domingo, 1 de marzo de 2015

MARZO 2015


APLICANDO LAS LLAVES DE BENDICIÓN EN LA CUARESMA

Hemos iniciado el tiempo litúrgico de preparación a la Pascua llamado Cuaresma, entendiéndose como un tiempo de preparación, purificación y práctica. El símbolo es los cuarenta días unidos a la ceniza que representa la tradición bíblica del pueblo pecador que se ha arrepentido y quiere iniciar un camino de conversión a Dios y al hermano. La gran invitación de la cuaresma es al cambio de vida, basado en el amor misericordioso que nos lleva a la fraternidad y solidaridad sirviendo a los más necesitados. Para este itinerario o  caminar la iglesia nacida de la espiritualidad bíblica nos da unas herramientas (llaves) que nos acompañan en el camino cuaresmal:
-LA ORACIÓN: como medio de encuentro con el Señor que a través de ella nos da vida, fortaleza y sabiduría para nuestro vivir.
-EL AYUNO: Este como medio de encuentro conmigo mismo.
-LA LIMOSNA U OFRENDA: como medio necesario de encuentro con el otro.
La tarea es tratar de ubicar estas herramientas o llaves en cada una de las áreas de nuestra vida durante este tiempo de cuaresma, como lo anuncia el profeta Isaías, haciendo un diagnóstico de la integralidad del ser, él concluye que este, está triplemente enfermo, de la cabeza, corazón y pies. La cabeza es la sede del pensamiento y de la inteligencia que está enferma porque ha sido puesta al servicio del mal. Y corazón, dolido por el resentimiento, el odio y la rebeldía. Los pies enfermos, evocan el andar, es decir, la manera de vivir. Una limitación mayor paraliza estos tres miembros, no hay amor, ya que cada uno está centrado, no en Dios ni en el prójimo, sino en su propia persona.
La conclusión de este trágico balance se halla en algunos versículos más adelante en el mismo profeta Isaías (Is. 2,22). Por supuesto, el mal tan temible que contamina al ser  humano en su integralidad es el de su nacimiento en el orgullo, soberbia y alejamiento de Dios (pecado). Este ataca la vida integral y su objetivo es llevar en si a la muerte. ¿No habrá, pues, nadie para ayudarnos, salvarnos y liberarnos? Este tiempo de cuaresma nos va a recordar que solo Dios quiere y puede hacerlo, desde la nueva pascua a la cual nos estamos preparando desde ya. Te propongo aquí para finalizar cuatro etapas a recorrer para nuestra sanción integral en este tiempo:
1.      Reconocerse necesitado y enfermo, es decir, pecador
2.      Buscar y consultar a un médico competente. En este caso solo existe uno que quiere traer la salud integral al ser: Dios
3.      Aceptar su diagnóstico: perdido por la eternidad
4.      Respetar su prescripción o diagnóstico: la fe y la vida puesta en Jesucristo y su proyecto de vida. En este tiempo cuaresmal y siempre, el gran anuncio bondadoso y misericordioso del Padre nos declara que la obra de su hijo en la Cruz fue necesaria y suficiente para nuestra definitiva curación y salvación eterna. Por ello entonces la gran invitación de la cuaresma es a volvernos al amor misericordioso que es el Padre Bueno. A cambiar de ruta en nuestro proyecto de vida que se ha centrado en nosotros mismos, y hacernos solidarios, fraternos y misericordiosos con nuestro prójimo.
Bendiciones en este camino cuaresmal que estamos iniciando y que nos llevara a vivir la plenitud del amor de Dios en esta Pascua de 2015.
                                                                                                                      Roberto Zamudio

PROMESA BÍBLICA DEL MES.

“Toda cabeza está enferma, todo corazón está herido. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay cosa sana en el ser” Isaías 1,5-6


ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Buenos días Señor. Que cada mañana antes de salir a mis actividades tenga presente en mi oración  que necesito de ti: Entusiasmo, para ver hacia adelante. Felicidad, para mantenerme alegre. Problemas, para mantenerme fuerte. Penas, para mantenerme humano(a). Esperanza, para mantenerme humilde. Recursos económicos, para satisfacer mis necesidades propias y de mi prójimo. Fe, para desterrar la depresión. Decisión, para desterrar la duda. Amor, para dignificar tus obras. Oración, para mantenerme cerca de ti. Gratitud, para valorar tu amor y el de los demás.  Reconocer que tu Palabra es la voz que me habla en la mañana, es mi consejo cada día y en las pruebas quien me guía.
Dios Supremo, Bello y Hermoso, voy  tomado(a) de tu mano a la faena diaria. Amén


ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Dios Padre de la ternura, en esta noche, vengo a ti para orar, para poner mi vida en tus manos, dándote gracias por el día que termina, por tu dulce compañía. Gracias Señor  te doy por toda  tu protección y amor en cada instante de mi vida.  Aquí dejo ante ti mis cansancios, sinsabores, frustraciones de este día, coloco en tus manos todas aquellas situaciones difíciles que viven  nuestras familias, nuestros niños y niñas en el país y en el mundo, a causa de las guerras, las violencias y la falta de protección a la que están sometidos. Señor hazme instrumento de bendición, de paz, para sembrar un grano de arena por donde vaya en favor de los más necesitados.

Te alabo, te adoro, te bendigo, te alabo,  te doy gracias Señor, Dios que todo lo puede, que guías mis pasos  y me ayudas a recobrar fuerzas. Amén
TERCERA LLAVE DE BENDICIÓN:  EL PODER DE LA PALABRA

“No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4,3-4).
Así como hay un pan material o físico, un alimento que Dios nos provee; de la misma manera hay otro pan que da vida al espíritu, que es la Palabra de Dios que sale de su propia boca y la palabra del ser humano que se puede y debe convertirse en palabra de bendición. Veamos en tres formas o manifestaciones como la Palabra de Dios se convierte en llave de bendición:

1.      LA PALABRA HABLADA EN LA CREACIÓN: Todo lo que existe fue creado por Dios, desde el poder de su Palabra. Dios no solo pensó ni hizo las cosas, sino que ante todo habló y ordenó declarando la Palabra: “Y DIJO DIOS” ( gen 1,3 -26)
2.      LA PALABRA ESCRITA: Así como hay una palabra hablada en la creación, también hay una palabra escrita que se conoce con el nombre de la Biblia, el libro o Sagrada Escritura. Palabra que fue escrita por el hombre, el ser humano, pero inspirada siempre por Dios; total la Biblia es Palabra Divina, pero también palabra humana. La Biblia es la experiencia de fe que vive un pueblo. Palabra que le lleva a crecer en el conocimiento de ese Dios, a celebrar su nombre y especialmente a hacerse servidor para los otros, de esa Palabra. La Biblia,  Palabra de Dios es el manual de vida para las diferentes situaciones que tenga que enfrentar el discípulo(a). La Palabra nace de la vida, se convierte en vida y tiene que descubrirse y desarrollarse en la misma vida.
3.      LA PALABRA HUMANADA O ENCARNADA: Así como hay palabra en la creación, y palabra escrita en la Biblia, aparece la Palabra definitiva y plena de Dios encarnada en Jesucristo el Señor: “En el principio ya existía el verbo, y el verbo estaba con Dios y el verbo era Dios “(Juan 1,1-3). Verbo en el griego logos, significa “Palabra en acción”. Si se compara a Juan 1 con Génesis 1, se hallará un perfecto acuerdo. Todo fue creado por el verbo, por la palabra en acción. Sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. Aquel verbo, logos, o palabra en acción que creo todas las cosas que existen se hizo carne, se encarnó, fue un ser humano como tú y yo; en conclusión Jesucristo es la Palabra de Dios hablada en la creación y escrita en la biblia, convertida en un ser humano como todos nosotros.
Algunos efectos de la Palabra de Dios o beneficios: 
Ø  La Palabra produce salud y prolonga la existencia (Sal. 107,20)
Ø  La Palabra es Espíritu y da vida( Juan 6, 63)
Ø  La Palabra da limpieza ( Juan 15,3)
Ø  La Palabra ofrece respuesta a la necesidad de la oración (Jn 15,7) 
Ø  La Palabra santifica porque es Espíritu y Verdad (Jn 17, 17)

DIOS ENTREGA AL SER HUMANO LA LLAVE DE LA BENDICIÓN DE LA PALABRA
En el proceso de la creación observamos algo interesante; Dios no le pone nombre a todas sus criaturas, sino que delega al ser humano en este caso a Adán, el poder de la Palabra para hacerlo (Gen. 2, 19-20)
Dios el Creador le da al ser humano la capacidad de elegir a través de la palabra que salga de su boca la bendición y la maldición (Deut. 11,26). En castellano el vocablo primitivo que se refiere a bendecir, significa bien-decir o decir-bien. Comúnmente  entendemos maldecir como anatema o condenación, pero exclusivamente es: decir mal o hablar mal. Desde los tiempos primitivos el Señor viene hablando de este asunto (Deut. 30 y 31).
Reflexionando en torno a estos textos valdría la pena el preguntarnos ¿Hacia qué lado abrir la llave de la Palabra? Nosotros podemos escoger libremente hacia las tinieblas o hacia la luz, hacia la muerte o la vida, hacia la bendición o hacia la maldición.
Quisiéramos invitarte a reflexionar con algunos textos bíblicos el efecto o las obras de la lengua o palabra en la boca del ser humano: Prov. 10,6;  Prov. 11,11; Prov. 12,18; Prov. 13,3; Prov. 15,1; Prov. 16,23.
El poder de la Palabra que salida de la boca de Dios pasa por la nuestra: Marc. 1,23-24.
Que sea la Palabra de Dios, para nuestra vida, la voz que nos habla en la mañana, nuestro consejo cada día y en las pruebas quien nos guía.



Domingo 01 de Marzo de 2015


II Domingo de Cuaresma
“LA FE PASA POR LA PRUEBA”

El domingo pasado iniciamos un proceso de cinco pasos para vivir seriamente nuestra Cuaresma. Esperamos hayas aprovechado la experiencia bautismal y que el agua te haya permitido pensar en la vida plena que recibiste de Jesús. Ahora te invitamos a vivir el segundo paso para esta semana: “Contemplar y escuchar al Hijo Amado de Dios, que nos da su palabra”. 
En las tres lecturas de hoy podemos decir que el personaje central es Dios Padre, pero en las tres nos está mostrando al Hijo de su amor, como para indicarnos su voluntad: miren a mi Hijo, contemplen su vida, aceptan su entrega, escuchen su Palabra, vivan de Él y para Él.
PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 22,1-2.9-13.15-18

“El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe”
En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: "¡Abrahán!" Él respondió: "Aquí me tienes." Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré."
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: "¡Abrahán, Abrahán!" Él contestó: "Aquí me tienes." El ángel le ordenó: "No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo."
Abrahán levanto los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: "Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado a tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Las lecturas de hoy nos hacen meditar en la entrañable relación que une a un hijo con su padre.  Era costumbre, ciertamente salvaje, de los pueblos de la antigua Palestina sacrificar a sus hijos como un medio de congraciarse con sus dioses. Los métodos de sacrificio eran horripilantes en grado sumo, e incluían, por ejemplo, quemarlos vivos. El "escogido" para esta bárbara práctica solía ser el primogénito, porque en él se reunía no sólo el amor paterno sino la victoria sobre la esterilidad. Al parecer lo que subyace aquí es que un acto supremo de dolor al ofrecer algo debía "comprometer" al dios o los dioses para que también ellos cumplieran "su parte" en proteger o bendecir a los que hacían tales cosas.
Ello explica por qué en la Biblia aparece tantas veces la prohibición, para nosotros obvia, de sacrificar a los hijos, (Dt 18,10-11).  En ese contexto y rodeado de ese mundo Abrahán siente una exigencia de llegar, de una manera brutal, a su propio límite, y siente asimismo que está dispuesto a obedecer hasta el extremo.  En el testimonio de Abraham, el padre de la fe y el padre del pueblo, encontramos ya la figura de Dios Padre y su acción por nosotros. Abraham es capaz de llegar, en su fe y en su compromiso de alianza, hasta la entrega de su propio hijo Isaac, con tal de obedecer a su Señor. El Padre Dios nos ama tanto que no dudo en entregar hasta la muerte a su Hijo por nosotros.  Abraham amaba mucho a Isaac, pero amaba más a Dios, y estuvo dispuesto a sacrificar al hijo de su amor con tal de obedecer la voz del Señor. Por eso, Dios le perdonó la vida de su hijo, porque le bastó el amor hecho acción.
SALMO RESPONSORIAL: 115
R. /Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Tenía fe, aun cuando dije:
"¡Qué desgraciado soy!"
Mucho le cuesta al Señor
 la muerte de sus fieles. R.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
 Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
En señal de reconocimiento al Señor, que lo libró de un peligro de muerte, el salmista entona este canto de acción de gracias. El recuerdo de su aflicción acentúa los sentimientos de amor, de esperanza y de gratitud. La oración está acompañada de una serie de reflexiones sapienciales, que subrayan la misericordia del Señor hacia los más débiles y su preocupación por librarlos de la muerte. La parte final del Salmo alude a los sacrificios que constituían una parte esencial en el rito de acción de gracias.

SEGUNDA LECTURA
ROMANOS 8,31B-34

“Dios no perdonó a su propio Hijo”

Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Pablo compara el caso de Abraham y el de Dios Padre, con una expresión que puede parecer exagerada, llega a decir que: “Dios no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien, lo entregó por nosotros”  para que tuviéramos vida plena. Estaba pensando en el caso de Abraham y entendió que el amor de Dios por nosotros era mayor, más fuerte, más pleno. ¿Quién nos podrá separar de este amor?.  Ya antes, en la misma carta a los Romanos, había contemplado esta muerte de Jesús por nosotros y había dicho: “Apenas habrá quién muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería alguno a morir. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros” (Rom 5,7-8). Tal es la prueba reina del amor, y es esa experiencia la que vamos a celebrar en la Pascua que se avecina.  

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 9,2-10

“Éste es mi Hijo amado”
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: "Éste es mi Hijo amado; escuchadlo." De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de "resucitar de entre los muertos". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En el evangelio de hoy nos encontramos con una invitación a los discípulos para subir a la montaña, lugar donde Dios habita, lugar desde donde se puede otear mejor el horizonte. Allí se vive una experiencia maravillosa de contemplación: descubrir a Jesús como el centro mismo de la Ley (Moisés) y los profetas (Elías), como el Hijo Amado del Padre, como Aquel que nos da la Ley nueva del amor y de la entrega, como Aquel que se sacrifica hasta la muerte por nosotros, pero resucita y nos da a participar de su propia victoria. Abraham escuchó  el llamado que  Dios le hizo y respondió: “Aquí me tienes, Señor”, Jesús escuchó el deseo de su Padre y ofreció su vida por nosotros. Los discípulos estamos llamados a escuchar  la voz del Padre, la voz de Jesús que nos enseña y nos conduce de la muerte a la vida, por la entrega de nuestra existencia en el amor.
Que esta semana sea para nosotros una semana de doble experiencia, de contemplación y de escucha. Contemplemos a Jesús en su entrega de amor  y démosle gracias. Escuchemos su voz, leyendo de una manera más intensa su Palabra y dejemos que ella penetre en nuestro corazón y en nuestra vida, llamándonos al cambio y a la reconciliación. Hagamos nuestra la oración colecta de hoy: “Señor y Padre, nos has mandado escuchar a tu Amado Hijo; aliméntanos con el gozo interior de tu Palabra, para que purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Amén.

ORACIÓN
Amado Dios  gracias por la bendición y esperanza que hoy traes a nuestras vidas a través de tu Palabra. Te alabamos, te bendecimos y te damos gracias por amarnos tanto hasta entregar tu Hijo en la cruz para salvarnos, gracias porque eres esperanza y resurrección para nuestras vidas; te pedimos nos ayudes a ser obedientes y dóciles a tu acción y que siempre estemos dispuestos a  darnos y entregar también nuestra vida para construir tu Reino y tu proyecto de amor. Amén.

“No te inquietes en tiempo de adversidad, sé firme con dignidad y seguro(a) de Dios y de ti mismo(a) con vigor”



Lunes 02 de Febrero de 2015


“HAGAMOS CONFESIÓN DE PECADOS ANTE EL DIOS DE  LA MISERICORDIA”

PRIMERA LECTURA
DANIEL 9,4b-10

“Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos”

Señor, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y eres leal con los que te aman y cumplen tus mandamientos. Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, padres y terratenientes.
Tú, Señor, tienes razón, a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los habitantes de Jerusalén, a judíos e israelitas, cercanos y lejanos, en todos los países por donde los dispersaste por los delitos que cometieron contra ti. Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti. Pero, aunque nosotros nos hemos rebelado, el Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por sus siervos, los profetas. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La preciosa lectura del libro de Daniel que hemos escuchado hoy en el capítulo noveno de este profeta, es un ejemplo magnífico de lo que significa el arrepentimiento. Es interesante ver cómo hay una madurez en el pueblo de Dios, un pueblo que admite se ha equivocado y está arrepentido. Que difícil es para el ser humano entrar en sí mismo y reconocer que también tiene una responsabilidad y de que se ha equivocado. Al reconocerlo hay un aspecto hermoso y fecundo en esta actitud, porque en el momento en el que se admite la responsabilidad, en ese momento nace la esperanza de una oportunidad.
Esta es nuestra invitación para este tiempo de Cuaresma, reconocer que tenemos cosas por cambiar, cosas que tenemos que mejorar, reconocer nuestra infidelidad.
Recordemos hoy: "Tenemos una responsabilidad, tenemos un espacio de libertad; Dios nos bendice con su perdón y podemos y debemos empezar experimentar una vida nueva".


SALMO RESPONSORIAL: 78
R. / Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R.

Socórrenos, Dios, salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso,
salva a los condenados a muerte. R.

Mientras, nosotros, pueblo tuyo,
ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
contaremos tus alabanzas
de generación en generación. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
El motivo de esta súplica nacional es la deplorable situación en que se encuentra Israel: los paganos han devastado y profanado la herencia del Señor; muchos fieles han caído bajo la espada, sus cadáveres han sido abandonados a las aves de rapiña y los pueblos vecinos celebran esa derrota. El salmista reconoce que la tragedia nacional es el justo castigo de reiteradas infidelidades; pero hace presente al Señor que esa derrota compromete la gloria de su Nombre, ya que Israel es su Pueblo y su “rebaño”. Si no escucha el llanto de los cautivos, los paganos pensarán que es inútil servir al Señor.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6,36-38

“Perdonad, y seréis perdonados”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Hay una casa misteriosa donde sólo puede entrar una persona cada vez. Cuando las personas salen de la casa, nadie concuerda con nadie con respecto a lo que vieron adentro. Vi un viejo con cara de vinagre, dijo un viejo con cara de vinagre. Vi una mujer triste, dijo una mujer triste... Era simplemente una casa de espejos. Igual que nuestra vida. Nos toca la difícil tarea de reflejar el rostro de un Dios compasivo. Y el evangelio nos da la receta: No juzgar, no condenar, dar mucho y generosamente, y medir con la medida justa. Un Dios compasivo es quien nos alienta, acompaña y nos da fuerzas para afrontar la complejidad de la vida que nos ha tocado vivir. Aunque hemos sido creados a la imagen y semejanza de Dios, se nos fue desfigurando el rostro y ni siquiera nos percatamos de ello por obra de costosos maquillajes. Seguir a Jesús implica vivir una vida diferente, ser reflejo de su amor, de su presencia. ¿Se nos está notando?

ORACIÓN
No es fácil reconocer los yerros y errores de la vida y la fe, no es fácil presentarse con el rostro lleno de vergüenza ante Ti, no es fácil dejar de mirar la paja del otro y mirar la nuestra, no es fácil dejar de criticar y juzgar  a los que no rodean;  Señor de la justicia y el amor ayúdanos a ser más como tú, misericordiosos, generosos, a perdonar siempre y dar sin medida, a que los demás vean tu verdadero rostro en nosotros. Amén

“Perdona y comprende a los demás, como esperas que ellos te perdonen y te comprendan a ti”

Martes 03 de Marzo de 2015


“SER COHERENTES, UNA FORMA EFICAZ DE EVANGELIZAR”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 1,10.16-20

“Aprended a obrar bien, buscad el derecho”
Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: "Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid y litigaremos -dice el Señor-. Aunque vuestros pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana. Si sabéis obedecer, lo sabroso de la tierra comeréis; si rehusáis y os rebeláis, la espada os comerá. Lo ha dicho el Señor." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El profeta Isaías utiliza unos nombres cargados de un significado casi que macabro en el mundo bíblico: Sodoma y Gomorra, equivalen al reinado del pecado, de la injusticia, del abandono total a Dios y a sus mandatos. En estos términos se refiere al pueblo de Israel para testimoniar con ello hasta dónde han caído en pecado. Quiere estremecer el espíritu de muchos de sus oyentes, razón por la cual seguidamente lanza una exhortación al arrepentimiento y a la conversión.
Isaías nos enseña los pasos fundamentales para esta liberación: deja de hacer el mal, aprende a hacer el bien, busca la justicia, haz bien al necesitado. Destaquemos que se trata ante todo de acciones y no de sentimientos o afectos. No hay que esperar a sentirnos con ganas de ser buenos para empezar a ser buenos. Las "ganas" pueden estar o no, pero seguramente no nos vamos a deleitar en el bien cuando empezamos a educarnos en el bien. Al principio no tendrá buen sabor, y por eso no se nos pide que nos guste sino que lo hagamos.
Todo el pecado que Israel ha cometido es perdonado por Yahve que los acoge en su misericordia, que los restablecerá y les dará la dignidad perdida desde que entró en el hombre el pecado (Gen.3).

SALMO RESPONSORIAL: 49
R. / Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.

"No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños. R.

¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos? R.

Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra; / al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios." R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La parte central de este Salmo está constituida por la acusación que Dios dirige a su Pueblo, para reprocharle su infidelidad a la Alianza. El reproche está precedido por la descripción de la teofanía cultual, en la que el Señor se manifiesta como acusador y como Juez (vs. 1-6). El motivo de la acusación es la infidelidad de Israel a las exigencias morales de la Alianza (vs. 16-20), no compensada por la observancia de prácticas cultuales puramente exteriores (vs. 8-15). La advertencia final (vs 21-23) es una amenaza para los que se obstinan en el mal camino, y una promesa de salvación para los fieles.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 23,1-12

“No hacen lo que dicen”

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Jesús utiliza en el evangelio de hoy la enseñanza por contraste. Los fariseos se creían un punto de referencia, y lo eran, aunque no del modo que imaginaban sino al contrario: lejos de ser espejos de bondad, aquí el Señor los trata como monumentos bien visibles a la hipocresía, hasta el punto que en el lenguaje común de hoy, decir a alguien "fariseo" es como decirle "hipócrita".

La consigna de la hipocresía esta en que: "todo lo hacen para que los vea la gente". Es el arte de parecer bueno, y por tanto, de renunciar a la posibilidad de serlo realmente. Lo grave no está en que la fachada sea hermosa, sino que ha sido embellecida para descuidar el resto de la casa.
El remedio de la hipocresía pasa por la humildad, si el hipócrita quiere parecer más de lo que es, el humilde procura que su bondad, su inteligencia o su riqueza no aparezcan. Jesús lo ejemplifica refiriéndose a los títulos que eran más apetecibles para los fariseos: querían ser vistos como "maestros", "padres" y "guías". Pero lo peor aún no eran los títulos, sino el creer y hacer del autoritarismo una forma del servicio. Es necesario un cambio de esta estructura mental, pero para hacerlo primero es necesario un cambio profundo de los corazones. Éste es un llamado también para nosotros. No es posible la solidaridad que nos hace hermanos sin nuevas relaciones basadas en la sencillez y en la justicia. No llamar a nadie mayor es convertir nuestra fe en lo que siempre quiso Jesús: igualdad y servicio.

La cuaresma, pues, es tiempo para quitarse no sólo el peso muerto del pecado sino también el estorboso peso de la imagen decorada que queremos proyectar muchas veces. Cambiarla por la vía ágil de la sencillez y por el camino llano de la humildad del corazón que avanza sin pretensiones al encuentro de Aquel que nos conoce bien y nos ama: Dios, el Señor.

ORACIÓN
Señor ayúdanos a estar en condiciones de aprender a hacer lo correcto y evitar lo que hace daño, que practiquemos  la justicia y el amor verdadero, que saquemos la hipocresía de nuestras vidas y que estando acompañados por ti, instruidos a través de tu Palabra logremos acercarnos más a nuestro prójimo, para gloria del único y verdadero Dios de la vida y el amor. Amén


“La mejor forma de enseñar de Dios es con el ejemplo de vida”

Miércoles 04 de Marzo de 2015


“SERVIR, EL SECRETO DEL REINADO DE CRISTO”

PRIMERA LECTURA
JEREMÍAS 18,18-20

“Venid, lo heriremos con su propia lengua”

Dijeron: "Venid, maquinemos contra Jeremías, porque no falta la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta; venid, lo heriremos con su propia lengua y no haremos caso de sus oráculos." Señor, hazme caso, oye cómo me acusan. ¿Es que se paga el bien con mal, que han cavado una fosa para mí? Acuérdate de cómo estuve en tu presencia, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu enojo. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El profeta siguiendo la vocación a la que se resiste, pero que siente que es más grande que su propia voluntad, había denunciado los pecados del pueblo y, es especial los pecados de los jefes del pueblo, de los representantes oficiales de la ley religiosa; era su deber como profeta, y lo hacía en nombre de Dios para suscitar la conversión. Pero ahora, se ve envuelto en una persecución. Le acusan de “perturbador del orden” y lo espían para sorprenderlo en algo de qué acusarle, para acabar con él y desentenderse de su palabra.
Por otra parte no pueden dejar de reconocerle como profeta, pero se dicen que si acaban con él, no van contra el profetismo, ni contra las instituciones religiosas que regían a Israel; y es que ellos querían esas instituciones, pero de modo que pudiesen utilizarles a su antojo teñido de religión. El profeta se lamenta ante Dios de que los mismos a quienes él sirve la palabra y por quienes intercede, le persigan.

SALMO RESPONSORIAL: 30
R. / Sálvame, Señor, por tu misericordia.

Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. R.

Oigo el cuchicheo de la gente,
y todo me da miedo;
se conjuran contra mí
y traman quitarme la vida. R.

Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: "Tú eres mi Dios."
En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
En este Salmo se combinan una súplica confiada (vs. 2-l9) y un canto de acción de gracias (vs. 20-25). En primer lugar, un hombre acusado y perseguido injustamente se pone en las manos de Dios (v. 6) y le ruega que lo salve. Luego el mismo salmista expresa su reconocimiento al Señor, por haber experimentado la protección divina y verse libre de peligro. Las últimas palabras de Cristo son una cita del verso 6. En Él se cumple perfectamente la confianza absoluta en el amor de Dios, y en su resurrección se realiza con plenitud la liberación de la muerte y del mal, prenda y garantía de nuestra liberación definitiva. 

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 20,17-28

“Lo condenarán a muerte”
En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino: "Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará."
Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda." Pero Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?" Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre."
REFLEXIÓN
Cristo llama a los discípulos y les cuenta por anticipado cuál va a ser su destino: "al Hijo del hombre lo van a rechazar, lo van a juzgar, lo van a entregar en manos de los paganos y va a ser torturado y va a morir; pero después resucitará" San Mateo 20,18-20. Mostrándonos tan abiertamente su propio destino, Cristo Jesús estaba haciendo muchas cosas en el corazón de aquellos discípulos.

En primer lugar, quería corregir esa tentación que ellos siempre tuvieron: la tentación de imaginarse el amanecer del Reino de Dios como un éxito social, político que se suponía que los iba a poner a ellos en los cargos de gran importancia, porque ya vemos que incluso dos de los discípulos más queridos, Santiago y Juan andaban buscando estos primeros puestos. Cristo quería corregir esa ambición mostrándoles que el destino de Él no era el de los grandes poderíos, el de los grandes aplausos, sino más bien el destino del oprobio, del rechazo. De ese modo quería corregir en ellos esas pretensiones de poder y de gloria humana.
Por otra parte, hablándoles así, Jesús los estaba preparando, porque definitivamente el acontecimiento de la Cruz, por más palabras y por más explicaciones que nos den, la Cruz es un gran misterio, es un enigma que reta a nuestra inteligencia, que nos deja desconcertados y tal vez desanimados. Jesús, hablándoles varias veces sobre ese destino y mostrándoles que después de la muerte viene la resurrección, estaba curando en ellos ese escándalo que debía de causarles la Cruz. La cruz debía causar a ellos un profundo desaliento, y si Cristo no les hubiera anunciado a ellos que ese misterio de la Cruz estaba en el camino, seguramente ellos habían salido despavoridos de la vocación a la que el mismo Cristo los había llamado, y entonces todo su trabajo se hubiera perdido.
Cristo les habla de su destino para que ellos sepan a qué atenerse, para que no se hagan ilusiones, para que descubran que el mismo Cristo -por decirlo de algún modo- tenía pleno control de la situación. Cristo no ha perdido el control de la situación, Cristo es el Señor de los acontecimientos, Cristo es el Señor de la Historia. Aunque sucedan cosas tan terribles como la prisión, los azotes, la burla, las espinas, los clavos, la cruz, el sepulcro; aunque todo eso suceda., Cristo sigue siendo el Señor de la Historia. Esas palabras, esas advertencias con las que Cristo advertía a sus discípulos, tenían también otro objetivo: que ellos supieran que Dios no fue dormido, ni fue distraído, ni estaba muerto. Dios sigue reinando incluso en este acontecimiento desconcertante de la Cruz.

ORACIÓN
Señor, cuando caminamos diferente al mundo, Tú sabes lo duro que es, porque vienen los ataques,  juzgamientos y rechazos. Ayúdanos por favor para no desistir, contando con la certeza que más valioso y virtuoso es estar de tu lado que tener halagos y más tentaciones de hacer daño. Amén

“Envejecer no es problema, terrible, eso sí, es haber vivido sin haberse dado a los demás”


Jueves 05 de Marzo de 2015


“EL APEGO A LAS RIQUEZAS PRODUCE FRUSTRACIÓN”

PRIMERA LECTURA
JEREMÍAS 17,5-10

“Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor”

Así dice el Señor: "Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor. Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto. Nada más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo entenderá? Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta, según el fruto de sus acciones." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Al Profeta Jeremías le tocó vivir uno de los tiempos más duros del pueblo de Dios, ya sólo quedaba el reino del sur, porque hay que recordar que según nos cuenta el Antiguo Testamento, se dividieron los hebreos. El reino del Norte y el reino del Sur. Pero ya el reino del norte se había acabado y sólo quedaba el reino del sur que tenía su capital en Jerusalén. Pero fue desastroso lo que tuvo que vivir Jeremías, porque le tocó anunciar y luego le tocó padecer el destierro. Vino un pueblo cruel, el pueblo de los caldeos, y se llevó al destierro a los habitantes del reino del sur, también llamado reino de Judá. De ahí viene la palabra “judío”. Este destierro tuvo lugar en el siglo VI antes de Cristo.

Jeremías nos va enseñar entonces cómo tenemos que aprovechar el dolor, la tragedia y la calamidad. Es lo que nos indica el texto de hoy. Las palabras de Jeremías son duras porque lo que le había tocado vivir fue muy duro. “Maldito quien confía en el hombre y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor” Jeremías 17,5.

Qué palabra tan dura la palabra de maldición: "Maldito quien confía en el hombre apartando del Señor su confianza" Jeremías 17,5, peor, repito, Jeremías tuvo que hablar así porque la vida le llevó a hablar así.  Y él se dio cuenta de que aquellas personas que se apartan de Dios y creen que porque tienen amigos o porque pertenecen a este grupo o a este otro grupo, a este partido o a este otro partido, a este reino o a este otro reino, que ya con eso tienen, esas personas traen las peores calamidades para ellas mismas y para su pueblo.

Pero Jeremías no se queda en la palabra de maldición, tiene una palabra de bendición: “Bendito quien confía en el Señor” Jeremías 17,7.  Estas palabras valen mucho porque salieron de un corazón que pasó por la violencia, por la barbarie, por la crueldad, por las lágrimas, por el hambre, por la sangre.

Bendito, quien confía en el Señor; así como el metal se acrisola en el fuego, así también el corazón humano se vuelve oro puro cuando ha pasado por el sufrimiento y conserva su confianza en Dios. Entonces, ese metal es oro puro, entonces esa persona es verdaderamente fiel, es verdaderamente amiga de Dios. Y eso fue lo que vivió Jeremías. Toda persona cuando descarga su corazón en Dios, descubre que hay vida, que hay gracia, que hay perdón, siente la amistad, la sonrisa, el abrazo, el cuidado, el amor de Dios y se convierte en una fuente de amor, en una raíz de paz, en el comienzo de un mundo nuevo según la voluntad del Señor.

SALMO RESPONSORIAL: 1
R. / Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
El Salterio comienza con esta “Bienaventuranza”, que es como el prólogo de todo el Libro. La exclamación inicial  –“¡Feliz el hombre...!”–; se explicita a lo largo del Salmo mediante la contraposición de dos imágenes poéticas: el árbol desbordante de vitalidad simboliza la felicidad de los justos; la paja arrastrada por el viento representa la ruina final de los impíos. Así se expresa uno de los temas centrales del Salterio y de toda la Biblia: la conducta de cada hombre está sometida al Juicio de Dios, y el mundo está gobernado por la justicia divina.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 16,19-31

“Recibiste tus bienes, y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces”

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.

Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Es interesante en este orden de ideas que el nombre del rico no aparece por ninguna parte. Para él Lázaro no existía, pero ante Dios es Lázaro el que tiene nombre. Su historia y su dolor son preciosos ante los ojos de Dios, mientras que la comedia de placer del ricachón no tiene valor ni nombre en los cielos.
Ante Dios, pues, tenemos rostro en cuanto tenemos necesidad. Los rasgos de nuestra necesidad son los rasgos de nuestro rostro en el Cielo. Un hipotético ser "carente de necesidades" es un ser carente de Dios y es irreconocible para Dios, porque es un ser que niega su propia condición de dependencia creatural con el Dios único que a todos da el ser y lo conserva. Este tiempo de cuaresma, pues, nos invita con fuerza a reconocernos en la hondura de nuestras necesidades y carencias, como camino de encuentro con el Dios vivo.
  
ORACIÓN
Amado Dios danos tu gracia para aprender como tú a vivir dignamente, sin falsas prosperidades, que no caigamos en solo buscar suplir la harina, pero sin complementarnos  con el aceite que nos alimenta y llena el espíritu: Tu presencia en nuestra casa abierta y todo lo que llegue de ti para capacitarnos y desarrollar la misión a la que hemos sido llamados(as), caminando siempre  tu lado. Amén 

“Lo condenable no es la posesión de los bienes materiales, sino el orgullo de la posesión”