sábado, 1 de junio de 2013

Martes 11 de junio de 2013


San Bernabé

“PERSONAS LLENAS DEL ESPÍRITU QUE SE DAN GENEROSAMENTE”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 11,21B-26;13,1-3

“Era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe”
En aquellos días, un gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al Señor. Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de aquella iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos cristianos.
En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno; Lucio el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo. Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: "Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado." Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La Sagrada Escritura, que tan parca es en elogios y tan dura en mostrar lo que no agrada a Dios, tiene sin embargo palabras de elogio para Bernabé: “era un hombre bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe”. Este breve pero elocuente elogio resume en cierto sentido el ideal de la vida cristiana.
“Un hombre bueno”. Esto significa la virtud, el camino de las virtudes. No es fácil encontrar una persona de la que se puede decir simple y sencillamente: “es un hombre bueno”, “es una mujer buena”. La bondad es como el resumen de una vida en virtud, la cual sin embargo no se cierra sobre sí misma. Para que se pueda decir de alguien “es bueno” se necesita que lo sea y que se le note, que lo difunda.
“Lleno del Espíritu Santo”. La virtud, entendida en su sentido usual, es básicamente un bien humano, es decir, un bien generado o construido desde las posibilidades y fuerzas humanas. Sin restar belleza a ese ideal, el mismo corazón del hombre requiere de algo más y de algo mejor. Eso es lo que viene a regalar el Espíritu Santo. La escala de sanación, de acción y de hermosura que trae el Espíritu toma todo lo humano y lo eleva a un orden nuevo, el orden de la gracia. Algo así se cuenta de Bernabé.
“Lleno de fe”. Es evidente que la fe queda ya incluida en la acción del Espíritu Santo. ¿Por qué entonces se destaca este aspecto como un elogio adicional? Es interesante recordar en este sentido la acción del Espíritu en las palabras de Pablo a los corintios: “Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad por el único Espíritu...” (1Co 12,8-9). Cuando Pablo se refiere aquí a que el Espíritu “da fe” alude a algo singularmente intenso, a una capacidad de vivir la fe como algo que transforma a una comunidad. ¡Y esto también se predica de Bernabé!

SALMO RESPONSORIAL: 97
R./El Señor revela a las naciones su justicia.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

Tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 10, 7-13

“Id y proclamad que el reino de de los cielos está cerca

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
"Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaros en su casa hasta que os vayaís. Al entrar en una casa, saludad, si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no lo merece, la paz volverá a vosotros". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La misión para los discípulos de ayer y de hoy es clara: proclamar el Reino de Dios. Un Reino que estaba cerca y que ahora, por Jesús, está en medio de nosotros. Jesús llama a los Doce y los envía con instrucciones precisas. El verdadero discípulo es quien se siente enviado por Jesús y sigue siempre sus instrucciones. Con este envío misionero comienza una nueva etapa en el aprendizaje de la escuela discipular que siempre está abierta para todos. Ahora no es sólo Jesús, es todo el grupo el que va a anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios. Si la predicación de Jesús ya causaba conflicto, éste se intensificará con la predicación de todo el grupo. La novedad introducida por Jesús y su movimiento con relación a otros grupos de su tiempo, que también predicaban sus doctrinas, es que, mientras aquellos llevaban dinero para comprar su propio alimento, por desconfiar de la comida impura del pueblo, los discípulos de Jesús están llamados desde la sencillez, la humildad y la confianza, a solucionar problemas concretos de la comunidad. – Una buena lectura de la realidad, con respuestas humildes y concretas, traerá ríos de paz a nuestras comunidades.

ORACIÓN

Señor ayúdanos a estar tan impregnados de tu Espíritu que con lo que Dios nos provee podamos dar sin restricción, con generosidad, para que se continúen las obras de servicio en amor que realizan nuestros hermanos(as) por los que más lo necesiten y por transmitir el Evangelio, para que junto con tu Espíritu se conduzca nuestra vida y la historia de este mundo. Amén.

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