos." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El
mensaje de Jesús en el evangelio está invitando a participar a todos a la gran
fiesta o banquete que muestra lo que la fe que produce en Él: vida. La historia
de la salvación queda resumida en un banquete de bodas. Cristo es el esposo.
Dios Padre mismo es quien invita a esta boda. Desde antiguo, la generosidad de
Dios no se hizo esperar. El primer invitado fue el pueblo de Israel. Este
pueblo fue convocado por gracia y misericordia, pero el orgullo y soberbia lo
llevo a no responder a dicho llamado con igual generosidad con el que lo hacia
el Buen Padre del cielo. Dios hizo con ellos desde tiempos antiguos un pacto o
una alianza. Pero Israel no acepto la norma que Dios le daba y de manera brusca
y violenta se resistieron a la bondad y generosidad del Padre Dios que lo
invitaba a una vida nueva y plena.
Por
la desobediencia de ese pueblo, Dios llamo a los gentiles, paganos o
extranjeros, a aquellos que no habían tenido todos los recursos con los que
conto el pueblo de Israel y, constituyéndolos en hijos, los hizo participar del
banquete. Debemos tener claro que para participar de este banquete es necesario
tener el vestido de calidad. No podemos olvidar que el vestido que es
indispensable para participar en la boda del reino, es el Amor que se hace caridad u ofrenda en el
servicio al otro (amor ágape). El imperativo en el seguimiento de Jesús (discipulado)
es vivir en la plenitud del amor y la misericordia. El amor, ha de expresarse
en la vida cristiana a todos los niveles. A la sociedad de hoy no le interesa
el tema de este “amor entrega”. Pertenecemos a un mundo afanado por el tener,
por el poder y el placer, cerrando la posibilidad al amor como la única fuerza
capaz de transformar el mundo.
Acerquémonos hoy a la comunidad que celebra la eucaristía.
Ir al crucificado es comprender que este mundo no será cambiado por los grandes
proyectos, sino solo por el amor, que es la fuerza que puede hacer nuevas todas
las cosas, y que ese amor tiene como fuente o proviene del Creador que es Dios
(1Juan 4,8).
Si
vivimos en plenitud el amor, estaremos siempre en sintonía con el dueño del
banquete que nos invita a la gran boda el Reino. Esto no es una tarea para el
mas allá, es decir para el cielo, para después de la muerte. Esta es una
exigencia para ya, para hoy, para esta historia, para este mundo en el que nos
encontramos. ¿Tienes ya puesto el vestido requerido para el gran banquete?
¡Eres hoy invitado (a)!¡El dueño de la boda te espera!. ¡No lo dejes
esperando!.
ORACIÓN
Señor,
Dios del amor y de la amistad, hoy te damos gracias por la invitación que nos
haces a participar de la fiesta de bodas de tu hijo amado. Gracias por reunir a
tu comunidad en torno a la mesa fraterna. Es una alegría y un honor para todos
nosotros(as) compartir en ti la vida de comunidad. Tú lo tienes todo preparado
y solo falta nuestra respuesta activa y comprometida. Que nuestras acciones de
bondad y de justicia, nuestra entrega y nuestro servicio a los hermanos se
conviertan hoy en signos de la comunidad-mesa que construye la vida. Amén
“Las
ocupaciones del mundo no nos deben alejar del amor de Dios”
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