Lunes 8ª semana de tiempo ordinario
“APRENDER
A VOLVERSE AL SEÑOR Y SEGUIRLO POR EL CAMINO”
PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 17,20-28
“Retorna al
Altísimo, aléjate de la injusticia”
A los que se arrepienten Dios los deja volver y reanima a los que
pierden la paciencia. Vuelve al Señor, abandona el pecado, suplica en su presencia
y disminuye tus faltas; retorna al Altísimo, aléjate de la injusticia y detesta
de corazón la idolatría. En el Abismo, ¿quién alaba al Señor, como los vivos,
que le dan gracias? El muerto, como si no existiera, deja de alabarlo, el que
está vivo y sano alaba al Señor. ¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su
perdón para los que vuelven a él!
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El texto de hoy, es una reflexión existencial, más que una doctrina o
un pensamiento religioso con una estructura fina; es una expresión de las dudas
los miedos, la parte humana del creyente que ve en la vida muchas situaciones
adversas, que a veces no se entienden y no se pueden explicar fácilmente. Es el
caso de la muerte, como un cuestionamiento poderoso, que parece poner toda la
vida en el sin-sentido; esa es la problemática del texto de hoy. Qué sentido
tiene luchar tanto en la vida, convertirse si la muerte es el final de todo,
para buenos y malos, igual es la inexistencia en ella. Y en esto todo, poder
entender desde una lectura de fe, la muerte como un signo de la bondad y
misericordia de Dios, que quiere hacer feliz en plenitud al ser humano. El
motivo fundamental con que Dios quiere animar a los pecadores, a que se
conviertan es la bondad de su amor misericordioso. “A los que se arrepienten
Dios los deja volver …..que grande es la misericordia del Señor y su perdón
para los que se vuelven a Él”. Por tanto, nuestra actitud más sabia es la de
convertirnos, es decir, volver, retornar a Dios. Convertirse significa cambiar de
dirección en la vida, volver la cara hacia Dios.
SALMO RESPONSORIAL: 31
R. /
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito. R.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: "Confesaré al Señor mi culpa",
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará. R.
Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 10,17-27
“Vende lo
que tienes y sígueme”
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo,
se arrodilló y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida
eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie
bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás
adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu
padre y a tu madre." Él replicó: "Maestro, todo eso lo he cumplido
desde pequeño." Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: "Una
cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dales el dinero a los pobres, así
tendrás un tesoro en el cielo, luego sígueme." A estas palabras, él
frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil
les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!" Los discípulos se
extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: "Hijos, ¡qué difícil les es
entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil
le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el
reino de Dios." Ellos se espantaron y comentaban: "Entonces, ¿quién
podrá salvarse?" Jesús se les quedó mirando y les dijo: "Es imposible
para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Juventud, vida eterna, riqueza,
pobres y Reino de Dios, son palabras claves en el evangelio de hoy. Para
entender el alcance de estas enseñanzas de Jesús, recordemos el contexto en el
que Marcos coloca este relato. Jesús está subiendo a Jerusalén, donde será crucificado;
va a dar su vida por completo, sabe su destino y sigue su misión con fidelidad.
Ante la pregunta “Maestro
bueno, ¿qué debo hacer para heredar vida eterna?”, Jesús desvía la
atención de sí mismo hacia Dios,
pues lo importante es realizar la voluntad del Padre. Luego retoma los
mandamientos no matar, no cometer adulterio, no robar, no defraudar, honrar a
padre y madre. El joven pregunta por la vida eterna, por la vida junto a Dios,
y Jesús le responde por la vida junto al prójimo. Tan sólo se refirió a los
mandamientos que remiten al prójimo, pues sólo se llega a Dios a través del
prójimo; a través de la entrega total hasta de los bienes materiales, “vende
cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo”. – El
Reino de Dios no excluye a nadie; todos son invitados a vivirlo desde la
pobreza y el discipulado.
ORACIÓN
Espíritu Santo, necesitamos tanto interiorizar y decidir si estamos en
condiciones de deshacernos de los obstáculos que nos impiden una justa y
correcta relación con Dios. Ayúdanos a definir a cada uno(a) qué cosas nos cuestan más,
para decidirnos radicalmente,
como discípulos(as) misioneros. ¡Ay! Señor, no es fácil desprenderse para andar
en Ti, pero contigo lo lograremos. Amén.
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