“LA NECESIDAD DE LA CRUZ EN LA
VIDA DEL CRISTIANO”
PRIMERA
LECTURA
ZACARÍAS
12, 10-11; 13, 1
“Mirarán al que atravesaron”
Así
dice el Señor: "Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los
habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de clemencia.
Me
mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo Único,
y llorarán como se llora al primogénito.
Aquel
día, será grande el luto en Jerusalén, como el luto de Hadad-Rimón en el valle
de Meguido."
Aquel
día, se alumbrará un manantial, a la dinastía de David y a los habitantes de
Jerusalén, contra pecados e impurezas. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La
primera lectura hace referencia a los tiempos mesiánicos. “Derramaré sobre la
casa de David un espíritu de gracia y oración. Y mirarán al que traspasaron” y
llorarán como quien llora a un primogénito. El “traspasado” recuerda al Siervo
de Yahveh, figura de Cristo en su Pasión. San Juan concluye la crucifixión de
Jesús diciendo: “para que se cumplan las Escrituras: mirarán al que
traspasaron”. Dios concede la conversión del corazón por medio de una víctima
que es Cristo, el Siervo paciente; su cuerpo traspasado se mirará con la mirada
salvadora de la fe.
SALMO
RESPONSORIAL: 62
R. / Mi alma está sedienta de Ti, Señor, Dios mío.
Oh
Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma
está sedienta de ti;
mi
carne tiene ansia de ti,
como
tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo
te contemplaba en el santuario
viendo
tu fuerza y tu gloria!
Tu
gracia vale más que la vida,
te
alabarán mis labios. R.
Toda mi
vida te bendeciré
y
alzaré las manos invocándote.
Me
saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis
labios te alabarán jubilosos. R.
Porque
fuiste mi auxilio,
y a la
sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu
diestra me sostiene. R.
SEGUNDA
LECTURA
GÁLATAS
3, 26-29
“Los que habéis sido bautizados os habéis revestido
de Cristo”
Hermanos:
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que
os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo.
Ya no
hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres,
porque todos sois uno en Cristo Jesús.
Y, si
sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
En la segunda lectura de hoy, el tema de la ley mosaica como
innecesaria y abolida después de la venida de Cristo, pues la fe en él es lo
que nos justifica ante Dios, es el problema básico de la carta a los Gálatas,
en que Pablo responde a los judeocristianos que no acertaban a desprenderse de
las formas judaizantes y que veían con recelo la doctrina y la praxis del
apóstol.
Por eso, después de afirmar la función transitoria y pedagógica de la
ley, afirma Pablo el paso a la realización actual de las promesas en la venida
de Cristo y en la fe del Evangelio. Cristo es el acontecimiento decisivo de la
historia de salvación; por la fe en él y por el bautismo somos constituidos
todos en hijo de Dios, somos justificados. Al decir todos acentúa Pablo que no
solamente los judíos, sino también las demás razas y pueblos.
LECTURA
DEL EVANGELIO
LUCAS 9,
18-24
“Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre
tiene que padecer mucho”
Una vez
que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
"¿Quién dice la gente que soy yo?"
Ellos
contestaron: "Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que
ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas."
Él les
preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"
Pedro
tomó la palabra y dijo: "El Mesías de Dios."
Él les
prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: "El Hijo del hombre
tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y
escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día."
Y,
dirigiéndose a todos, dijo: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí
mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera
salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la
salvará." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Tres partes componen la lectura: 1). La confesión mesiánica de Pedro
(vv. 18-21); 2). El primer anuncio de la Pasión (v. 22); Lucas ha omitido la
reprimenda que Jesús dirige a Pedro, cuando éste, ante el anuncio de la Pasión,
se opone a ello; 3). Las condiciones para el seguimiento de Cristo (vv. 23-24).
Lucas es el único que nota significativamente la oración de Jesús que
precede la confesión de mesianidad y al anuncio de la Pasión (v. 18). Como la
figura del Mesías en la mente de los apóstoles estaba teñida de triunfalismos
terrenos, Jesús les educa en ese gran misterio del Reino: su propia Pasión y
Muerte (v. 22). Sigue finalmente un pasaje que nos recuerda el discurso
apostólico de Mt. 10: condiciones que Jesús pide a sus seguidores: abnegación,
disponibilidad absoluta y sufrimiento efectivo (vv. 23-24).
Si queremos ir con Jesús tenemos que aceptar sus condiciones y
entenderlas como Él las entiende. Negarse a sí mismo equivale a “no tener nada
que ver” con la persona de la que se reniega. Negarse a sí mismo es
descentrarse, no ser ya el centro de su propio proyecto. Es poner la vida
entera al servicio del otro, en este caso el proyecto de Jesús. A esto Jesús le
llama perder la vida por él. Y quien lo haga así “ganará”, salvará su vida. La
condición que pone Jesús para seguirle no pretende quitarnos valor sino
orientar nuestras energías y valores a la construcción del Reino que él inició
negándose, también Él, a sí mismo, para cumplir en todo la voluntad del Padre.
ORACIÓN
Señor, ayúdanos como tus
seguidores(as) a asumir el compromiso de aceptar y cargar la cruz; que miremos en los momentos de dificultad y
sufrimiento tu triunfo sobre el bien y el mal. Reconociendo que solamente contigo
lograremos ser instrumentes de transformación en la familia, comunidad y
sociedad. Amén
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