Martes 7ª semana de tiempo ordinario
“ENFRENTAR LA PRUEBA CON ACTITUDES DE SERVICIO”
PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 2,1-13
“Prepárate
para las pruebas”
Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios, prepárate para las pruebas;
mantén el corazón firme, sé valiente, no te asustes en el momento de la prueba;
pégate a él, no lo abandones, y al final serás enaltecido. Acepta cuanto te
suceda, aguanta enfermedad y pobreza, porque el oro se acrisola en el fuego, y
el hombre que Dios ama, en el horno de la pobreza. Confía en Dios, que él te
ayudará; espera en él, y te allanará el camino. Los que teméis al Señor,
esperad en su misericordia, y no os apartéis, para no caer; los que teméis al
Señor, confiad en él, que no retendrá vuestro salario hasta mañana; los que
teméis al Señor, esperad bienes, gozo perpetuo y salvación; los que teméis al
Señor, amadlo, y él iluminará vuestros corazones. Fijaos en las generaciones
pretéritas: ¿quién confió en el Señor y quedó defraudado?; ¿quién esperó en él
y quedó abandonado?; ¿quién gritó a él y no fue escuchado? Porque el Señor es
clemente y misericordioso, perdona el pecado y salva del peligro. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Una advertencia realista y saludable: "prepárate para la
prueba". Así nos hablan los que bien nos aman, los que conocen el camino y
saben que no es cariño ocultar las dificultades ni es dulzura crear ilusiones
engañosas. "Prepárate para la prueba" : no te asustes, no decaigas,
no te rindas.
Sin embargo, hay diferencia entre la resistencia de un estoico (fuerte)
y la perseverancia de un santo. La fuente de la fortaleza cristiana está en
aquella frase: "pégate al Señor". La clave no es: "juega a ser
un superhombre"; ni tampoco: "haz de cuenta que nada sucede"; ni
menos: "anestésiate; aprende a huir". La gran clave es: "pégate
al Señor".
¿Y de dónde sacamos razones para pegarnos al Señor? De la historia. De
los testimonios que conocemos. De aquello que nos ha sido predicado y hemos
comprobado que en verdad sucede en las vidas de personas concretas como
nosotros, frágiles como nosotros, incluso: pecadoras como nosotros. De ahí nace
nuestra confianza absoluta.
SALMO RESPONSORIAL: 36
R. / Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.
El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se saciarán. R.
Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá. R.
El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 9,30-37
“ Quien
quiera ser el primero, que sea el último de todos”
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y
atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a
sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos
de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará."
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: "¿De qué
discutíais por el camino?" Ellos no contestaron, pues por el camino habían
discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les
dijo: "Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el
servidor de todos." Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo
abrazó y les dijo: "El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge
a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado."
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Jesús hace el segundo anuncio de su
pasión, muerte y resurrección. Como en el primer anuncio (Mc 8,27-38) los
discípulos no son capaces de entender las palabras sobre la cruz, del mismo
modo que no entienden cómo un Mesías puede ser servidor de los hermanos.
Mientras Jesús anunciaba su pasión y muerte, ellos discutían entre sí quién de
ellos era el mayor. Jesús sólo piensa en servir, pero ellos sólo piensan en
mandar. Jesús procura bajar, pero ellos quieren subir. ¡Qué incoherencia! – En
nuestras comunidades, ¿prevalece el deseo de mandar o el deseo de servir y
promover a las personas? No se debe usar el poder para subir y dominar, sino
para descender y servir a los excluidos y a los pequeños.
ORACIÓN
Bendito Señor, ayúdanos a acoger las
situaciones difíciles que como prueba nos asaltan en la vida, sin caer en la
desesperanza o pérdida de la fe. Como buen Maestro nos enseñaste con tu
testimonio a convertir el sufrimiento en servicio, haciendo de la prueba algo
positivo, no doloroso y un medio para nuestra transformación. Amén
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