miércoles, 1 de abril de 2015

Viernes 17 de Abril de 2015


 “EL RESUCITADO SE HACE CARGO DE NUESTRAS NECESIDADES”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5,34-42

Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús
En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a aquellos hombres y dijo: "Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. No hace mucho salió un tal Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo acabó en nada. Más tarde, cuando el censo, salió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron a todos sus secuaces. En el caso presente, mi consejo es éste: No os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarán; pero, si es cosa de Dios, no lograréis dispersarlos, y os expondríais a luchar contra Dios."  Le dieron la razón y llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Los apóstoles encuentran un defensor ante el supremo consejo judío. Se trata de Gamaliel, un respetado maestro de la ley perteneciente al grupo de los fariseos y miembro del sanedrín. Más tarde nos dirá el mismo libro de los Hechos que Pablo fue su discípulo.
Gamaliel expone ante sus colegas un argumento muy convincente en Israel, en esos tiempos agitados del siglo I hubo muchos movimientos revolucionarios, de carácter mesiánico, es decir, que sus líderes se presentaban como el enviado definitivo, escatológico, de Dios para salvar a su pueblo. Y así menciona la insurrección de un tal Teudas y la de Judas, el galileo, ambas tuvieron lugar por la época del nacimiento de Cristo, relacionadas con los levantamientos populares que siguieron a la muerte de Herodes el Grande en el año IV a.C.
Gamaliel recuerda a los senadores judíos que esas insurrecciones acabaron en nada: sus jefes fueron muertos violentamente y sus seguidores dispersados. Les aconseja entonces que no den mucha importancia al naciente movimiento de los apóstoles. Gamaliel no era cristiano, tal vez tampoco simpatizaría con el cristianismo, pero era un hombre tolerante, respetuoso de las ideas de los demás, enemigo de la violencia y de la injusticia; hombres como él, están muy cerca del Reino de Dios, son los que llamamos “hombres de buena voluntad”, que sin saberlo, encarnan muchos de los valores y de las virtudes evangélicas. Nos vamos dando cuenta de cómo van dando un giro los lugares y las palabras de la predicación de la nueva Iglesia de Jesús. Poco a poco van abandonando los lugares habituales de predicación (templo, sinagogas, puerta de las ciudades) e inician la misión “puerta a puerta”. La visita evangelizadora a las casas comienza a perfilarse como una opción razonable para una minoría que confía más en la decisión personal que en las grandes masas.

SALMO RESPONSORIAL: 26
R. / Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La presencia de Dios en el templo es fuente de atracción constante  y de alegría confiada. La             presencia de Dios entre los seres humanos se hace definitiva  través de su Hijo Jesucristo, quien es la luz que ilumina a todo hombre. Él puso su morada  entre nosotros para hacernos participar de su vida.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,1-15

Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: "¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?" Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: "Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo."
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?" Jesús dijo: "Decid a la gente que se siente en el suelo." Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.  Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: "Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie." Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: "Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo." Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Jesús responde de una forma alternativa a la necesidad más básica de una multitud que le sigue. A pesar de su diversidad, esa muchedumbre tiene algo en común: el hambre. Jesús quiere responder al problema, pero dejándonos una enseñanza: no se trata sólo de llenar el estómago. Debemos procurar que nazca la solidaridad, que es el milagro del futuro. Lo importante es dar de lo que se tiene; ése es el milagro: hacer que cada persona salga de sí misma y piense en los demás, compartiendo lo que tenga. Los pobres siempre tienen: esperanzas, ilusiones, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, experiencia, lecciones duras que les ha dado la vida. Este es su aporte al milagro que esperan de mejorar su calidad de vida.
En nuestros proyectos populares, por muy bien pensados y financiados que estén, siempre habrá lugar para el milagro. Porque un proyecto popular no consiste en entregar al pueblo una obra, sino en que el pueblo se la apropie y aprenda a compartirla en solidaridad. Esto nunca es fruto del dinero, sino de la transformación interior. La cuota, el aporte de Dios. Con la generosidad de todos es posible avanzar hacia mejores condiciones de vida para nuestros pueblos. Pongamos hoy en manos del Dios de la vida los proyectos solidarios que conozcamos, para que en ellos reinen la solidaridad, la transparencia y la fe.

ORACIÓN
Gracias Señor por seguir realizando los mismos gestos misericordiosos de bendición, enseñando a compartir el pan de vida con todos nosotros, tus nuevos(as) discípulos(as). Por satisfacer a plenitud nuestras necesidades y también por darnos la fuerza para seguir luchando por superar todos nuestros problemas. Amén.
“Que en los proyectos solidarios que existan reinen la solidaridad, la transparencia y la fe”


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