viernes, 1 de mayo de 2015

Martes 05 de Mayo de 2015


“LA PAZ DE CRISTO Y LA PAZ QUE OFRECE EL MUNDO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 14,19-28
“Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos”
En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe; después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el Reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.  Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
No deja de ser un gran interrogante por qué hay dolores, incluso espantosos, dispuestos a acosar a los pregoneros y testigos de la gran victoria de Cristo. Uno tiene que preguntarse por qué odiaban tanto a Pablo, hasta el extremo de apedrearlo y arrastrarlo dándolo por muerto. Apedrear era la forma típica de exterminar a alguien, sacándolo de la comunidad de creyentes. Era la pena que estaba prevista en la Ley antigua para los que caían en idolatría o predicaban rebelión contra Yahvé. Apedreando a Pablo, aquellos hombres enceguecidos estaban diciendo que él era un traidor de la fe de los patriarcas y profetas. Cosa que tiene su dejo de ironía, porque en el capítulo 7 de los Hechos de los Apóstoles vemos que Pablo aprueba que apedreen a Esteban , el primer mártir de la Iglesia, precisamente por la misma causa por la que ahora es apedreado Pablo. Y así se cumple lo que dijo Dios a Ananías, aquel cristiano que fue enviado por Dios a sanar de su ceguera a Pablo, cuando la conversión en Damasco: “Yo le mostraré lo mucho que tiene que sufrir por mi causa (Hch 9,16). Apedreado, vemos a Pablo padecer hoy el mismo castigo extremo que quiso para Esteban, aunque en la ocasión presente el desenlace no ha sido la muerte de Pablo, sino una resolución suya, aún mayor, de predicar el Evangelio que no puede ser sepultado con piedras. No se deja atemorizar, es incansable junto con Bernabé. La Palabra de Dios con ellos no quedará muda.
SALMO RESPONSORIAL: 144
“Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado”
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.

Explicando tus hazañas a los hombres,
 la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Salmo alfabético de alabanza al amor de Dios que se extiende a todas las criaturas. Conocido como "el Salmo de los Salmos," cuyos versos son parte de la liturgia judía y recitados tres veces al día. Presenta la plena revelación de Dios y su deseo respecto a su creación. Así también para los cristianos refleja que el reinado del Mesías es de amor, de paz y será eterno.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 14,27-31A
“Mi paz os doy”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La  paz es un don de Dios. La paz bíblica, Shalom (en hebreo) o eirene (en griego) no designa sólo la ausencia de conflicto; el concepto bíblico de paz involucra bienestar, plenitud y abundancia para todos. La paz está íntimamente relacionada con la armonía en las relaciones interpersonales, comunitarias y entre los pueblos. También establece una relación de armonía con Dios.
Alcanzar la paz significa así una plena comunión consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios. Por eso la paz comienza en el corazón de cada persona y está llamada a impregnar todos los niveles de relación que puedan establecer los seres humanos. La partida de Jesús va a ser ocasión de crisis y conflictos para sus discípulos. Por eso el Maestro les promete el Espíritu Santo, quien les trasmitirá luz, amor, fortaleza, seguridad para continuar la misión iniciada por el propio Jesús, y, por cierto, será fuente de la verdadera paz. Hoy las noticias sobre injusticias, violencia, destrucción y muerte están cada día en primer plano en todos los medios de comunicación. Esta realidad se convierte en un desafío para quienes creemos que el Espíritu Santo sigue actuando a través de los creyentes para impregnar al mundo de esa paz verdadera que tanto invocó el Señor para los suyos. Y tú, ¿eres promotor de paz en el medio en que vives y te desempeñas? ¿Cómo lo haces? ¿Qué iniciativas podrías promover para enfrentar situaciones de violencia, odios o discordias que vivas en tu realidad? 

ORACIÓN
Señor, alienta nuestro corazón en tu amor y fortalécelo para que cada día sea más de tu agrado, así en tu amor podremos enfrentar toda situación de tribulación y reconoceremos que tú eres el único Dios de la vida y de la paz verdadera. Amén.

“Promover y practicar la justicia y contribuir al desarrollo humano integral, es el ejemplo que nos dejó Jesucristo para construir la paz”

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