sábado, 1 de agosto de 2015

Viernes 28 de Agosto de 2015


“VIVIR VIGILANTES EN UN MUNDO NECESITADO DE DIOS ”

PRIMERA LECTURA
1TESALONICENSES 4,1-8

“Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada”

Hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús. Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada, que os apartéis del desenfreno, que sepa cada cual controlar su propio cuerpo santa y respetuosamente, sin dejarse arrastrar por la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. Y que en este asunto nadie ofenda a su hermano ni se aproveche con engaño, porque el Señor venga todo esto, como ya os dijimos y aseguramos. Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada. Por consiguiente, el que desprecia este mandato no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Escuchábamos ayer cómo se alegraba y se consolaba Pablo por las noticias recibidas de la comunidad de Tesalónica, que tan buen ejemplo daba a todas. Pero, al final, en las páginas que leemos hoy y mañana, incluye unas exhortaciones para que mejoren y se afiancen en el nuevo camino. La primera lectura condensa el ideal de la vida cristiana en la palabra santidad. Y es admirable el valor de Pablo al predicar a los fieles de Tesalónica, en efecto, Pablo, habla de la pureza, particularmente en el matrimonio, a una gente que estaba acostumbrada a todo tipo de excesos y que miraba la infidelidad en la pareja con una mezcla de cinismo y resignación. Dios tiene un plan, positivo y gozoso, sobre la vida sexual, pero en torno a ella y desde siempre, hay mentalidades que no quieren más puntos de referencia que el propio gusto. Por eso debemos defendernos de los criterios del mundo, si son contrarios a los de Dios, sin dejarnos desviar por las costumbres que no pueden admitirse en la vida de un verdadero cristiano. Esto conviene recordarlo porque nos hace ver que no es el Evangelio el que tiene que adaptarse al mundo sino al revés. Si el mensaje del Evangelio tuviera que adaptarse al mundo Pablo habría tenido que alabar las costumbres paganas, o por lo menos hacer caso omiso de su estilo de vida en Tesalónica. Muy al contrario, este verdadero testigo de Cristo tomó el camino arduo y pedregoso y como quien anuncia la Cruz, predicó que la pureza era no sólo hermosa, sino necesaria para todo aquel que quiera seguir el camino de Dios. No es este un asunto de obedecer opiniones humanas sino de seguir o no seguir la senda que Dios mismo ha querido para nosotros. Frente a un mundo que trata al sexo desde la trivialidad, también nosotros hoy tenemos una doble lucha: la búsqueda de la genuina pureza de corazón, nacida del amor a Cristo, y su anuncio a la gente de nuestro tiempo. No tendremos la victoria si no luchamos por este mensaje, y si lo guía Cristo, no quedará sin victoria.

SALMO RESPONSORIAL: 96
R. / Alegraos, justos, con el Señor.

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono. R.

Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R.

El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados. R.

Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La frase inicial de este “Himno a la realeza del Señor” es una solemne proclamación, que anuncia el advenimiento del Reino de Dios, inaugurado por una teofanía de la que participan todos los elementos de la naturaleza. Esta manifestación del Señor como Rey significa el triunfo definitivo de la justicia  y es un motivo de júbilo para su Pueblo (vs. 8, 11). La exhortación final (v. 12) parece estar dirigida a la comunidad congregada en el Templo, que actualizaba cultualmente la victoria del Señor sobre sus enemigos y el establecimiento de su Reino.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 25,1-13

“¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Es probable que en la comunidad de Mateo creciera la preocupación por la inminencia de la parusía (la Segunda Venida de Jesús). Las especulaciones sobre lo que ya iba a ocurrir impedían la concentración y la madurez de la comunidad. El hecho de que nadie supiera ni el día ni la hora aumentaba la incertidumbre. No queda otra opción que estar bien preparados. La parábola de las vírgenes necias y prudentes responde a esta preocupación. Ellas simbolizan las dos alternativas que tenemos de prepararnos para esperar la llegada del novio Jesús. Todas tienen las mismas posibilidades, la misma información y los mismos instrumentos. Las lámparas encendidas simbolizan la resurrección que ilumina aún las noches más largas y oscuras. Ante la llegada del novio, las prudentes están preparadas, porque desde su experiencia de vida han aprendido a mantener encendida la llama de la vida. Las necias en cambio dejan para el final lo que tuvieron que hacer desde el principio. Estar preparados significa estar despiertos y activos para escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios. – Para los cristianos de hoy el panorama cambia, dado que el Reino de Dios ya está entre nosotros.  Y hoy entonces preguntémonos: ¿de qué lado nos sentimos? ¿Del lado de las muchachas preparadas, o de las descuidadas? Tenemos que estar preparados, con nuestras lámparas bien encendidas de la Palabra de Dios, para irradiar con nuestra luz a la humanidad. La invitación al banquete es abierta. Todos, sin excepción, hemos sido invitados; sin embargo, aunque esa invitación sea gratuita, la pertenencia definitiva debemos ganarla a punta de esfuerzo y compromiso. Tenemos que estar preparados y activos para hacerlo visible y atractivo a las nuevas generaciones, que ese sea también nuestro compromiso.

ORACIÓN
Señor al entender que de ti depende nuestra vida, sentimos que debemos siempre estar atentos, preparados, a ser previsivos, como nos lo muestra la parábola de hoy,  a mantener las lámparas encendidas en disposición, para responder de la mejor manera a tu llamado, para ser discípulos (as) tan de tu agrado que alcancemos a entrar a participar en las bodas del Cordero que eres tú Señor Jesús. Amén


Si, pues, hemos de dormir, ¿cómo estaremos vigilantes? Vigila con el corazón, con la fe, con la esperanza, con la misericordia, con la obras” (San Agustín) 

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