sábado, 1 de agosto de 2015

Miércoles 19 de Agosto de 2015


.“NUNCA ES TARDE PARA TRABAJAR EN LA VIÑA DEL SEÑOR”

PRIMERA LECTURA
JUECES 9,6-15

“Pedisteis un rey, siendo así que el Señor es vuestro rey”

En aquellos días, los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén. En cuanto se enteró Yotán, fue y, en pie sobre la cumbre del monte Garizín, les gritó a voz en cuello: "¡Oídme, vecinos de Siquén, así Dios os escuche! Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: "Sé nuestro rey." Pero dijo el olivo: "¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la higuera: "Ven a ser nuestro rey." Pero dijo la higuera: "¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la vid: "Ven a ser nuestro rey." Pero dijo la vid: "¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la zarza: "Ven a ser nuestro rey." Y les dijo la zarza: "Si de veras queréis ungirme rey vuestro, venid a cobijaros bajo mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
¿Qué tan bueno es reinar o gobernar?.... La pregunta ofende en un mundo ávido de poder. En cambio esta a lugar en el contexto de un pueblo elegido sin merecerlo y amado más allá de sus rebeldías, como es el caso del pueblo de Israel. Un pueblo amado y bendecido; un pueblo desagradecido y rebelde. ¿Para qué ser rey en un pueblo así? En cierto modo este es el enfoque que nos presenta, la primera lectura de hoy: ¿es que acaso es DESEABLE reinar? Los distintos personajes —árboles, en este caso—caricaturizan las mentiras que nos decimos para hacer deseable el poder. El olivo representa el engaño de quien deja el espacio en donde es útil para ser presuntuosamente inútil. La higuera hace el papel de quien deja de ser grato para cargarse con la antipatía del que se levanta sobre todos. La vid representa el que pierde el sentido de la gratuidad y la alegría por embriagarse en deseo de dominar a otros. Por otro lado, está la zarza o el espino. Carece de la utilidad del olivo, la dulzura de la higuera y la alegría de la vid. No es realmente provechosa ni amable, y lo que ofrece, su sombra, es más una burla que otra cosa. Sólo una cosa tiene clara esta zarza: su orgullo. Si es que están tratando de burlarse, ya tiene preparado su fuego para acabar hasta con los cedros del Líbano. Un mensaje que debiéramos escuchar todos.

SALMO RESPONSORIAL: 20
R./ Señor, el rey se alegra por tu fuerza.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
 ¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios. R.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza
una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término. R.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y de majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Acción de gracias por las victorias que Dios ha concedido al rey en su lucha contra diversos enemigos; la presencia del Señor se manifestó en medio de la tormenta. Expresión de confianza en la futura ayuda del Señor. Hoy también estamos en lucha con el mal, con la muerte y Dios es el único que puede iluminar nuestras tinieblas. 

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 20,1-16

¿Vas a tener tú envidia porque soy yo bueno?

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En el evangelio escuchamos la desconcertante parábola de los trabajadores de la viña, que trabajan un número desigual de horas y, sin embargo reciben la misma paga o jornal. La parábola no se fija en los trabajadores, sino en la actuación de Dios. Dios da a todos según su justicia, pero también es generoso con los últimos aunque hayan trabajado menos. El texto coloca en relación directa dos principios básicos que organizan la vida humana: la justicia y la necesidad. Mientras el primer grupo de trabajadores espera obtener una retribución por encima de lo pactado, el grupo de trabajadores contratados a la última hora reciben un salario completo y en primer lugar. Esto puede parecer paradójico, pero debemos descubrir que el señor de la viña actúa observando la justicia en cuanto paga a los obreros el salario justo, pactado previamente; mientras se muestra generoso con los trabajadores necesitados que logran llegar a la viña poco antes de que concluya la jornada laboral. La respuesta finalmente es el amor gratuito de Dios que sobrepasa las medidas de la justicia actúa libremente, también con los últimos. No es si a los primeros se les paga lo justo, sino que Dios quiere pagar a los últimos también lo mismo, aunque parezca que no se lo hayan merecido tanto. Entendamos que los caminos de Dios son sorprendentes y no siguen nuestra lógica.

Se contraponen así dos maneras de pensar, una, la que acepta la mayor parte de la gente, queriendo obtener su ‘retribución’. En esta lógica lo importante es la proporcionalidad entre las expectativas y el pago. Si damos, esperamos recibir. La otra manera de pensar, comprendida por pocas personas, se llama ‘gracia’. El evangelio busca el equilibrio entre el principio de la justicia, respetado, y el principio de la necesidad y la gracia.

ORACIÓN
Señor Tú eres el dueño de la vida, el tiempo y las horas; Tú decides según tu bondadoso corazón y das a cada quien según consideres necesario. Por eso ayúdanos a comprenderte desde la lógica del amor y no de la retribución; que en tu proyecto no hay primeros lugares, sino servicio, bondad, generosidad y gratuidad. Amén. 

“La dinámica del Señor no es la acumulación de horas de trabajo, sino el compromiso adquirido”

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