sábado, 1 de agosto de 2015

Lunes 17 de Agosto de 2015

“SEGUIR A CRISTO REQUIERE CONVERTIR LA VIDA, SEGÚN SU PROPUESTA”

PRIMERA LECTURA
JUECES 2,11-19

“El Señor hacía surgir jueces, pero ni a los jueces hacían caso”

En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba, dieron culto a los ídolos; abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y se fueron tras otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron, irritando al Señor. Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y Astarté. El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores que los saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían resistirles. En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como él les había dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada.

Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor. No hacían como ellos. Cuando el Señor hacía surgir jueces, el Señor estaba con el juez; y, mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores. Pero, en cuanto moría el juez, recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Si miramos bien la historia del libro de los Jueces, descubriremos que no estamos exactamente ante un “círculo” sino más bien ante una “espiral”. Si la repetición tuviera la última palabra, todavía estarían los israelitas gimiendo y pidiendo nuevos jueces que les liberasen de los filisteos. La verdad es que Dios es Señor de la historia y él no deja que nuestra vida quede prisionera de un círculo estéril. Tarde o temprano termina el tiempo de los “jueces” y es preciso abrirse al misterio y ministerio de la profecía, según nos enseña la secuencia misma de la historia bíblica.
En efecto, pronto, en nuestro caminar en la palabra, veremos cómo un hombre, Samuel, marca el final de este tiempo heroico pero en el fondo estéril y abre con su boca una expresión más clara y eficaz del querer divino. Será esa voz, la voz de los profetas, la que eche a andar el círculo, y haga de él una espiral, un camino, una flecha que apunta hacia la gracia y la gloria.

SALMO RESPONSORIAL: 105
R. / Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

No exterminaron a los pueblos
que el Señor les había mandado;
emparentaron con los gentiles,
imitaron sus costumbres. R.

Adoraron sus ídolos
y cayeron en sus lazos;
inmolaron a los demonios
sus hijos y sus hijas. R.

Se mancharon con sus acciones
y se prostituyeron con sus maldades.
La ira del Señor se encendió contra su pueblo,
y aborreció su heredad. R.

Cuántas veces los libró;
mas ellos, obstinados en su actitud,
perecían por sus culpas;
pero él miró su angustia,
y escuchó sus gritos. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Alabanza al amor de Dios y reconocimiento de los pecados del pueblo desde el comienzo hasta una situación actual de miseria. Invocación a la misericordia de Dios. Al proclamar el amor de Dios, debemos al mismo tiempo reconocer nuestra miseria e infidelidad. Por eso en el “Padre nuestro” pedimos a diario perdón a Dios por nuestras faltas y que nos libre del mal.    
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 19,16-22

“Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, así tendrás un tesoro en el cielo”

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: "Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos." Él le preguntó: "¿Cuáles?" Jesús le contestó: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo." El muchacho le dijo: "Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?" Jesús le contestó: "Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo." Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús quiere instruir a sus discípulos, y el evangelista a su comunidad, sobre la actitud que debemos tener los cristianos frente a la riqueza y la pobreza. Jesús desenmascara la falsa seguridad que proporcionan los bienes materiales. Queda en claro que el don del seguimiento de Jesús no es compatible con el apego a los bienes de este mundo. Sin embargo, en nuestro contexto mundial ambos conviven “admirablemente”. ¡Cuánto tiene de capitalista nuestra Iglesia! Y ¿cómo lo hace compatible? Si Jesús viniera hoy, ¿qué diría de esa unión? ¿No experimentamos también cierta tristeza al volver sobre esta sentencia de Jesús? De verdad nuestras iglesias, con la mano en el corazón, deberíamos apropiarnos de esta sugerencia de Jesús, vender todo, ponerlo al servicio de los empobrecidos y, ahora sí, despojadas de todo, comenzar de verdad el camino del seguimiento.
Sigamos con el diálogo inicial de Jesús con el joven, sobre lo que debemos hacer para alcanzar la salvación, que se mueve en la lógica de lo que todos ya saben: Cumplir los mandamientos. Algo que el joven rico ha hecho y bastante bien. Sin embargo, la pregunta clave es la que se encuentra en la mitad del relato: ¿Qué me queda por hacer? Jesús propone el paradigma de la perfección, que añade al cumplimiento, los verbos “compartir y seguir”. Se puede ser buena persona cumpliendo las normas básicas de la religión o la sociedad, pero sólo es verdadero cristiano quien comparte con los pobres su riqueza y con Jesús su vida. Miremos que pobreza y seguimiento entran en conflicto con la riqueza del joven. Para tristeza de todos, triunfa la riqueza. No comprendió el joven que en Jesús y los pobres estaba su gran tesoro, y que por éstos vale la pena dejarlo todo.
Este pasaje ha tenido a lo largo de la historia del cristianismo muchísimas formas de abordaje, y ha inspirado modos radicales de vida. Recordemos a San Francisco de Asís y sus compañeros, abandonándolo todo, decidieron asumir un estilo de vida en el más absoluto despojo. Aquí se inspira, además, el consejo evangélico de la pobreza, que ciertamente no es para todos. Reflexionemos entonces como hay muchos cristianos que nunca se preguntan “¿qué nos queda por hacer?”, erróneamente convencidos de que el bautismo y el cumplimiento ritual son suficientes. – Y a nosotros, qué nos queda por hacer?

ORACIÓN
Amado Jesús, ayúdanos  para que a través del encuentro hoy con tu Palabra,  aprendamos a tener  una actitud de vida  diferente a la del joven rico, tú más que nada nos conoces, sabes cuanto egoísmo y mezquindad existe en el corazón humano y sabes  “cuanto nos queda por hacer”. Qué como tú y como tantos discípulos tuyos tengamos un corazón bondadoso y generoso para dar y darnos a los pobres y no atesoremos tantas riquezas en esta tierra sino busquemos el verdadero tesoro de  tu Reino acá en la tierra. Amén.
“La coherencia cristiana nos obliga a dejar las cosas superfluas, costumbres o situaciones humanamente más cómodas por elegir bienes mayores” (Papa Francisco)

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