viernes, 1 de mayo de 2015

Jueves 07 de Mayo de 2015


“CUMPLIR SUS PRECEPTOS, SINÓNIMO DE ALEGRÍA PLENA”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 15,7-21

"A mi parecer no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios”
Después de mucho discutir, Pedro se levantó y les dijo:--Hermanos, ustedes saben que hace tiempo Dios me escogió de entre ustedes para anunciar la buena noticia a los no judíos, para que ellos crean.  Y Dios, que conoce los corazones, mostró que los aceptaba, pues les dio el Espíritu Santo a ellos lo mismo que a nosotros. Dios no ha hecho ninguna diferencia entre ellos y nosotros, pues también ha purificado sus corazones por medio de la fe. Ahora pues, ¿por qué desafían ustedes a Dios imponiendo sobre estos creyentes una carga que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido llevar? Al contrario, nosotros creemos que somos salvados gratuitamente por la bondad del Señor Jesús, lo mismo que ellos.
Todos se callaron y escucharon mientras Bernabé y Pablo hablaban de las señales y milagros que Dios había hecho por medio de ellos entre los no judíos. Cuando terminaron de hablar, Santiago dijo: --Hermanos, óiganme: Simón nos ha contado cómo Dios favoreció por primera vez a los no judíos, escogiendo también de entre ellos un pueblo para sí mismo. Esto está de acuerdo con lo que escribieron los profetas, como dice en la Escritura:
'Después de esto volveré y reconstruiré la caída choza de David; reconstruiré sus ruinas y la volveré a levantar, para que los demás busquen al Señor junto con todas las naciones que han sido consagradas a mi nombre. El Señor, que dio a conocer estas cosas desde tiempos antiguos, ha dado su palabra.'
 "Considero, por lo tanto, que no se les debe imponer cargas innecesarias a aquellos que, no siendo judíos, dejan sus antiguas creencias para seguir a Dios. Basta con escribirles que se aparten de todo lo que haya sido contaminado por los ídolos, que eviten los matrimonios prohibidos y que no coman carne de animales estrangulados o ahogados, ni tampoco sangre. Porque desde los tiempos antiguos hay en cada pueblo quienes predican la ley de Moisés, la cual se lee en las sinagogas cada sábado." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El “asunto de la circuncisión” no era algo tan lejano ni tan complicado ni tan inútil como puede parecernos fácilmente. Era la señal visible de la pertenencia al pueblo de Abraham, según dijo Dios al que es padre de todos nosotros en la fe: “Este es mi pacto que guardaréis, entre yo y vosotros y tu descendencia después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado y esto será la señal de mi pacto con vosotros.” (Gen 17,10-11). Y aunque esta señal fuera propia de los varones solamente, quedaba entendido, según la mentalidad de la época, que el rumbo de toda familia y la religión propia de cada hogar, lo mismo que su vida moral y las palabras de enseñanza, correspondían todas al varón, de modo que era claro que entrar en la circuncisión era darle una familia a Dios. Y así, cuando los judíos se dispersaron entre las naciones, su miembro circuncidado era algo más que una operación quirúrgica: era prácticamente un motivo de orgullo como pueblo y como raza; de modo que era normal y bien visto llamarse “de la circuncisión”, como leemos en los Hechos de los Apóstoles (Hch 10,45; 11,2).
Por contraste, éstos, los “de la circuncisión” lanzaban una mirada de cierto desprecio a los paganos “incircuncisos”, de modo que Pablo llega a hablar de una especie de “muro” que separaba a los dos pueblos, y por eso escribe a los efesios: “Ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo. Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo  la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz.  (Ef 2,13-16). El Espíritu Santo, obrando con y más allá de los Apóstoles, traza una ruta que será la gran ruta de la evangelización de los pueblos paganos. Si somos salvos por la gracia y mediante la fe, no cabe considerar a la Ley de Moisés como una obligación o como un requisito que todos han de cumplir para alcanzar la salvación. Una decisión que hizo historia.
SALMO RESPONSORIAL: 95
R./ Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Decid a los pueblos: "El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente." R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Canto litúrgico que expresa la alegría del pueblo fiel al Señor e invitación universal a reconocer la gloria y el poder de Dios. Para los cristianos la liturgia también debe ser expresión de la alegría que nace de nuestra fe en la obra salvadora de Dios en Cristo. La invitación universal es más actual gracias al evangelio. El juicio anunciado es juicio salvador.    
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 15,9-11
“Permanezcan en mi amor, para que su alegría llegue a plenitud”
Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. "Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El centro de este pasaje es, sin lugar a dudas, el amor. Jesús declara que el amor que recibe del Padre es el mismo amor que él comunica a sus discípulos. Permanecer unido a Jesús como las ramas al tronco es permanecer en su amor. Cumplir sus mandamientos es hacer vida su Palabra. Jesús es la Palabra viva del Padre. Su estrecha vinculación con el Padre tiene que ver necesariamente con la Palabra anunciada y testimoniada por Jesús. Ahora bien, el amor entre el Padre, Jesús y los discípulos se debe traducir también en el amor entre ellos. En esto radica la verdadera felicidad: en ser capaz de amar intensamente, hasta la entrega radical. El amor verdadero consiste en estar dispuesto a entregar la vida por los que se ama. Jesús lo ha enseñado con su propio testimonio: el dio la vida no sólo por sus discípulos, sino por toda la humanidad. En su entrega, amorosamente generosa, encuentra la humanidad un camino y una oferta de salvación. ¿Conoces personas en tu ambiente que hayan dado la vida por amor a los demás? ¿Qué enseñanzas te deja esa enorme generosidad? ¿En qué medida estás dispuesto(a) a dar la vida por los demás?

ORACIÓN
Señor, en estos días nos sigues dando elementos para vivir en clave de comunidad. Hoy podemos interiorizar sobre lo que esperas de nosotros(as), la unidad y la inclusión de todas las personas a nuestro alrededor; basados en el amor, el dominio propio, la templanza y demás actitudes para no ser piedras de tropiezo. Entendiendo que vivir en comunidad consiste en estar unidos a Ti, como Tú al Padre, en valores que lleven al bienestar de todos y todas. Amén

“Un cristiano(a) sin alegría o no es cristiano(a) o está enfermo(a)”


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: