sábado, 1 de junio de 2013

Jueves 27 de junio de 2013

“EDIFICAR SOBRE ROCA CON LA FE FIRME EN EL SEÑOR”


PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 16,1-12.15-16

“Agar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael”

[Saray, la mujer de Abrán, no le daba hijos; pero tenía una sierva egipcia llamada Hagar. Y Saray dijo a Abrán: "El Señor no me deja tener hijos; llégate a mi sierva a ver si ella me da hijos." Abrán aceptó la propuesta. A los diez años de habitar Abrán en Canaán, Saray, la mujer de Abrán, tomó a  Agar, la esclava egipcia, y se la dio a Abrán, su marido, como esposa. Él se llegó a Agar, y ella concibió. Y, al verse encinta, le perdió el respeto a su señora. Entonces Saray dijo a Abrán: "Tú eres responsable de esta injusticia; yo he puesto en tus brazos a mi esclava, y ella, al verse encinta, me pierde el respeto. Sea el Señor nuestro juez." Abrán dijo a Saray: "De tu esclava dispones tú; trátala como te parezca."] Saray la maltrató, y ella se escapó.
El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino de Sur, y le dijo: "Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas?" Ella respondió: "Vengo huyendo de mi señora." El ángel del Señor le dijo: "Vuelve a tu señora y sométete a ella." Y el ángel del Señor añadió: "Haré tan numerosa tu descendencia que no se podrá contar." Y el ángel del Señor concluyó: "Mira, estás encinta y darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor te ha escuchado en la aflicción. Será un potro salvaje: él contra todos y todos contra él; vivirá separado de sus hermanos."
Agar dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó Ismael al hijo que le había dado Hagar. Abrán tenía ochenta y seis años cuando Agar dio a luz a Ismael. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El mundo en el que Dios empezó a revelar su amor fue definitivamente un mundo muy distinto del nuestro. Aunque el nuestro es así distinto precisamente porque Dios se empezó a revelar en ese que era tan diferente de lo que somos. Ahí empezó un camino de revelación progresiva de su gracia, que finalmente condujo a la plenitud que es Cristo, en quien brilla con toda su fuerza la verdad de Dios.

Hay muchas cosas extrañas en el relato de la primera lectura de hoy. Sara diciéndole al esposo que tenga un hijo con una criada, Agar; luego esta criada burlándose de su señora; luego el ángel que dice a Agar, que se ha escapado aburrida de malos tratos, que vuelva al servicio de la señora. Por último, un hijo, Ismael, que es inocente de todo pero que llevará una vida marcada por conflictos. ¿Qué sentido hay en todo esto?

Tal vez descubrir que no hay mucho sentido sea ya un buen descubrimiento. Si miramos qué criterios se dan en esta cadena de hechos absurdos, vemos que, quitando la indicación del ángel, todo lo demás es puro razonar "según el mundo". Y es la visión del mundo la que quiere "ayudar" a Dios a que cumpla sus promesas, y de ahí sale la idea que Sara tiene de que su esposo tenga un hijo con su criada. Es la carne, en forma de satisfacción del bien natural logrado, lo que hace que Agar se vuelva en desprecio hacia su señora. Es la carne, en forma de envidia e impaciencia, la que hace que Sara maltrate a Agar, y es de nuevo la carne la que lleva a Agar a huir al desierto, sin tener ni sustento ni dirección ni esperanza ninguna. Aprendemos de todo esto, como decia Pablo: "el que siembra en el mundo, en el mundo cosechará". De hecho, lo que Dios había prometido no se cumplirá a través de Ismael sino del que es llamado "hijo de la promesa," Isaac.

SALMO RESPONSORIAL: 105
R. / Dad gracias al Señor porque es bueno.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas de Dios,
pregonar toda su alabanza? R.

Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo. R.

Visítame con tu salvación:
 para que vea la dicha de tus escogidos,
y me alegre con la alegría de tu pueblo,
y me gloríe con tu heredad. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 7,21-29

“La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente." Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La vida trae consigo muchas dificultades, y más, la vida cristiana las traerá por añadidura. Por eso, debemos construir nuestra casa sobre la roca que es Jesús mismo, para soportar todas las adversidades que se nos vengan. Quien no vaya cimentando su opción de vida cristiana en Cristo, fácilmente sucumbirá ante la calamidad. Por eso, no todo el que diga ¡Señor! de pura boca puede decir que anda en la luz. Jesús es bien claro: “Quien escucha estas palabras mías y no las pone en práctica…”, quien sabiendo lo que tiene que hacer no lo hace, ése no es digno de llamarse discípulo de Cristo. ¡Ha sido una ruina terrible! Es un hombre necio. En cambio, “quien escucha la palabra y la pone en práctica”, ése sí es digno de llamarse discípulo de Cristo, hombre prudente, que sabe lo que quiere y a dónde va. El que confía plenamente en el Señor, no le teme a ninguna tempestad; ni esa tempestad derrumbará lo que ha construido con esfuerzo y dedicación, con escucha atenta y disponibilidad.

ORACIÓN
Señor aunque a  veces parece que no hay esperanza frente a situaciones de dificultad, incluso en aspectos de nuestro ser que nos cuesta cambiar o despojar, y en todo este sistema de injustica social y vidas sumidas en el daño a sí mismas y a los demás, hoy te decimos gracias porque nos ayudas a cimentarnos en la Palabra de Dios como lo hizo Abraham y lo hiciste Tu, mi Jesús. Amén

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