viernes, 1 de mayo de 2015

MAYO 2015

“PENTECOSTÉS: UN CAMINO DE REGRESO AL PRIMER AMOR”

Estamos terminando este tiempo de Pascua, donde por espacio de cincuenta días, en un ambiente festivo, hemos celebrado el triunfo de la vida sobre la muerte, de la luz sobre la oscuridad, del amor sobre el odio; el triunfo de Jesús sobre la muerte. En este tiempo hemos enfatizado en las mujeres, los discípulos y la comunidad como signos del Resucitado. Ahora llegamos como al culmen o plenitud de la Pascua que es Jesús Resucitado que comunica a los suyos el Espíritu Santo, es decir PENTECOSTÉS. Para este año quisiera que reflexionáramos esta fecha  con el reto de volver al primer amor, y ese primer amor descubrirlo y experimentarlo en este mes tan precioso de las madres con “rostro de mamá”.

PENTECOSTÉS:  buscar el camino que me regrese al PRIMER AMOR.  PRIMER AMOR que por los batallares, adversidades, frustraciones, cansancios y desánimos de la vida se ha ido perdiendo poco a poco. PRIMER AMOR que en muchas parejas y familias  por no alimentarse y renovarse se ha ido secando y desgastando. PRIMER AMOR que en las relaciones comunitarias se ha ido también secando y muchas veces hiriendo. Pero quizás PRIMER AMOR, lo más triste y que duele en lo más profundo del corazón del creyente ( discípulo) en mi relación con Dios, el que es VIDA y da VIDA y se ha ido apagando, porque me he ido distanciando y ya poco queda de esa relación de amor que viví un día con el Resucitado ( Jesús); y sin darme cuenta poco a poco he ido perdiendo la ilusión en la vida, he dejado de soñar, de tener esperanza, me he dejado robar las ilusiones, y aunque pareciera que estoy vivo realmente por dentro soy un cadáver. Sin ese PRIMER AMOR (Espíritu Santo) me he amargado y le estoy amargando la vida a los demás, por ello la invitación de Juan  en Apocalipsis es válida quizás para ti en alguna área de tu vida y también para mí: “Sé todo lo que intentas hacer, se que haces cosas que parecen buenas, pero tengo algo contra ti, haz perdido el amor del comienzo, por eso arrepiéntete y vuelve (Apocalipsis 2,4-5)”.

Perder el PRIMER AMOR como los discípulos en Emaús, es perder la capacidad de visión, es decir, ver, descubrir al Dios de la vida que camina conmigo. Perder el PRIMER AMOR es como en Emaús perder el ardor del corazón, es decir perder la pasión por la vida, perder la emoción por lo que soy, por lo que hago (vocación, trabajo), es perder la pasión por quienes convivo. Por eso hablar de PENTECOSTÉS  es recuperara la visión, y ver el mundo ya no con mis ojos desgastados y tristes, sino ver el mundo con los ojos de Jesús descubriendo en ellos lo maravilloso que es vivir. PENTECOSTÉS es vivir por la gracia del Espíritu Santo en un constante  palpitar o emoción por todo cuanto soy, tengo y puedo; ardor ( felicidad) aún en medio de las dificultades y adversidades. PENTECOSTÉS es no amargarme, ni quejarme tanto, sino atreverme a ser feliz, aún como muchos desde una silla de ruedas, con una limitación, en una etapa terminal, con carencias de tantos elementos esenciales de la vida, pero sin embargo como nos enseñan muchos enfermos, muchos sufrientes y excluidos, lo que es atreverse a ser feliz con tantas limitaciones; eso se llama volver al primer amor, sentir o tener pasión o ardor en mi vida, para aún en los problemas y dificultades gozarme la vida. PENTECOSTÉS en un segundo lugar es volver a recobrar mi “Emaús” que también a veces he perdido (Lucas 24,31-32).

Como lo hemos conversado algunas veces con muchos de ustedes PENTECOSTES  es una invitación a renovar mi vida, mi familia, mi comunidad. Volviendo al PRIMER AMOR, o recuperando mi Emaús, podre decir entonces que si es verdad, que si es posible porque en PENTECOSTÉS  “nace la mujer y el hombre nuevo”. Como me lo has escuchado decir en más de una oportunidad, nuevos en la manera de pensar, nuevos en la manera de sentir (ardor) nuevos en la manera de ver el mundo, nuevos en la manera de hablar (comunicación). Por ello para finalizar,  la invitación es a vivir un día a día de PENTECOSTÉS en PENTECOSTÉS. Es decir haciendo de lo cotidiano de la vida un dinamismo o movimiento que siempre va a ser guiado por el amor y el ardor del Espíritu de Jesús Resucitado. Un PRIMER AMOR y ardor centrado en la Palabra que me da vida, animado y fortalecido por el compartir fraterno y solidario con los demás (comunidad). Un regreso al PRIMER AMOR y ardor en el corazón que me empuja al servicio y la vida misionera con los más necesitados. Un PRIMER AMOR que me hace tolerante, respetuoso, abierto a la diversidad de pensamientos, culturas, filosofías y religiones con los demás: para que desde la diversidad por el Espíritu de Jesús Resucitado seamos capaces de sentarnos en la misma mesa y compartir el mismo pan. Un PRIMER AMOR y ardor desde el Espíritu que me lleve a reconocer, valorar, agradecer y dignificar el valor de las mujeres especialmente en el rostro de las madres; que guiados(as) por el Espíritu de PENTECOSTES, celebremos,  no solo un mes,  sino que cada momento y día de  la vida lo hagamos con este Dios con rostro maternal que nos sigue sirviendo y atrayendo hacia Él a través de las madres en sus diferentes rostros de ayer hoy y siempre:  Abuelas que han hecho el papel de madres, madrinas, tías que se han entregado y se han prestado para ser signos de amor maternal, y tantas hermanas que se han gastado y  desgastado cuando los padres no han estado para mostrar ese rostro materno de Dios. Damos gracias a Dios por ellas, por tantas educadoras maestras, catequistas que reflejan ese rostro materno de Dios. Gratitud a todas ellas y bendiciones en este tiempo de PENTECOSTES, recordando que “MADRE” es el nombre de Dios en el corazón y en los labios de los que siempre se hacen siempre niños y niñas.  

Dios los Bendiga   

Roberto Zamudio
                             


ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Buenos días Dios Padre y Madre de nuestra vida. En el día a día de este mes queremos agradecerte por las madres y en especial por  el amor tan similar al tuyo que has colocado en ellas. Te pedimos nos ayudes a que nosotros como  hijos e hijas, sepamos también obedecerles con conciencia y humildad. Regálanos también sentimientos y acciones de ternura, paciencia, buen trato, protección y provisión, como lo haces Tú y la mayoría de mujeres que son madres. Apártanos de sentimientos y acciones negativas como  abandono, descuido e indiferencia por todas las personas pero especialmente x el ser que se ha engendrado.  Señor que la unción de tu Espíritu Santo, nos lleve a descubrir, asimilar y adquirir los dones que has regalado a las madres y que debemos tener todos los seres humanos, para responder al sentido de la Resurrección. Si vivimos en la maldad, en lo que hace daño a las demás personas, estamos negándote y negando a los seres que nos dieron la vida.  Queremos ir  caminando contigo  y clamando nos hagas cada vez mejores seres humanos, para alcanzar la verdadera paz  y reflejarte a ti, Dios de Amor.  Amén

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Buenas noches Señor, aquí en el descanso  y en el silencio de la noche, luego de un día de ires y venires, te buscamos, con ansia, con fuego en nuestro corazón,  recibe en esta noche nuestra adoración. Te anhelamos, te necesitamos, te amamos  más que a nuestro ser. Te entregamos  nuestros aciertos, desaciertos, el daño que hayamos hecho con nuestro obrar. Ayúdanos Señor a enmendarlo,  necesitamos de una gran porción de tu Espíritu Santo para convertir todo aquello que no sea tuyo y obedecer a todo los que Tú nos pides, para cumplir y hacer tu voluntad, para hacer  vida tu Palabra.
Gracias por que tu amor por nosotros es infinito, tan alto, tan ancho, tan grande que no lo podemos tocar, pero lo percibimos  y lo sentimos en cada instante de nuestra vida. Cámbianos, transfórmanos y ayúdanos a seguir tu ejemplo, Jesús, fortalécenos en esta noche y que podamos levantarnos como las águilas y llenas de tu Espíritu salir a cumplir tu misión.  Amén.


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