APLICANDO
LAS LLAVES DE BENDICIÓN EN LA CUARESMA
Hemos
iniciado el tiempo litúrgico de preparación a la Pascua llamado Cuaresma,
entendiéndose como un tiempo de preparación, purificación y práctica. El
símbolo es los cuarenta días unidos a la ceniza que representa la tradición
bíblica del pueblo pecador que se ha arrepentido y quiere iniciar un camino de
conversión a Dios y al hermano. La gran invitación de la cuaresma es al cambio
de vida, basado en el amor misericordioso que nos lleva a la fraternidad y
solidaridad sirviendo a los más necesitados. Para este itinerario o caminar la iglesia nacida de la
espiritualidad bíblica nos da unas herramientas (llaves) que nos acompañan en
el camino cuaresmal:
-LA ORACIÓN: como medio de
encuentro con el Señor que a través de ella nos da vida, fortaleza y sabiduría
para nuestro vivir.
-EL AYUNO: Este como medio de
encuentro conmigo mismo.
-LA LIMOSNA U OFRENDA: como medio necesario
de encuentro con el otro.
La
tarea es tratar de ubicar estas herramientas o llaves en cada una de las áreas
de nuestra vida durante este tiempo de cuaresma, como lo anuncia el profeta
Isaías, haciendo un diagnóstico de la integralidad del ser, él concluye que este,
está triplemente enfermo, de la cabeza, corazón y pies. La cabeza es la sede
del pensamiento y de la inteligencia que está enferma porque ha sido puesta al
servicio del mal. Y corazón, dolido por el resentimiento, el odio y la
rebeldía. Los pies enfermos, evocan el andar, es decir, la manera de vivir. Una
limitación mayor paraliza estos tres miembros, no hay amor, ya que cada uno está centrado, no en Dios ni en el
prójimo, sino en su propia persona.
La
conclusión de este trágico balance se halla en algunos versículos más adelante
en el mismo profeta Isaías (Is. 2,22). Por supuesto, el mal tan temible que
contamina al ser humano en su
integralidad es el de su nacimiento en el orgullo, soberbia y alejamiento de
Dios (pecado). Este ataca la vida integral y su objetivo es llevar en si a la
muerte. ¿No habrá, pues, nadie para ayudarnos, salvarnos y liberarnos? Este
tiempo de cuaresma nos va a recordar que solo Dios quiere y puede hacerlo,
desde la nueva pascua a la cual nos estamos preparando desde ya. Te propongo
aquí para finalizar cuatro etapas a recorrer para nuestra sanción integral en
este tiempo:
1.
Reconocerse
necesitado y enfermo, es decir, pecador
2.
Buscar
y consultar a un médico competente. En este caso solo existe uno que quiere
traer la salud integral al ser: Dios
3.
Aceptar
su diagnóstico: perdido por la eternidad
4.
Respetar
su prescripción o diagnóstico: la fe y la vida puesta en Jesucristo y su
proyecto de vida. En este tiempo cuaresmal y siempre, el gran anuncio bondadoso
y misericordioso del Padre nos declara que la obra de su hijo en la Cruz fue
necesaria y suficiente para nuestra definitiva curación y salvación eterna. Por
ello entonces la gran invitación de la cuaresma es a volvernos al amor
misericordioso que es el Padre Bueno. A cambiar de ruta en nuestro proyecto de
vida que se ha centrado en nosotros mismos, y hacernos solidarios, fraternos y
misericordiosos con nuestro prójimo.
Bendiciones
en este camino cuaresmal que estamos iniciando y que nos llevara a vivir la
plenitud del amor de Dios en esta Pascua de 2015.
Roberto
Zamudio
PROMESA
BÍBLICA DEL MES.
“Toda cabeza está enferma, todo corazón está herido.
Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay cosa sana en el ser” Isaías
1,5-6
ORACIÓN
AL COMENZAR EL DÍA
Buenos
días Señor. Que cada mañana antes de salir a mis actividades tenga presente en
mi oración que necesito de ti:
Entusiasmo, para ver hacia adelante. Felicidad, para mantenerme alegre.
Problemas, para mantenerme fuerte. Penas, para mantenerme humano(a). Esperanza,
para mantenerme humilde. Recursos económicos, para satisfacer mis necesidades
propias y de mi prójimo. Fe, para desterrar la depresión. Decisión, para
desterrar la duda. Amor, para dignificar tus obras. Oración, para mantenerme
cerca de ti. Gratitud, para valorar tu amor y el de los demás. Reconocer que tu Palabra es la voz que me
habla en la mañana, es mi consejo cada día y en las pruebas quien me guía.
Dios
Supremo, Bello y Hermoso, voy tomado(a)
de tu mano a la faena diaria. Amén
ORACIÓN
AL FINALIZAR EL DÍA
Dios
Padre de la ternura, en esta noche, vengo a ti para orar, para poner mi vida en
tus manos, dándote gracias por el día que termina, por tu dulce compañía. Gracias
Señor te doy por toda tu protección y amor en cada instante de mi
vida. Aquí dejo ante ti mis cansancios,
sinsabores, frustraciones de este día, coloco en tus manos todas aquellas
situaciones difíciles que viven nuestras
familias, nuestros niños y niñas en el país y en el mundo, a causa de las
guerras, las violencias y la falta de protección a la que están sometidos.
Señor hazme instrumento de bendición, de paz, para sembrar un grano de arena
por donde vaya en favor de los más necesitados.
Te
alabo, te adoro, te bendigo, te alabo, te doy gracias Señor, Dios que todo lo puede,
que guías mis pasos y me ayudas a
recobrar fuerzas. Amén