martes, 1 de diciembre de 2015

Viernes 18 de Diciembre de 2015

“JOSÉ, EJEMPLO DE SILENCIO Y DE PACIENCIA”

PRIMERA LECTURA
JEREMÍAS 23,5-8

Suscitaré a David un vástago legítimo
"Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: "El-Señor-nuestra-justicia". Por eso, mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que no se dirá: "Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto", sino que se dirá: "Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Salir del pecado es el gran éxodo. Un éxodo mayor que salir del poder del faraón, e incluso más grande que volver del destierro a Babilonia. Jesús es el nuevo y mayor Moisés, que conduce al pueblo, cruzando las aguas del bautismo, hacia la tierra de prometida. Lo mejor que podía imaginar Jeremías, en cuanto a éxodos, era la salida del país del destierro y la reconstrucción de Judá y de Israel en unidad. Es un modo de referirse al tiempo casi idílico del reinado de David. En Jeremías, sobre todo, es sensible esa añoranza de aquel reinado en que hubo paz en las fronteras y unidad entre Judá e Israel. Jesús será entonces el nuevo y mayor David, que, venciendo sobre nuestros enemigos, da unidad y paz a la Casa de Dios.
En la Eucaristía degustamos una señal de ese amor salvador y de ese poder redentor. En la Eucaristía Dios detiene el imperio de la muerte y nos deja gustar el sabor de la paz y de la unidad. En la Eucaristía los bienes anunciados se dejan sentir como bienes ya presentes. ¡Bendito sea Dios!
SALMO RESPONSORIAL: 71
R./Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso;
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén! R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Este salmo, escrito después del exilio, en una época en que ya la dinastía de David no estaba en el trono, se refiere directamente al "rey-Mesías", ¡al reino Mesiánico esperado como "universal' y "eterno"! Sólo Dios puede tener un reino eterno, "que dure tanto como el sol, hasta la consumación de los siglos". En vano un rey cualquiera puede pretender tal cosa. Como en los demás salmos, encontramos en éste, el procedimiento literario llamado de "revestimiento": se trata de un lenguaje florido, que utiliza el "estilo de las cortes reales de oriente", con sus hipérboles gloriosas y su ideología real, para expresar un "misterio", para "revestir" una revelación no sobre un sistema político sino sobre Dios mismo.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 1,18-24

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El primer génesis de Jesús es su genealogía desde Abrahán hasta José (la cual el evangelio de Mateo describía ayer), y ahora se narra el origen de Jesús por obra del Espíritu Santo. La acción divina actúa en la realidad humana, en su contingencia y fragilidad. Por este motivo el evangelio de Mateo resalta la imagen de José y María, que en medio de las dificultades dan un “sí” como respuesta a la voluntad de Dios.  Ayer se nombraban 4 mujeres en la genealogía, y en el evangelio de hoy precisamente el Espíritu irrumpe en la historia a través de María. El plan salvífico de Dios rompe con el patriarcalismo e incluye y valora el papel fundamental de la mujer. Por otra parte, José, bajo su crisis, escucha a Dios que acude a orientar sus decisiones y le brinda una clave para interpretar los nuevos acontecimientos, lo cual le  lleva a una aceptación consciente de la manera como Dios salva a través suyo.
“Se llamará Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Jesús es el Mesías, el esperado por todos, el que traerá la paz a su pueblo. Nosotros hoy ¿realmente estamos dando un sí a su proyecto, a sus planes en nuestra vida?

ORACIÓN
Padre misericordioso, a veces nos hemos enfriado en nuestra relación contigo, por eso hoy queremos volver al primer amor; ayúdanos a través de tu Espíritu a regresar a ese bello momento cuando tu misericordia y tu amor nos trasformaron. Gracias por darnos siempre una nueva oportunidad de volver a ti, por favor ayúdanos a ser dóciles a tu acción, listos y prestos para escuchar y actuar como lo hizo José. Queremos comprometernos con tu proyecto, a dejar que sigas naciendo en nuestros corazones, en nuestras familias,  trabajos, realidades, a anunciar la Buena Nueva de tu Reino y que logremos  atraer a muchos de nuevo al portal de Belén.  Amén   


“Es necesario discernir desde el silencio y la reflexión lo que Dios nos pide y atrevernos a actuar, a comprometernos y dar pasos decisivos en la fe”

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