“CONSECUENCIAS
DE MIS DECISIONES”
Por estos días hemos estado reflexionando acerca del
proceso humano en la parábola del sembrador,
allí hemos compartido algunos puntos a saber:
1.
Parar, preparar o purificar la tierra, una
invitación a la reconciliación
2.
Seleccionar, escoger o elegir la semilla, aquí es
donde vamos a centrar nuestra reflexión.
De acuerdo a la elección de la semilla, así va a ser la cosecha. Lo que
se siembra se recoge. Gálatas 6,6-7
3.
Abonar, acompañar y cuidar la semilla sembrada
4.
Esperar con confianza la llegada de la cosecha;
porque se sabe de antemano que se hizo fielmente el proceso anterior,
especialmente “Se eligió y seleccionó
bien la semilla”.
Como es la semilla así va a ser la cosecha, no tenemos derecho a quejarnos, más bien, como
dirían algunas abuelas “a quejarse al mono de la pila”. Cuantos hoy no estamos
sufriendo en algún área de nuestra vida una decisión, selección, elección
equivocada. Es muy común, hoy en día, recibir una respuesta evasiva de parte de
aquellos que son confrontados con el origen de esa cosecha no agradable, de
frutos no muy buenos que hoy están recibiendo. Pero no solamente sucedió en el
ayer sino hoy es muy común en nuestra sociedad, con esta cultura del llamado género,
que habla de ante todo la libertad, confundiéndolo con libertinaje y que cada vez esclaviza más. Una frase muy
conocida hoy es: “es mi vida y soy libre para decidir”. Lo que ignoran
trágicamente, es que si bien son libres para decidir, no son en primer lugar
libres para no decidir, porque en el momento en que rechazo la oferta de Dios,
su amor misericordioso y su proyecto de vida estoy decidiendo darle la espalda
a Dios. Como consecuencia de esto muchos ignoran que son libres para decidir
sus acciones pero no quieren asumir con responsabilidad sus consecuencias. Un
elegir o tomar decisiones alejados de la sabiduría que viene de Dios me va a
sumergir más rápidamente en la mentira, trampa y engaños de este mundo. No
podemos “coquetear” con las malas y fáciles decisiones y más adelante evadir
sus trágicas consecuencias. “¿Jugará el hombre, con fuego, sin correr el riesgo
de quemarse? ¿Andará el hombre sobre brasas sin correr el riesgo de que sus
pies se quemen?” (Proverbios 6,27-28).
Como ves apreciado amigo(a) la libertad de la mujer y del hombre es
relativa, nunca absoluta. Dios nos creó
con capacidad de decidir y creo que nadie está disgustado con esto. A ninguno
de nosotros nos hubiera gustado ser robots o clones prediseñados y programados
para solo agradar a nuestro hacedor. Dios conociendo nuestra humana tendencia a
la rebelión nos hizo libres, pero nos advierte en su Palabra con su
mensaje de amor acerca de las decisiones y las consecuencias que tenemos que
asumir de ellas. Recuerda que ser libre no es hacer lo que se nos antoje, sino
aquello para lo cual fuimos creados y esto edifica y bendice a los demás. Al vivir sin tener en cuenta a Dios en mis
decisiones caigo en el antiguo error del paraíso; en la más antigua de las
religiones donde yo mismo soy mi propio dios, la religión del “ yoismo” o
egolatría. Cuando la vida gira en torno a mi mismo me vuelvo ciego, insensible,
egoísta e intrascendente, sólo en Dios, tu diseñador y arquitecto te sentirás
verdaderamente libre.
Te recuerdo: “Como es la semilla así va a ser la
cosecha”. ¿De acuerdo a tus decisiones equivocadas o no que cosecha hoy estas
recibiendo?. Comenzando este segundo semestre te propongo una tarea: si en
algunas áreas de tu vida la cosecha que hoy estás recibiendo no es la mejor, no
es de tu agrado pues cambia la semilla, corrige la siembra, abónala, cuídala; y
verás que llegado el final del año recibirás una mejor cosecha; pero si no corriges
la mala semilla, vas a seguir recibiendo una mala cosecha.
Bendiciones en el nombre del Señor para tu caminar y
los tuyos en este nuevo mes.
“EL SER HUMANO ES UN SATÉLITE DE DIOS Y CRISTO
DETERMINA NUESTRA ÓRBITA”.
Roberto Zamudio
PROMESA BÍBLICA DEL MES
“Fuimos creados por Dios y para Dios”
Colosenses 1,16
SÉPTIMA LLAVE: EL DESPRENDIMIENTO O DESPOJO
Después de abordar en el mes anterior la llave de la
Generosidad, como consecuencia de esta surge el DESPOJO O DESPRENDIMIENTO, que
nos va a traer mucha bendición.
Podríamos decir como un primer momento que el
desprendimiento parte como signo de bendición desde la generosidad; es decir,
desde la fuente del amor ser capaz de
desprenderme o despojarme para compartir con el otro u otros. Desprenderme
de algo que tengo, que a veces me sobra o quizás como la viuda del evangelio ni
siquiera tengo para compartirlo con alguien que esta como yo o peor que yo.
Total, una primera afirmación que podríamos decir es que despojarse, es ante
todo, desprenderse de uno mismo; también desprenderme de aquello negativo
(pecado) que me está haciendo daño, y que hace daño a los que conviven conmigo.
Por ello esta llave de bendición nos la describe el apóstol Pablo con mucha
precisión: “Despójense de esa vida con naturaleza vieja que esta corrompida por
los deseos engañosos, para ser renovados en una actitud de mente nueva; y ser
revestidos con un ropaje nuevo a imagen de Dios” (Efesios 4,22-24). Quitarse ese ropaje viejo es desprenderse o
despojarse. Veamos ahora algunos ejemplos bíblicos de despojo y desprendimiento:
-
El Patriarca Abraham: Hay una tendencia general
entre los cristianos de mirar a Abraham solo desde una perspectiva, la
positiva; que hombre tan bendecido, quizá el hombre más rico de la antigüedad,
a quien el Señor lo llamó, le pidió un desprendimiento o despojo y le ofreció
como regalo el cumplimiento de una serie de promesas si le era fiel. Hay que ver a Abraham desde la otra cara de
la moneda: su fidelidad al llamado de Dios y su capacidad de desprendimiento. ¿Porqué
Abraham fue tan bendecido con toda clase de bendiciones?: sencillamente porque
aprendió a despojarse de todo para obedecer a Dios. Fue desarraigado de su
tierra Caldea y enviado a un país extranjero. Fue separado de su parentela, formada
por gente rica y de alta clase en Ur, una especie de New York en aquel tiempo.
Entonces una vez más ¿Qué fue lo maravilloso que hizo Abraham? Simplemente
desprenderse. El desprendimiento o despojo al igual que la generosidad siempre
van a tener un eco o respuesta, una puerta que se abre y se llama la
“Bendición”. Mediante esta llave el despojo en Abraham y gracias a Dios a
través de él, también por herencia llegaron las bendiciones hasta nosotros. (Génesis 12)
-
Otro ejemplo de desprendimiento en la Biblia es el
rey David. Para gobernar a su pueblo antes de David, Dios llamó a Saúl lo ungió
como rey y le entregó la misión de guiar y organizar su reino.
Desafortunadamente este rey fue todo un fracaso y no respondió al llamado
generoso de Dios; y ¿en qué fue que falló este monarca?: pues fue en no saber
desprenderse, ni despojarse, fue un terco desobediente, un contradictor de
Dios. A menudo la gente confunde los conceptos de siervo de Dios y hombre de
Dios, que no significan nunca lo mismo. Hay muchos que sirven a Dios pero no le
obedecen. El caso de Saúl, o el caso de Sansón, que fue levantado como juez
para servir a su pueblo, el Espíritu Santo lo dotó de fuerza descomunal; pero
él al igual que Saúl nunca aprendieron a desprenderse ni a despojarse de sus
sentimientos ni de sus debilidades. Fue un siervo de Dios pero no un hombre de
Dios; al igual que Saúl y muchos hoy en día fracasaron en todas sus empresas y
finalmente fueron derrotados por los filisteos, y como termino la vida de Saúl
al igual que muchas vidas, una vez derrotado y frustrado termina suicidándose;
de una vez y ojalá para siempre aprendamos esto: “El que no se despoja será despojado
(1ra Samuel 2,6).
En
cuanto a David, un hombre que fue signo de generosidad siendo perseguido aún
por su enemigo Saúl, teniendo a su
enemigo a su alcance, en una señal de profunda humildad, renuncia a sí mismo,
se despoja, pone en peligro su propia
vida para obedecer a Dios. David
entendió algo importante que tiene plena
vigencia: el que se desprende o se despoja será exaltado o bendecido. A partir
del desprendimiento David se convierte en el gran rey en Jerusalén, su
descendencia será bendecida en el gran sabio Salomón. ¿Porqué tanto respeto y
honor en el pueblo judío al rey David? Sencillamente porque a pesar de sus
muchos pecados David aprendió a desprenderse y a despojarse.
-
-Miremos ahora un tercero: Job. Meditando en este personaje bíblico Job, preparando estas
reflexiones me veo en algunas áreas tan reflejado en él, que quizás en este
momento, y más adelante cuando lo vuelva a profundizar sentiré que en
primera persona al que está llamando y
predicando es a mí, ya verán porque.
Job era un hombre integro, justo, es decir
santo delante de Dios, que había aprendido a despojarse casi de todo para
seguir a Dios, menos de una cosa: “del temor”. Cuantos creyentes hoy no estamos
así, llenos de miedo, de temores, bendecidos por Dios, pero aún frágiles y
faltos de decisión para despojarnos o desprendernos de nuestros temores o
miedos. Job era casi perfecto, pero tenía su debilidad, su talón de Aquiles, el
miedo. Y este temor o miedo al igual que en Job es utilizado por el diablo o el
mal, para hacer daño y crear
inseguridad. Nuestro personaje Job al igual que Abraham, era el hombre más rico
de los orientales del momento, disfrutaba de una familia feliz, de una perfecta
salud, de buena fama y honor, pero nunca aprendió a despojarse del temor. Es
enorme en las otras áreas todo el aprendizaje que podemos sacar en el
desprendimiento de la vida de Job (Job 19,9-10).
-
Miremos otros ejemplos bíblicos de despojo: Los
pescadores discípulos de Jesús.
Ya en
el Nuevo Testamento hay una escena que me parece importante que nos relata el
evangelio en el cual el tema del desprendimiento o despojo es evidente. Simón y
su hermano Andrés primeros discípulos, no vacilan ante el llamado de este
maestro nuevo que ellos quizás desconocen; aunque ellos poseen una microempresa
de pesca en el mar de Galilea; ante este llamado dejan al instante su negocio y
se van con el Señor, ellos se despojan inmediatamente (Mateo 4,18-20). Pero hay
algo más Juan y Santiago, igualmente se despojan de su profesión de su propia
subsistencia y, como si faltara poco también de su papá (Mateo 4,21-22). Unos
pescadores sencillos, humildes, unos hombres rudos sin posibilidades de ser
inscritos ni siquiera en la historia municipal de Cafarnaúm, pero gracias a su
desprendimiento quedaron inscritos en la historia universal de la humanidad. ¿Y
por qué? Porque aprendieron a despojarse y desprenderse de ellos mismos, de sus
negocios, de sus familias, y en un signo de generosidad profunda, se
convirtieron en maestros espirituales de vida.
-
Otro ejemplo de desprendimiento: Leví o Mateo, el
funcionario público, he aquí otro caso de desprendimiento o despojo que vale la
pena recordar.(Marcos 2,13-14). Este
personaje era un funcionario que recaudaba impuestos para el imperio romano y
ganaba mucho dinero con las comisiones que se pagaban a esos intermediarios,
Mateo el apóstol, es el nombre de este empleado de la Dian en esa época, autor
del mismo evangelio que lleva su nombre. Al recibir el llamado del Señor el
obedece y simplemente se desprende o se despoja de la caja fuerte, la chequera,
los dólares, las tarjetas de crédito, los valores y contratos y se va detrás
del nazareno sin pestañear.
-
Ultimo personaje: Pablo, un hombre importante. El
apóstol San Pablo es un hombre muy importante en la época de su llamado y hoy.
A veces la gente no recuerda quien era Pablo antes y quien fue después de
Cristo. Nació de una familia judía, en la diáspora o desplazamiento de esa
época en Tarso, dentro de la parte griega del imperio romano, su padre era un
aristócrata rabino de una prospera comunidad. Pablo era también un aristócrata
a la par de un oligarca. Pablo era un erudito, intelectual entre sus
contemporáneos. Políticamente era un hombre con influencias dentro del imperio.
Algunos afirman que Pablo es el genio religioso por excelencia de la humanidad.
Pablo es el gran sistematizador del cristianismo, el gran creador de la
civilización occidental. ¿Y por qué tan importante?. Porque se despojo a sí
mismo. De lo contrario habría pasado a la historia como un vulgar asesino de
gente indefensa. Después de tantas vueltas en su vida, estudio, intelecto,
dinero, tanto prestigio, tanta política, tanta erudición, Pablo pudo concluir y
llegar a decir: “Todo lo que para mí era ganancia lo considero perdida por
causa de Cristo, por él lo he perdido todo y lo tengo por estiércol a fin de
ganar a Cristo” (Filipenses 3,7-8).
-
A quien no entiende voluntariamente, el mensaje del
despojo o desprendimiento el Señor lo hará entender forzosamente, no es una
invitación cordial de Jesús cuando dice : “Tome su cruz y sígame”. Aquí cruz
significa desprendimiento.
Otros ejemplos de desprendimientos en el evangelio
que quisiera dejarte son:
-El espontáneo, quizás muchos hombres y mujeres se
identifican con el carácter de este hombre tan común y corriente. El espontáneo
quiere seguir a Jesús pero recibe una advertencia tajante: no te garantizo ni
siquiera un catre o un colchón inflable o de agua donde dormir. (Lucas 9,57-58)
-El buen hijo: este hombre tiene unos lazos familiares tan fuertes que quiere
seguir a su padre hasta la tumba. Aquí cabe entender que Jesús nunca promueve
dejar insepulto los cadáveres sino enfatiza la necesidad de continuar nuestra
vida en compromiso espiritual más allá del luto y el dolor. La muerte es en sí
misma, un doloroso desprendimiento o despojo. Pero la vida continúa con Dios.
(Lucas 9,59-60)
- El nostálgico: Leí o escuche alguna vez que quien
ama o está atado al pasado merece volverlo a vivir.( Lucas 9, 61-62)
En estos tres últimos casos que reflexionamos
descubrimos algo: El espontáneo no se desprende de su comodidad. El buen hijo
no se despoja del cadáver de su padre, el nostálgico no se despoja de su
pasado. Total no aplican o no son candidatos para el Reino de Dios. Somos
salvos, porque Dios fue generoso y en su Hijo Jesús se desprendió de sí mismo
para darnos la redención.
Es con la
llave del desprendimiento o despojo que Jesús abre el Reino de los
Cielos sobre nuestra vida aquí en la tierra. Despojarse, es una vez más, y
sobre todo aprender a desprenderse de uno mismo, el viejo hombre y antigua
mujer egoísta acaparador que solamente busca su bien. Que ojalá una vez ya
viviendo en la escuela del desprendimiento que es “La escuela del amor
generoso” nosotros pudiéramos gritar a pulmón lleno con San Pablo en cualquier
escenario y situación que estemos enfrentando y con toda satisfacción en el
corazón, y con una absoluta convicción intelectual, con el espíritu inflamado
de ardor, un gran grito que lo escuche todo el planeta, gracias al
desprendimiento : “Ya no vivo yo, mas Cristo es el que vive en mí” Gálatas
2,20.
Como tarea y revisión de vida, examinemos las diferentes áreas de nuestra vida que no nos
hemos despojado.
Ir y revisar en nuestro closet a ver qué cosas tenemos
y no las estamos utilizando y no hemos
aprendido a desprendernos y compartirlas con otras personas.
Revisar en nuestro pastillero, el lugar de las medicinas y buscar
cuales no estamos usando y pueden ser utilizadas por otras personas, que si las
necesitan.
Revisar nuestra alacena y donde guardamos el
mercado, que cosas aquí no utilizamos,
por ejemplo por nuestra dieta, por abundancia, no las consumimos y que a otro
le servirían.
ORACIÓN
AL COMENZAR EL DÍA
Buenos
días, Amado Dios. Aunque mis ojos no te
pueden ver, te puedo sentir sé que estas aquí conmigo y con toda aquella
persona que busca de tu presencia. Te quiero dar gracias por todo lo recibido de ti durante el semestre que
pasó, gracias por tu gran amor, por darme tantas cosas y entenderme, sin esperar nada a
cambio. Gracias por cada circunstancia de vida en la que he sentido tu mano tomando la mía, en medio
de adversidades, sinsabores, desconciertos, aciertos, logros y alegrías. Gracias
por mantenerme alerta ante mis actitudes y palabras que puedan hacer daño a los
demás; porque cuando caigo me ayudas a levantar, a pedir perdón y cambiar. Te entregó una vez más, este nuevo día que empieza, ayúdame Señor a
ser libre de ataduras, dependencia de personas, cosas o ideas, que sólo
siga siempre unido (a) a ti, Tú que eres mi hacedor, mi refugio, mi
fortaleza. Dame nuevas fuerzas y valor cada día para seguir realizando la tarea que me has
encomendado. Ayúdame Señor con la luz de
tu Espíritu a impregnar mi vida y la de los que me rodean en oración, gratitud, alabanza, adoración, fe,
obediencia, generosidad , desprendimiento y que
todo mi entorno siempre este lleno de ti. Amén
ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Señor,
gracias por acompañarme a lo largo de este día, por sentirte tan cerca y poder abrir el corazón y desahogar
sentimientos, pensamientos y emociones. Gracias porque me regalas la fortaleza
para poder recuperarme de los sinsabores de la vida. Te pido ayúdame a que no
sea indiferente a las tristes realidades que me rodean, de injusticia social,
violencia, maltrato, enfermedad,
pobreza, que pueda aportar y ser
bendición de alguna manera a tantas
personas que me necesitan. Señor hazme
orante, verdadero intercesor por el necesitado, y que pueda intervenir con sabiduría, inteligencia y demás dones para
actuar y ayudar, como Tú lo hacías, pero sobre todo con ese amor que sobrepasa
todo egoísmo e individualismo. Te confió
mi sueño y de los que me rodean y desde ya todas las actividades y situaciones
del día de mañana. Amén