sábado, 1 de agosto de 2015

AGOSTO 2015

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“¡CUIDADO! QUE EL TRABAJO NO SE CONVIERTA EN UN SEDANTE”

Escuché decir a alguien que cuando más cerca de Dios se siente es cuando está más ocupado. Me explicó que cuando las exigencias son mayores ella se apoya más en la fortaleza de Dios. Sin embargo, a continuación señaló, que a menos que aparte tiempo para la oración personal, su trabajo se puede convertir rápidamente en un escape. Unido a nuestra llave de bendición para este mes que es sobre el reposo, reflexión que encontrarás al final de la cartilla, quisiera que meditáras sobre como mucha gente se involucra en muchas actividades como un escape y buscan el mecanismo de estar ocupado para enfrentar la realidad. Así como el alcohol o un sedante pueden amortiguar los sentidos contra las relaciones personales, las obligaciones familiares y las responsabilidades comunitarias; así también el trabajo constante, puede disminuir nuestra sensibilidad a los asuntos más profundos de la vida. Hace unos dos mil años el autor del libro del Eclesiastés descubrió esto, buscó satisfacción manteniéndose ocupado, edificando casas y plantando viñas. Pero mientras trabajaba en la obra que había hecho se dió cuenta que todo era vaciedad: (Eclesiastés 2,10-11). Nosotros podemos también cometer el mismo error, incluso en las cosas y en el nombre del Señor. Hace unos días, en uno de los libros devocionales leí acerca de un hombre muy ocupado, que en medio de sus actividades o cansancios de alguna manera logra encontrar tiempo para dar al día un impulso espiritual o motivacional a su vida. Es el Dr. Ben Carson, Jefe de Neurocirugía Pediátrica del Johns Hopkins Children’s Center; una posición que asumió en 1994 cuando tenía 33 años de edad. Veamos el testimonio del Dr. Carson acerca de la importancia y el valor de dar el primer lugar a las cosas espirituales: “He descubierto que seguir una disciplina espiritual (ORACIÓN),  que puede ser  una meditación o una buena lectura espiritual, puede darme la fuerza y armonía para tener un día bueno. En mi consultorio en el hospital todas las mañanas paso al menos media hora leyendo e interiorizando la Biblia, sobre todo el libro de los Proverbios. ¡Hay tanta sabiduría y tan profunda ahí!, durante el día si encuentro una situación difícil, pienso de nuevo en los versículos meditados en esa mañana y ahí encuentro ánimo y fortaleza”. Jesús tuvo que enfrentar también días difíciles llenos de mucha ocupación y de multitudes exigentes. En el evangelio de Marcos, lo vemos: “Levantándose muy de mañana cuando todavía estaba oscuro, salió a un  lugar solitario a orar “ (Marcos 1,35).
¿Cuándo estás muy cargado(a), agobiado(a), buscas reposo en la oración?. Te invito a que desde ya hoy, lo pruebes, y verás que entrarás en un camino de transformación en tu vida y en tu día a día.  Te aconsejo también nunca aceptes más trabajo sino tienes tiempo de orar por él.

“DEJA QUE CRISTO SEA EL PRIMER PENSAMIENTO EN LAS MAÑANAS Y EL ÚLTIMO EN LAS NOCHES”
Oro por ti y todos los tuyos, y en este el mes del reposo te bendigo en Cristo Jesús.       

Roberto Zamudio

PROMESA BÍBLICA DEL MES.
“Que saca el hombre de tanto trabajar y de tanto preocuparse, si ni siquiera de noche descansa, esto también es vana ilusión” Eclesiastés 2,22-23
                                                                                                                                               
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
Buen, Padre Dios, que  iniciar este nuevo mes y nuevo día, sea para mí,  motivo para darte gracias, alabarte y bendecirte; pero también para reconocer mi necesidad urgente de tu amor misericordioso y bendición para mi vida. Por favor Señor, restáurame, dame un nuevo respiro, y fuerza para volver a comenzar este día con un ánimo estrenado, pero siempre a tu lado, contando con tu presencia, con la certeza de ser escuchado(a) por ti. Sé que debo enfrentar en este tiempo luchas y batallas difíciles, no sólo conmigo  mismo, con mi temperamento y carácter, sino también con mis propios desánimos,  aciertos y frustraciones, problemas, enfermedades y diferentes necesidades; pero también en las dificultades de convivencia y de interacción, con mi entorno, con los demás, que muchas veces resultan muy difíciles. Gracias porque al igual que tu discípulo Pedro, puedo decir: “¿A quién iré?, si solo tu tienes palabras de Vida Eterna”, gracias porque me animas y me fortaleces y me das nuevas fuerzas y seguridad, renovando mi manera de pensar y sentir, para salir a enfrentar todas las adversidades. Que durante este nuevo mes y cada día pueda reflexionar sobre esas áreas de la vida y esas diferentes realidades que necesitan ser transformadas en ti, que todo lo que esté acostumbrado a vivir y parece no tener esperanza ni posibilidades de cambio, pueda ser identificado por cada uno (a) de quienes lean esta cartillita o devocional,  y solo y siempre con tu ayuda, logremos encontrar las luces, herramientas y medios para sumergirnos en caminos de restauración, liberación y cambio; siempre para ser unas mejores personas, pero sobre todo para tener la certeza que a pesar de no ver soluciones instantáneas y mágicas, aunque tenga que seguir esperando, no deje de seguir luchando. Que tenga la seguridad de sentirme amado(a) por ti, sentir que no estoy solo(a),  que siempre el rostro y corazón del único y verdadero Dios, Padre y Madre, siempre me acompaña, y que en Él todo es ganancia. Que pueda declarar como Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4,13). Que tu espíritu me coloque en sintonía en este mes y siempre con la llave de bendición que estamos reflexionando: “EL REPOSO”. Regálame espacios, lugares, situaciones y personas, que siempre me lleven a reposar en ti y tu amor renovador.  Amén.

ORACIÓN AL  FINALIZAR EL DÍA
Llegada la noche, Buen Señor y quizás en la intimidad de mi habitación, quiero buscar reposo en ti, Cristo Jesús. Te doy gracias por todo lo vivido, durante este día. Gracias por cada bendición, cada signo de tu bondad, por las personas valiosas que colocaste a mi alrededor para bendecirme, antes de irme al sueño o restauración en tu amor, quiero suplicar tu bendición para cada una de ellas. Tanto a ellos como a mí, Señor, sánanos y libéranos de toda circunstancia, palabra negativa y de dolor que haya herido nuestra mente y nuestro corazón. Dame a través de este descanso en ti, la posibilidad de poder ser reconciliado con los que hoy me pudieron herir en tu amor misericordioso. Regálame la fe, esperanza, ilusión y capacidad de que mañana será un día nuevo y mejor; que hay la posibilidad en ti de ser feliz, que ese es el llamado que tú constantemente me haces. Que con la ayuda, valentía y fuerza de tu Espíritu, después de esta noche de reposo, pueda mañana seguir realizando mis sueños, trabajando por conquistar mis anhelos mas profundos y especialmente buscar el realizar hacer tu voluntad.  A esta hora confieso mi fe en ti, en tus promesas de vida y bendición,  que en este momento y mañana  seguirán cambiando mi ser y mi entorno. Me voy al descanso pidiéndote que tus brazos de Padre y Madre tiernos y bondadosos sean mi almohadita que me transmita tu calor y seguridad, para levantarme mañana sin miedo de seguir luchando y dando lo mejor. Amén.         

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