sábado, 1 de junio de 2013

Miércoles 19 de junio de 2013


“LA CERTEZA DE QUE EL PADRE NO NOS ABANDONA”

PRIMERA LECTURA
 2CORINTIOS 9,6-11

“Al que da de buena gana lo ama Dios”

Hermanos: El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; y el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios. Tiene Dios poder para colmaros de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: "Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta." El que proporciona semilla para sembrar y pan para comer os proporcionará y aumentará la semilla, y multiplicará la cosecha de vuestra justicia. Siempre seréis ricos para ser generosos, y así, por medio nuestro, se dará gracias a Dios. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En la primera lectura continuamos escuchando a Pablo respecto al tema de la colecta para la comunidad de Jerusalén. Al parecer, no ha sido fácil mover a los corintios a la generosidad, por lo cual les presenta nuevos argumentos: primero, en el campo de la cosecha depende de lo generosa que haya sido la siembra; segundo, Dios nos ha colmado de toda clase de favores, por lo mismo, es lógico que seamos generosos con los demás; tercero, Dios premiará con creces nuestra generosidad; y cuarto, hay que dar con alegría, “no a disgusto ni por compromiso”, pues “al que da de buena gana lo ama Dios”.
Teológicamente, el mensaje de Pablo acentúa dos ideas fundamentales: 1. Dios recompensa siempre la generosidad del hombre que da de buen grado. Los valores espirituales que vienen de él sobrepasan los bienes materiales que el hombre se procura.  El efecto de la generosidad se traduce en el crecimiento de la comunidad gracias a una auténtica comunidad de bienes. Pero, fundamentalmente quiere dejar claro que la generosidad para con los hermanos conduce a los beneficiarios a una actitud de “acción de gracias” a Dios. De tal forma que todo lo bueno que hagamos a favor de los demás que no sea para ostentación y alabanza nuestra, sino para la gloria de Dios; de lo contrario, nuestra recompensa se habrá perdido en un aplauso humano. Que nuestro servicio de caridad sea hecho siempre con alegría, sabiendo que, especialmente en el servicio a los pobres, necesitados y enfermos, estamos sirviendo y asistiendo al mismo Cristo.

SALMO RESPONSORIAL: 111
R./Dichoso quien teme al Señor.

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 6,1-6.16-18

“Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En el contexto judío, había unos personajes que eran expertos en fingir “actos de misericordia” para que el público los viera y los alabara por su “gran bondad”. Se trataba de los fariseos. A ellos se refiere Jesús cuando expresa: “Como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente los alabe”. Mateo presenta las tres obras buenas principales para los judíos: ayuno, oración y limosna, con la finalidad de acercar más la persona a Dios. El llamado de atención que hace Jesús a sus discípulos (a ti y a mí) es que no seamos como ellos, que, cuando hagamos estas obras, las realicemos más bien en secreto, porque el Padre que ve lo secreto lo recompensará. Es un reto para cada uno de nosotros, especialmente en nuestro tiempo en que los medios de difusión masiva promocionan el heroísmo, la exaltación, el exhibicionismo, y menosprecian el anonimato: no vales. La gente se esfuerza por llegar a hacerse personaje público, pero poco a poco va perdiendo lo fundamental: la identidad.

A Dios se le agrada “de corazón” no con apariencias. Jesús conoce muy bien cuan profunda es la tendencia del ser humano a buscarse a sí mismo. Es por eso que el Señor quiere enseñarnos a reorientar continuamente nuestro corazón. Jesús nos asegura que el Padre está en nuestro interior, en lo secreto de nuestro corazón. Él conoce nuestras búsquedas, nuestras luchas y también nuestros esfuerzos y nos dará todo lo que necesitamos para ser felices, para ser discípulos auténticos de Cristo, para verdaderamente hermanos e hijos de Dios, hijos del Reino.

ORACIÓN
Durante estos días el Evangelio nos ha llevado a identificar los valores cristianos con la actitud de Cristo, pero estas actitudes solo pueden brotar si logramos pegarnos de Ti y de tu Palabra. Por eso Señor ayúdanos a mantenernos orantes, buscando estar cerca del Padre y de Ti a través de tu Espíritu Santo, solo así lograremos alcanzar la promesa de una vida nueva desde esta tierra. Amén.    

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