miércoles, 1 de abril de 2015

Martes 21 de Abril de 2015


“CRISTO, EL SIGNO MÁXIMO DEL AMOR DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APOSTOLES 7,51-8,1a

Señor Jesús, recibe mi espíritu
En aquellos días, Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas: "¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la Ley por mediación de ángeles, y no la habéis observado."
Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios." Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado." Y, con estas palabras, expiró. Saulo aprobaba la ejecución.  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Seguimos leyendo la pequeña historia de Esteban, el protagonista de la lectura de ayer.  Hoy encontramos un discurso bastante fuerte en contra de los judíos que no entienden el mensaje de Jesús. Delante del Sanedrin en pleno, pronuncia, con entereza un largo discurso, del que solo escuchamos aquí el final, pero que está lleno de frases mordaces y duras de parte del acusado a sus acusadores:  ¡hombres duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos!. ¡Sois como fueron  vuestros padres….. que mataron a los profetas!  Al oír sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus dientes contra él. Si nos damos cuenta esas frases mordaces, no son más que una reanudación de lo que decía Jesús y decían todos los profetas. Al final el texto termina, tristemente, con la sentencia de muerte contra Esteban.
SALMO RESPONSORIAL: 30
R. / A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás
yo confío en el Señor
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
En este salmo hay elementos de petición de ayuda, que hace alguien injustamente perseguido, combinados con la acción de gracias por la liberación concedida .De todas maneras se expresa un profundo sentimiento de confianza en el poder del amor de Dios.  Las últimas palabras de Cristo en la cruz son una cita del verso 6. En él se cumple perfectamente la confianza absoluta en el amor de Dios, y en su resurrección se realiza con plenitud la liberación de la muerte y del mal, prenda y garantía de nuestra liberación definitiva.


LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,30-35
No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo
En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: "¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."" Jesús les replicó: "Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de este pan." Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La multitud sigue sin entender el sentido profundo de los signos realizados por Jesús; no entiende su obrar en el mundo, ya que “no han visto el signo”. Las preguntas suscitadas entre la gente evidencian su falta de fe; ven a Jesús como un hombre con poder, pero no lo perciben como el Hijo de Dios, como el Revelador del Padre; por ello exigen de él señales milagrosas para creer, tanto es así que la gente insinúa que sus milagros son inferiores a los realizados por Moisés, pues éste no dio de comer a una multitud una sola vez, sino durante muchos días en el desierto. Sin embargo, el pan que comieron los antepasados de este grupo de judíos no fue otorgado por Moisés, sino por el mismo Dios, quien ahora se lo otorga a través de su Hijo. Jesús es el verdadero pan, el alimento que mantiene al ser humano sujeto a la vida. Él es quien realmente conduce al pueblo hacia la tierra prometida, hacia una vida plena y abundante. Pero, para que así sea, es necesario creer en Jesús, tener fe en Él y aceptarlo como el verdadero pan de la vida, como aquel que alienta constantemente nuestra esperanza.

ORACIÓN
Seguirte a ti Señor es comulgar con tu Proyecto de vida y tú mismo destino. Sólo una fe gratuita y desinteresada puede otorgarle a nuestra existencia un sentido nuevo, donde tú eres el alimento que da fuerzas para enfrentar y resolver las situaciones diarias, a partir de la intensa comunión contigo. Señor gracias porque tu nos sacias de pan y vida verdadera. Amén
“Cuando se ama no se sufre, y si se sufre hasta se ama el mismo sufrimiento”

                                                                                                                    (San Agustín)

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