sábado, 1 de junio de 2013

Sábado 1 de junio 2013


“LA SABIDURÍA Y LA AUTORIDAD VAN DE LA MANO"

PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 51,17-27

“Daré gracias al que me enseñó”
Doy gracias y alabo y bendigo el nombre del Señor. Siendo aún joven, antes de torcerme, deseé la sabiduría con toda el alma, la busqué desde mi juventud y hasta la muerte la perseguiré; crecía como racimo que madura, y mi corazón gozaba con ella, mis pasos caminaban fielmente siguiendo sus huellas desde joven, presté oído un poco para recibirla, y alcancé doctrina copiosa; su yugo me resultó glorioso, daré gracias al que me enseñó; decidí seguirla fielmente, cuando la alcance no me avergonzaré; mi alma se apegó a ella, y no apartaré de ella el rostro; mi alma saboreó sus frutos, y jamás me apartaré de ella; mi mano abrió sus puertas, la mimaré y la contemplaré; mi alma la siguió desde el principio y la poseyó con pureza. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La lectura de hoy nos presenta un corazón que ha vivido prendado de la sabiduría. No se trata simplemente de llenar la cabeza de datos. La Biblia no tiene elogios para una persona que tiene mucha información pero poca formación. La divisa de esta alma es otra: "busqué ardorosamente el bien." aparece un tema bien interesante, que es aquello de la búsqueda de la Sabiduría. Y es que no es un tema, es una opción de vida, y una opción, que no por extraña, deja de ser real, y no por escasa, deja de ser importante.
Quien nos habla ahí en el libro Eclesiástico, es alguien que ha encontrado luz, que ha encontrado alegría, y ha encontrado un camino, y todo lo ha encontrado con la sabiduría.
La sabiduría en la Biblia es el arte de vivir bien, y el bien vivir consiste en seguir el camino del Señor. Es así de sencillo, así de arduo, así de hermoso, así de posible, así de grande.  
Es una opción, es una decisión; una decisión que transforma la vida, pero una decisión que ocupa toda la vida. La búsqueda de la Sabiduría, podemos decir, que es la búsqueda de la decisión correcta.

SALMO RESPONSORIAL: 18
R./Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R.

LECTURA DE EVANGELIO
MARCOS 11,27-33

“¿Con qué autoridad haces esto?”

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?" Jesús les respondió: "Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme." Se pusieron a deliberar: "Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué no le habéis creído?" Pero como digamos que es de los hombre..." (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.) Y respondieron a Jesús: "No sabemos." Jesús les replicó: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
De regreso al Templo, comienza la confrontación directa de Jesús con las autoridades religiosas. Primero los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y en seguida, los fariseos, herodianos y saduceos. En esta confrontación queda claro tanto el proyecto de Jesús como el de los hombres del poder. Después de la expulsión de los vendedores en el templo, quieren saber con qué autoridad hace Jesús esas cosas. No preguntan por los motivos que lo llevaron a expulsar a los vendedores y compradores; sólo preguntan por su autoridad, pues piensan que Jesús debe rendirles cuenta. Jesús no se niega a responder, pero los interpela con otra pregunta: “El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de los hombres?” Es evidente que para Jesús el bautismo de Juan viene del cielo, pues venía de Dios. Los hombres de poder se quedan sin respuesta porque fueron ellos los que habían tramado la muerte de Juan; por tanto consideraban su bautismo como cosa de los hombres y no de Dios. Los sacerdotes y ancianos perciben el alcance de la pregunta; por eso responden con malicia: “No sabemos!” Respuesta hipócrita que no merece respuesta de Jesús.

ORACIÓN
Señor, te pedimos por favor que nos ayudes en todo momento y circunstancia a buscar la sabiduría que procede de Ti para responder a los problemas de la vida. Que podamos decir: “mi pie avanzó por el camino recto”, porque colocamos nuestra existencia bajo tu autoridad que guía, reprende y anima, pues nos amas como nadie.  Amén


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