miércoles, 1 de abril de 2015

Miércoles 29 de Abril de 2015


“ABANDONAR LAS TINIEBLAS PARA VIVIR EN LA LUZ DE CRISTO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 12,24-13,5

“Apartadme a Bernabé y a Saulo”
En aquellos días, la palabra de Dios cundía y se propagaba. Cuando cumplieron su misión, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos. En la Iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno, Lucio el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo. Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: "Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado." Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre. Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, llevando como asistente a Juan. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El pasaje de la primera lectura nos recuerda el estrecho vínculo que hay entre oración y misión. Ni la oración es pura quietud ni la misión es pura actividad. Cuando carece del vigor misionero, la oración tiende a encerrarse en sí misma con egoísmo y búsqueda de autosatisfacción. Por otra parte, cuando la misión carece del sustento de la oración se vuelve ruido, y no palabra; espectáculo para hombres y no gloria para Dios. Notemos también que el mismo Espíritu Santo que hace posible la oración lanza hacia la misión. A través de la oración, el Espíritu nos mantiene en la verdad de Jesús. A Jesús no lo terminaremos de conocer nunca porque en Él se muestra el misterio insondable de Dios mismo; y sin embargo, la oración nos sumerge muy hondamente en esas aguas maravillosas. De ellas tomamos las palabras que calman la sed,  que nos reconfortan y que nos impulsan a seguir  en la carrera y en la misión.

SALMO RESPONSORIAL: 66
R. / Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R
.
Que canten de alegría las naciones,
 porque riges el mundo con justicia,
 riges los pueblos con rectitud
 y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La recolección de la cosecha es motivo para invitar a todos los pueblos a dar gracias a Dios. La provincia de Dios se extiende a todas las criaturas, a todos los pueblos. Todos experimentan los frutos de la bondad.
 LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN  12,44-50

“Yo he venido al mundo como luz
En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: "El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Estos versículos que cierran el capítulo 12 del evangelio de Juan son una bella síntesis de todo su contenido. Nuevamente el evangelista Juan nos recuerda el fuerte vínculo que existe entre Jesús y el Padre que lo ha enviado; de lo cual podemos inferir: Creer en Jesús es creer en el Padre  y verle a Él es ver al Padre.
 Jesús se declara como Luz del mundo; y queda claro que la finalidad de hacerse hombre,  no es juicio y condenación, sino salvación y vida plena. A manera de epílogo, Jesús declara la fidelidad de su palabra a la Palabra del Padre. Queda abierta la puerta para que el creyente acepte o rechace la oferta salvífica del Padre por medio de su Hijo. Ahí radica el juicio y condenación. Quien comprende a Jesús de esa manera es porque realmente ha creído en Él y por ello se encuentra liberado de la oscuridad del egoísmo y el poder. Jesús se revela aquí como la luz que ha venido a salvar a la humanidad, como la Palabra viva de Dios que ha sido enviada no para juzgar, sino para liberar. Por lo tanto, las obras realizadas por Jesús en medio de la comunidad judía son el testimonio más claro del deseo entrañable de Dios; Jesús se hace luz, es decir, se hace justicia, se hace esperanza y vida para los más débiles y olvidados de la sociedad, combatiendo de esta manera la fuerza oscura del poder de dominio de algunos pocos. Todos los que integramos la Iglesia cristiana tenemos la difícil, y a la vez reconfortante, misión de irradiar esa luz de esperanza, amor y justicia que nos viene del Dios de la Vida.

ORACIÓN
Hoy te aceptamos como Señor de nuestras vidas, queremos dejarnos penetrar por tu  luz  y por  tu Palabra, ayúdanos a vivir  haciendo tu voluntad e irradiar esa luz de esperanza para todos los que nos rodean, especialmente para los más necesitados. Amén.


“La persona que está enamorada de Dios es gentil, humilde, paciente e irradia confianza, seguridad y amor, a la manera de Jesús”

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