miércoles, 1 de mayo de 2013

Viernes 10 de Mayo de 2013



Viernes 6ª semana de Pascua

“JUNTO A DIOS TODO SE CONVIERTE EN OPORTUNIDAD”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 18, 9-18

“Muchos de esta ciudad son pueblo mío”

Una noche, el Señor le dijo a Pablo en una visión: "No tengas miedo; sigue anunciando el mensaje y no calles. Porque yo estoy contigo y nadie te puede tocar para hacerte daño, pues mi pueblo es muy grande en esta ciudad." Así que Pablo se quedó un año y medio en Corinto, enseñando entre ellos el mensaje de Dios.
Pero en los días en que Galión era gobernador de Acaya, los judíos se juntaron contra Pablo; lo llevaron al tribunal y dijeron al gobernador:
Este hombre anda convenciendo a la gente de que deben adorar a Dios en una forma que va contra la ley.
Pablo ya iba a hablar, cuando Galión dijo a los judíos:
Si se tratara de algún delito o algún crimen grave, yo, naturalmente, me tomaría la molestia de oírlos a ustedes los judíos; pero como se trata de palabras, de nombres y de la ley de ustedes, arréglenlo ustedes mismos, porque yo no quiero meterme en esos asuntos.
Y los echó del tribunal. Entonces agarraron todos a Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon allí mismo, delante del tribunal. Pero a Galión no le importaba nada de esto.
Pablo se quedó todavía muchos días en Corinto. Después se despidió de los hermanos y, junto con Priscila y Áquila, se embarcó para la región de Siria. En Cencreas, antes de embarcarse, se rapó la cabeza, para cumplir una promesa que había hecho. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El recorrido que hemos venido haciendo por los Hechos de los Apóstoles nos ha mostrado el carácter firmísimo y perseverante de Pablo. Este hombre sufrió naufragios, enfermedad, cárcel, traición, pasó hambre y sed, desvelos y carencia de lo necesario, lo apedrearon y muchas veces fue sometido a una lluvia inclemente de insultos y desprecios. Pero nada le detuvo. Siguió siempre adelante con paso recio y fue capaz de seguir en su misión evangelizadora.
En este texto, Pablo esta nuevamente en la ciudad de Corinto donde, en una visión, recibe del Señor la exhortación para continúe anunciando con valentía el evangelio, pues aunque muchos lo rechacen otros lo aceptarán. Y recibe la promesa de que Él estará con él para darle fortaleza, consuelo y ánimo.
El texto nos muestra como los judíos en Corinto tratan de aprovecharse de la situación de la existencia de un nuevo gobernante, Galión, para acusar a Pablo de violar la Ley con sus enseñanzas . Pero Galión no es tonto no se deja intimidar, por lo cual decide que ese asunto lo deben arreglar entre ellos como judíos. La multitud en su mayoría griega se alegra de este desenlace, ya que no gustaban de los judíos; y aprovechan y golpean al jefe de la sinagoga. Los judíos terminan víctimas de su propia actitud y se cumple así, la promesa del Señor a Pablo de que él lo protegerá y nadie se atreverá a hacerle daño.

SALMO RESPONSORIAL: 46
R. /  Dios es el rey del mundo

Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.

Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado. R.

Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 16, 20-23 a
“Nadie les quitará a ustedes su alegría”
Les aseguro que ustedes llorarán y estarán tristes, mientras que la gente del mundo se alegrará. Sin embargo, aunque ustedes estén tristes, su tristeza se convertirá en alegría. Cuando una mujer va a dar a luz, se aflige porque le ha llegado la hora; pero después que nace la criatura, se olvida del dolor a causa de la alegría de que haya nacido un hombre en el mundo. Así también, ustedes se afligen ahora; pero yo volveré a verlos, y entonces su corazón se llenará de alegría, una alegría que nadie les podrá quitar. "En aquel día ya no me preguntarán nada” Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
Ayer comentábamos el impacto de las palabras contrastantes de Jesús. Hoy, ese contraste se plasma en un acontecimiento de la vida ordinaria: El parto. ¿Cuál mujer que haya dado a luz no puede atestiguar el dolor y el temor de aquel momento?. Todos sabemos que el dolor de parto es fuerte y angustioso, pero que se transforma en gozo, paz y alegría con el nacimiento, con la felicidad de tener una nueva criatura.
Así como la cruz trajo tantas lágrimas para Jesús y para sus discípulos, esa misma Cruz será motivo de nuestra libertad y de nuestra felicidad; gracias a ella podemos decir hoy que hay sanación, redención, liberación, vida nueva en nuestra historia, y podemos vivir una nueva Pascua. Pero ese “llevar la Cruz” no implica que busquemos el dolor por el dolor, sino que asumamos que al mundo no le gusta la verdad, ni el amor ni la justicia, por lo cual buscará múltiples maneras de hacernos desertar de la escuela de Jesús. Con este ejemplo Jesús nos da a conocer que, a pesar de las dificultades y contrariedades que pueda traernos la vida, siempre habrá una luz al final del camino, siempre habrá una luz de esperanza.
La vida del cristiano no acaba con la muerte. La vida de Jesús no se acabó con la muerte sino que, por el amor del Padre, Jesús resucitó y sigue vivo hoy en nuestras comunidades, en medio de nosotros. Cada uno de nosotros está llamado a seguir siendo testigo comprometido de esa vida para los demás, a seguir generando vida a pesar del doloroso parto. Pero, hay un dichoso desenlace…: El Señor nos promete que “la tristeza se convertirá en alegría”, el dolor se convertirá en victoria. Pidamos al Espíritu del Resucitado, al Espíritu Santo que nos da vida, que nos siga acompañando en nuestro peregrinar y nos dé la capacidad de brindar alegría y llevar esperanza a todos los que nos rodean.

ORACIÓN
Señor,  nos continúas dando herramientas respecto a la misión que nos has encomendado, pues no es tarea sencilla. Tu voz en los momentos de oscuridad  nos alcanza para animarnos y dar sentido a las dificultades, haciendo que nuestras actitudes y hechos alcancen otra dimensión, ya que podemos asumirlas como oportunidades para crecer y madurar personalmente y en nuestro  apostolado para que este siempre encaminado en la búsqueda de un pueblo que se convierte, anuncia el Evangelio y da  testimonio de vida. Gracias Señor.

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