martes, 1 de diciembre de 2015

Sábado 19 de Diciembre de 2015


“NUNCA ES TARDE PARA RECIBIR LOS FAVORES DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
JUECES 13,2-7.24-25ª

El ángel anuncia el nacimiento de Sansón
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: "Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos." La mujer fue a decirle a su marido: "Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte."" La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Las lecturas de hoy nos presentan el anuncio de dos nacimientos. La llegada de cada ser humano a este mundo es una inmensa pregunta al futuro. La Historia misma es ante todo el tejido de las decisiones, pequeñas o grandes, que vamos tomando, y por ello la voluntad de cada persona es un elemento más de libertad para el conjunto de la humanidad. En este caso los dos nuevos seres humanos tendrán una característica en común: una inmensa fortaleza. La proverbial fuerza física de Sansón y el poder de la denuncia de hacen pareja. Aunque, si bien lo pensamos, hay varios contrastes entre estos dos formidables siervos de Dios. Veamos.
Sansón es la imagen de un hombre que quiere cambiar su entorno; Juan Bautista es aquella voz que llama a cada uno a revisar su propia vida. Sansón mira y hace mirar hacia fuera; Juan mira y hace mirar hacia adentro. Como Sansón actúa hacia fuera, desconoce su propio interior, y allí, en su mundo interior de afectos, es atrapado por un cariño que finalmente lleva al desastre su camino. En paralelo: como Juan denuncia la infidelidad interior, la del corazón, es encarcelado por un rey impío que vive encadenado a una pasión ilícita. Finalmente: aunque Sansón fue atrapado por ese afecto interior, al final de sus días ejerció a su modo su vocación y puso su fortaleza al servicio del plan divino. Paralelamente, aunque Juan fue encarcelado en su cuerpo, su profetismo obró en libertad y su martirio dejó una página imborrable de santidad y fidelidad que todavía hoy nos libera y hace inmenso bien.
Tanto Sansón como Juan son hombres grandes. Mas su grandeza proviene no sólo de sus obras sino de su misma existencia, pues la existencia de ambos es en sí misma una señal de la acción de Dios. Se suponía que ellos no podían existir; han llegado a ser porque una barrera, la de la esterilidad, ha sido vencida. Evidentemente el aspecto de "regalo" que tiene la existencia se hace más patente cuando esa misma existencia parecía negada de entrada por un muro de muerte llamado esterilidad. Zacarías no alcanza a creer en el tamaño del regalo; le abruma el don. O tal vez siente que ese regalo llega ya muy tarde o no llega del modo que él lo quisiera. Al fin y al cabo, la fecundidad humana es algo que parece estar en nuestro control, y por ello no es fácil recibir una fecundidad como simple y sencilla dádiva. Sin embargo, ese regalo, simple y sencillo regalo, es lo que viene a ofrecernos Jesucristo. Su regalo se llama gracia. Nuestra vida puede pasar por tiempos de esterilidad, sin rumbo, sin sentido, pero  sólo un camino nos salva, la gracia del Señor, el don de recibir a su hijo Jesucristo.
SALMO RESPONSORIAL: 70
R./Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R.

Contaré tus proezas, Señor mío,
narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
El salmista apela a su larga experiencia de anciano para expresar, en medio de la aflicción, su confianza inalterable en la ayuda del Señor. Él quiere dejar un testimonio de la gracia de Dios a las generaciones venideras.  Mezcla la petición con la acción de gracias. 
La comunidad en su oración también recurre a la memoria del pasado, expresa en el presente su fe y su confianza, y apoyada en la esperanza tiende la mirada hacia la consumación definitiva del Reino de Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 1,5-25

“El ángel Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista”
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto." Zacarías replicó al ángel: "¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada." El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento."
El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: "Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El anuncio del nacimiento de Juan, la circunstancia de su concepción, su estilo de vida, pero sobre todo su predicación van a originar un creciente movimiento popular que las autoridades de Jerusalén, y en especial Herodes Antipas, veían con mucha reocupación. Juan es el fruto esperado de una pareja anciana que siempre hizo lo bueno a los ojos de Dios. En ellos se confirma que la necesidad de los seres humanos está muy cerca del corazón de Dios. Isabel, la humillada públicamente, ha sido enaltecida públicamente por Dios. Sin embargo, la fragilidad del corazón humano llenó de dudas a Zacarías. La mudez de su fe quedó reflejada en la ausencia de su voz. Y en medio del silencio de Zacarías Isabel mantenía su voz de fidelidad al proyecto de Dios. – Juan el Bautista será un personaje grande y estará al servicio de Dios como precursor del Mesías, como un nuevo Elías que ha de mostrar a Jesús como el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Él disminuirá mientras Jesús irá surgiendo en su ministerio. Él enseñará a reconocer en el obrar de Jesús la presencia del que estaban esperando.  En él comienza la era mesiánica para el perdón, la esperanza y la salvación. El compromiso que nos deja la buena noticia de hoy es reconocer la acción de Dios en nuestras vidas. De ese Dios que puede hacer hasta lo imposible a los ojos del ser humano si de verdad confiamos en él plenamente.  
Y es un llamado también en este tiempo de Adviento para que nazcan nuevos precursores de su Reino: NOSOTROS.

ORACIÓN
Señor Jesús, de nuevo al comenzar este día te alabamos, te bendecimos, y te damos gracias, por esta nueva oportunidad de ponernos encontrar contigo en la oración, desde el “día a día con tu palabra”. Gracias por hacernos uno con muchos quizás desde distancias remotas a través de este devocional, gracias por bendecirnos cada día. Te pedimos que cualquier área de nuestra vida de esterilidad tú la transformes, la vivifiques, para que dé mucho fruto; Señor aumenta nuestra fe y que nuestros ojos puedan ver más allá de nuestra realidad y que te podamos reconocer como el Señor de “los imposibles”. Nos ponemos en tus manos una vez más, para sigas naciendo en nuestras vidas y nos sigas llevando a ser propagadores de tu Reino. Amén


“Reconoce la acción de ese Dios que puede hacer hasta lo imposible a los ojos del ser humano si de verdad confiamos en Él plenamente”


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