sábado, 1 de junio de 2013

Martes 25 de junio de 2013


“BUSCAR EL BIEN DE LAS PERSONAS COMO SI FUERA EL BIEN PROPIO”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 13,2.5-18
“No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos”

Abrán era muy rico en ganado, plata y oro. También Lot, que acompañaba a Abrán, poseía ovejas, vacas y tiendas; de modo que ya no podían vivir juntos en el país, porque sus posesiones eran inmensas y ya no cabían juntos. Por ello surgieron disputas entre los pastores de Abrán y los de Lot. En aquel tiempo cananeos y fereceos ocupaban el país. Abrán dijo a Lot: "No haya disputas entre nosotros dos, ni entre nuestros pastores, pues somos hermanos. Tienes delante todo el país, sepárate de mí; si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; si vas a la derecha yo iré a la izquierda." Lot echó una mirada y vio que toda la vega del Jordán, hasta la entrada de Zear, era de regadío (esto era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra); parecía un jardín del Señor, o como Egipto. Lot se escogió la vega del Jordán y marchó hacia levante; y así se separaron los dos hermanos. Abrán habitó en Canaán; Lot en las ciudades de la vega, plantando las tiendas hasta Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran malvados y pecaban gravemente contra el Señor.
El Señor habló a Abrán después que Lot se había separado de él: "Desde tu puesto dirige la mirada hacia el norte, mediodía, levante y poniente. Toda la tierra que abarques te la daré a ti y a tus descendientes para siempre. Haré a tus descendientes como el polvo; el que pueda contar el polvo podrá contar a tus descendientes. Anda, pasea el país a lo largo y a lo ancho, pues te lo voy a dar." Abrán alzó la tienda y fue a establecerse junto a la encina de Mambré, en Hebrón, donde construyó un altar en honor del Señor. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Hay varios temas que se entrecruzan en la primera lectura de hoy. Por una parte, es un ejemplo hermoso ver que estos parientes, tío y sobrino, Abraham y Lot, buscan una solución pacífica a sus diferencias. Es Abraham, el mayor, quien deja escoger al más joven, de modo que no haya división ni conflicto entre ellos. Obrando así, Abraham se exponía a quedarse con la parte menos apetecible de la tierra que tenían al frente, y de hecho eso fue lo que sucedió, pero este patriarca mostró su sabiduría prefiriendo perder eso y no la buena relación con su sobrino. Ese es un tema, que nos sirve de ejemplo.

Pero hay otro tema, apenas sugerido pero quizá más sugerente. Al describir la tierra que Lot escoge, la Biblia usa estas palabras: "era como el paraíso." Nosotros recordamos que Dios prohibió a nuestros primeros padres volver al paraíso (Génesis 3,24). Alguien podría pensar que es un acto de dureza. En realidad, más que parte del castigo es parte de la salvación, como podemos aprender de los hechos que acontecieron a Lot y su familia. Esa tierra que "era como el paraíso" será el escenario de acontecimientos bochornosos y dolorosos. Esa es la tierra de Sodoma, donde la abundancia de bienes y placeres ha creado una raza de gente dedicada sólo a complacerse a sí misma y a buscar la satisfacción en el refinamiento y la exquisitez hasta llegara a la depravación. Lo que parecía un paraíso se convirtió en un infierno.

Si Dios, pues, prohibió a nuestros padres volver al paraíso, aquello fue un acto de misericordia que quería buscar medio para salvarlos, pues para un corazón próximo al pecado la abundancia de bienes asegurados y crecientes no es algo bueno, sino algo que conduce a la idolatría de la comodidad, la vanidad y el culto al placer.

SALMO RESPONSORIAL: 14
R. / Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 7,6.12-14

“Tratad a los demás como queréis que ellos os traten”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Así como Abraham elige “el camino más estrecho”, Jesús va a realzar la importancia de dicho criterio para entrar en el Reino. Pero antes, da a sus discípulos un par de indicaciones:

Les advierte que, debido a los ataques y persecuciones que sufrirán, deben ser “prudentes” cuando prediquen el evangelio, por lo cual no deben hacerlo ante cualquiera: “no den a los perros lo que es santo, ni echen sus perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas y después volviéndose los despedacen” hay acontecimientos, misterios, eventos que son propios de la comunidad y que no entiende una persona de fuera. Contar a los recién convertidos sucesos internos de la comunidad puede significar exponerlas al desprestigio o la insensatez de quien aprovecha cualquier excusa para criticar. Personas así son capaces de practicar injusticias con el prójimo cuando están en juego sus intereses personales.

Que cada uno busque el interés del otro como si fuese el propio. Es la llamada “regla de oro”. “todo cuanto quieran que les hagan los hombres háganselo también ustedes a ellos”. Se trata del principio de la “reciprocidad”, que sintetiza toda la enseñanza del Sermón de la Montaña sobre la Justicia del Reino.

Por tanto entrar por la puerta estrecha en el Reino, significa no dejarnos llevar por los criterios de acción de la masa, sino seguir una vía fatigosa. El camino que lleva a la vida no es largo ni cómodo, sino fatigante y estrecho; es necesario afrontarlo con dificultad “y pocos son los que lo encuentran”. Pero la elección que se tome es decisiva: están en juego la vida eterna o la ruina eterna. Quien quiera entrar en la vida eterna tendrá que asumir las dolorosas renuncias que implica. Para un discípulo de Jesús el comportamiento de la masa no es criterio de acción.

ORACIÓN

Señor ayúdanos a tratar a nuestros semejantes como nos gustaría que nos trataran a nosotros(as); a preocuparnos por su bienestar, más que por el propio. Si así lo hiciéramos entonces tendríamos, menos conflictos, menos luchas de intereses, menos egoísmos, más solidaridad, justicia y paz.  Y se notaría que estamos amando a ejemplo tuyo. Amén  

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